Capítulo 25

10.1K 533 6
                                    

05/01/2018

Noche intensa

—Ethan por favor, no hagas algo de lo que mañana te puedas arrepentir. —Pronuncio cada palabra despacio para que se dé cuenta del gran fallo que va a cometer si no para, estar en estas circunstancias hace que desconfíe bastante de él.

—Hacerte mía no es ningún arrepentimiento. —Me suelta con intento de voz seductora pero lo único que hace efecto en mí, es repugnancia por el asqueroso olor a alcohol.

—Sé que si estuvieras con todas tus neuronas activadas, pensarías igual que yo, que hacerme tuya estando borracho no es una buena opción. —No sé qué más decirle, empiezo a estar nerviosa.

Se me acerca a paso lento, cada vez me estoy más acorralada, mi mente me dice o mejor dicho me grita huye, «¿cómo voy a huir si él es más rápido que yo?» entonces solo una idea me vino a la mente. Cuando ya estaba más cerca mía, empezó a tocarme la cintura, con su mano derecha me agarraba la cintura y con la izquierda empezaba a subirla en dirección mis pechos. Mi respiración es profunda y costosa, siento como mi corazón palpita a gran velocidad y no lo pienso más.

Mi pierna derecha sube hacia su miembro rápidamente y con agilidad me muevo para salir corriendo, mientras él está cayendo al suelo por el dolor causado por mí esplendida rodilla.

Salgo del cuarto a toda potencia, no sé a dónde debo esconderme, es más por el simple hecho de que puede percibir mi olor por su gran sentido del olfato, va a ser imposible o casi imposible esconderme de él.

Llego a las escaleras que bajan a la cocina, el salón y zonas principales de la casa, veo una puerta que nunca me había percatado de ella antes, voy hacia ésta con la esperanza de que esté abierta y haya buen escondrijo. Pongo mi mano en el pomo y la giro teniendo la gran y buena suerte de que se abra, pero con la gran desilusión de ser un "cuartucho" de limpieza, aunque eso de cuartucho tiene poco ya que es bastante espacioso, escucho las voces de Ethan diciendo mi nombre con dolor, lo que me dice que esa patada en el huevos fue una buena patada.

Sin pensarlo dos veces entro y me pongo en una de las esquinas que dan hacia la puerta por si me fuera a encontrar, pudiera salir rápido de allí, al lado mía hay una estantería con algunos productos como lejía o suavizante.

Intento calmar mi respiración que sigue bastante agitada hasta que escucho un ruido detrás de la puerta. Mi respiración se corta cuando escucho como el pomo es girado por «seguramente» Ethan.

Escucho los pasos entrando y dirigiéndose al centro de la habitación. «Ahora o nunca», salgo corriendo en dirección la puerta y escucho el grito de Ethan llamándome otra vez y como sale corriendo detrás mía. Voy hacia las escaleras corriendo lo más rápido que puedo hasta que noto mi pie doblarse, resbalarse y crujir por las escaleras haciéndome caer por ellas rodando hasta abajo, dándome numeroso golpes en varias zonas de mi cuerpo en especial de mi cabeza. Ya no doy vueltas lo que me dice que ya llegué al final de las escaleras, me levanto un poco pero todo me da vueltas, me duele mucho mi cabeza y me encuentro algo desorientada.

Veo como Ethan baja las escaleras hasta llegar a mi posición y se arrodilla a mi lado, me coge entre sus brazos.

—Lo siento nena, te juro que lo siento, no quería que pasara esto, soy un capullo. —Noto su respiración bastante agitada y que incluso le cuesta respirar.

—Sí, eres un total capullo. —Sonrío un poco pero emitiendo un casto jadeo por el dolor en mi frente.

—Te voy a llevar al salón nena, te voy a curar la herida de la frente.

Me levanta entre sus brazos y me lleva al salón y me deposita en el sofá. Veo como se mueve hacia un armario y lo abre sacando un bolso ancho con muchos bolsillos, se acerca a mí otra vez y se sienta a mi lado.

—Tal vez te duela un poco, pero es normal tiene que desinfectarse.

—Intenta al menos hacerlo con el mayor cuidado posible. —Me suelta unas pequeñas risas flojas a contestación.

—Vamos, mírame.

Le hago caso y aparta el pelo de la frente, pasa el pañito blanco con un líquido por mi herida y gimo del dolor y escozor que siento. Una vez limpiada mi herida me pone un poco de metadine y me coloca una tirita.

—Brynne yo lo siento tanto, no quiero que esto vuelva a suceder, no quiero que por mi silla te vuelva a suceder algo, lo que acaba de pasar no se va a ir nunca de mi mente. —Agacha su cabeza mirando a sus manos que están entrelazadas.

—Yo te perdono pero solo si no vuelves a beber nunca más, ni a fumar.

—Yo te prometo que no voy a volver a beber ni a fumar, pero que si estamos en alguna celebración, fin de año o algo que requiera una copa, entonces sí pero fumar nunca más. —Levanta su mano como si fuera un pequeño niño prometiendo.

—De acuerdo, solo en algunas excepciones podrás tomar un poco de alcohol. —Alzo la voz y profundizo en la palabra "poco" para que entienda bien el concepto.

—Gracias mi pequeña Brynne. —Se acerca a darme un beso y yo echo mi cabeza hacia atrás.

—Hueles mucho a alcohol y tabaco, hasta que no te duches, no te acerques a mí. —Le advierto poniendo una mano entre nosotros para que no se acerque.

—Vale, vale. —Alza sus manos a los lados y se pone de pie, me ofrece su mano para levantarme y la tomo.

—Gracias. —Le sonrío. —A todo esto, ¿qué pasó con tu padre para que te incitara a beber y fumar? —Le pregunto mientras vamos andando hacia las escaleras y empezar a subirlas.

He de admitir que me duele varias zonas del cuerpo que seguro mañana tendré algún hematoma.

—Mi padre el muy cabrón quiere que adelantemos la fecha de bodas aunque eso no es lo que verdaderamente me preocupa, sino que quiere que tengamos una cena con los Alfas de todo el mundo y además de eso quiere que delante de todos ellos declare que eres mi Luna, pero mordiéndote justo en la zona del corazón. —Ethan termina de decirme y todo lo estaba aceptando con pesadez hasta que escucho la última frase.

—¡¿Qué?! No, no pienso enseñar mis tetas porque a tu padre se le haya ido la pinza y esté flipado de la cabeza, eso si que no, podemos adelantar la fecha, podemos hacer esa cena estúpida y que tú digas a todos que soy tu Luna, ¿pero enseñar mis pechos? ¡Claro que no! Me niego. —Cruzo mis brazos por debajo de mi pecho.

—Lo he hablado con mi padre, ¿a caso crees que voy a dejar que todo el mundo te mire el pecho? Ni loco, lo he discutido con mi padre y de la gran discusión que hemos tenido por ello he acabado cabreadísimo, bebiendo y fumando. —Suspira y entramos al baño.

—De acuerdo y qué dijo.

—Logré convencerlo, pero aún así hay que ir a la dichosa cena de mierda.

—Bueno, al menos ya no es grave. —Dije y veo como Ethan se desnuda y se mete en la ducha.

—¿Me acompañas?

—No, estoy bien aquí, dúchate rápido y así vamos a dormir ya, muero de sueño y además mañana por fin empiezo. —Aplaudo sin hacer ruido con las palmas.

—Me alegra que estés feliz por ello.

(...)

Por fin se terminó de duchar y por fin estamos ya metiéndonos en la cama para dormir, he decidido dormir con él, nos sentíamos mal mutuamente por lo que sucedió hace una hora, mi caída y el intento de forzarme a tener relaciones sexuales. Aunque por fin entendió que no tiene que beber más si no quiere que algo malo suceda y entonces se arrepienta.

—Te amo mi dulce nena. —Me rodea por la cintura y yo me acurruco en su pecho.

—Te amo.

Es lo último que digo hasta caer en un profundo sueño que me lleva a lugares imaginables en donde sueño con Ethan siendo felices y normales.

Mi Lobo Posesivo  [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora