Capítulo 5

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Me despierto por la luz del sol, la persiana no esta bajada, fenomenal.
Quería dormir hasta que no pudiera mas, tengo una depresión de caballo.

Me levanto de la cama y cojo una toalla del armario, ropa interior, jeans, camisa y sudadera. Voy a la ducha, con agua calentita todo parece mejorar.

Salgo de la ducha y me dispongo a hacerme un desayuno que me llene toda la hambre que tengo.

Entro a la cocina y abro la nevera, cojo queso y me giro y pego un chillido.

—Me vas a dejar sordo nena. —Dice Ethan tan tranquilo.

—¿Qué haces aquí? Algún día me mataras del susto. —Le digo mientras cojo el queso del suelo que se me había caído por culpa de Ethan.

—Vamos a salir a desayunar. —Me lo dice mas como orden que como pregunta.

—Em... De acuerdo. —Digo dejando el queso en la nevera— ¿Dónde quieres ir?

—Bueno, eso es una sorpresa. —Dice él con una sonrisa.

(...)

Ya estamos en el coche para ir a donde el señorito quiera, se que él es raro y que oculta algo. No se como entra a mi casa, puede que yo sea una descuidada, aun así no se porque es tan atrevido de entrar en un sitio privado en el cual el no tiene nada que ver.

—¿Qué piensas nena? —Dice Ethan con voz pasiva.

—Miro el paisaje, es bonito a su manera. —Veo edificios asquerosos, se me da fenomenal mentir.

—Tienes unos gustos muy raro Brynne. —Se ríe de mi y yo sonrío.

—Por lo menos yo no voy entrando en casa ajenas. —Sonrío y veo que el se pone serio. —Esto... Ethan... Lo siento si te sentó mal... —No se que decirle.

—No te preocupes. —Dice apretando el volante y acelerando un poco.

Tengo un poco de miedo, los coches no me agradan demasiado...

—Ya queda menos para llegar. —Ya parece estar más relajado.

—Bien, porque tengo muchísima hambre. —Sonrío y él también parece que ya está mejor.

Veo por mi lado un muro con árboles y veo una casa grandísima detrás, con grandes patios, es una mansión.

Veo que Ethan se para en la valla que se abre para entrar a la mansión, algo que me ¿asusta? O más bien me ¿incomoda? No lo sé pero no entiendo por qué entramos aquí, ¿será su casa?

—Llegamos nena. —Le miro sorprendida.

—¿Dónde estamos? —Le digo bastante tonta.

—En mi casa, y nena, de aquí no vas a salir por una temporada. —Me dice sonriendo pero con una sonrisa tenebrosa.

—E...Ethan, ¿qué estás hablando? -Empiezo a ponerme nerviosa, no entiendo nada.

Rápidamente abro la puerta y salgo del coche y voy corriendo hacia la valla para salir de esa mansión, hace tiempo que no corría, así que me estaba costando pero espero que con mi rapidez y agilidad no me pueda coger.

Me arrepiento al segundo de pensar en eso porque Ethan me coje de la cintura cayéndonos los dos al suelo de la potencia.

—¡Suéltame, suéltame Ethan, eres un puto enferml, estás loco. —Le digo gritando, dejándome la voz.

Estoy en el suelo con un enfermo de la mente que me acorrala. Se sube encima mía y me inmoviliza.

—Nena, cómo te digo que de aquí ya no vas a volver a salir nunca más, desde ahora en adelante esta va a ser tu nuevo hogar o tu nueva cárcel depende de como te comportes, ahora mismo irás a una habitación, que será ¡nuestra! habitación y te prepararás con ropa que hay allí y te bañarás para estar hermosa para mi y mandaré por último a una sirvienta para que te traiga a mi despacho donde te explicaré las normas que vas a tener que seguir, si quieres que no sea esto una maldición. —No entiendo nada de lo que me dice, ni si quiera me entiendo yo, en que puto momento me dejé manipular por este hijo de la gran puta.

Mi Lobo Posesivo  [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora