Capítulo 24

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25/12/17

Borracho

Ya estabamos terminando de ducharnos, Ethan me trató tan delicadamente en la ducha, lavando mi cuerpo y mi cabello muy lentamente, no sé si lo estaría haciendo para provocarme o simplemente quería tratarme así sin ningún objetivo en mente. Desde luego a mí me daba igual, yo disfrute sea por la razón que sea.

Salíamos de la ducha y Ethan me envolvió en una toalla. Vi como cogía otra toalla para él y se la ponía al rededor de su miembro, después tomó otra toalla y se acercó a mi, me la envolvió en el pelo y empezó a secarmelo, yo me agarré a él con mis manos para no caerme del mareo que me producía al moverme la cabeza para secarme.

—Ya está, no está seco pero al menos no está empapado.

—Gracias. —Le sonreí.

—No me tienes que agradecer nada. —Me sonrió y me cogió de la mano para dirigirnos a la habitación y poder vestirnos.

Empezamos a vestirnos, ahora Ethan estaba un poco distante pero bueno, supongo que es normal, nos estábamos vistiendo y no podíamos prepararnos con caricias y mimos.

Ya terminada de colocarme bien la ropa, busco con la mirada a Ethan que se está intentando poner la coberta perfecta, pero por lo que parece, no lo está logrando.

—Déjame a mí. —Me acerco a él y le coloco la corbata de manera que a Ethan le complazca.

—¿Cómo sabes poner tan bien una corbata?

—Se lo hacia muy a menudo a mi padre. —Le sonreí y también sentí tristeza por recordar a mis difuntos padres.

—Sé... que a lo mejor no es fácil, pero, ¿y tus padres? Vivías sola. —Dice y siento un poco de dolor en el pecho.

—Bueno... A ver cómo te digo... Yo era pequeña y ellos desaparecieron aunque yo en mi mundo pensaba que estaban escondidos y querían que yo los encontrara... Pero en realidad no fue así, ellos a los días aparecieron degollados, no sabía qué era eso, ni si quiera qué era la muerte, solo me decían que ellos ahora eran invisibles, que me iban a cuidar siempre y que iban a estar a mi lado aunque no los viera, yo me lo creía lógicamente y por lo tanto por las noches antes de irme a dormir, me ponía en mi cama con patatas y empezaba a contarle mi día... —Una lágrima traicionera se escapa resbalándose por mi mejilla.

Ethan me limpia la lágrima con su pulgar y me sostiene la barbilla y me planta un beso lento en los labios, gracias a esa droga tan exquisita me siento mejor.

Nunca me ha gustado hablar sobre el suceso de mis padres, ¿pero a quién le gustaría hablar de cómo alguien asesinó tan cruelmente a tus padres? Creo que a nadie le gustaría hablar de ello. Nos separamos para respirar, estaba un poco ida, pero rápidamente volví a mí y me di una cachetada mentalmente para olvidar malos pensamientos.

—Sea lo que sea que sucediera, cuenta conmigo. —Me dijo Ethan en un susurro. Me alegré tanto ante aquellas palabras, pues sabía que podía contar con su apoyo, pero ¿hasta qué punto puedo confiar en él?

—Creo que... tu corbata está bien puesta... —Digo un poco nerviosa.

Mis pensamientos hacen que a veces Ethan pueda sospechar de mí. Veo como me mira un poco raro pero al momento me da una sonrisa y yo sonrío.

—Si te vas a poner un traje es porque vas a salir, ¿no? —Le suelto sin saber medir mis palabras ni mi tono de curiosa y a la vez molesta.

—Sí, voy a salir por unos asuntos con mi padre, es sobre la manada así que no te preocupes y no te pongas celosa, estás muy sexy enfadada pero ya estoy vestido. —Me dedica una sonrisa hermosa y yo le correspondo con otra.

—Idiota... —Le suelto en un susurro mientras sonrío y miro al suelo.

Ethan me coge de la barbilla y me levanta haciendo que le mire y me planta un casto beso.

—Me voy a ir yendo ya, nos vemos más tarde. —Me da un último beso y se va por la puerta.

(...)

Han pasado horas, ya se está haciendo de noche. En ningún momento Ethan me dijo la hora en la que volvería, sé que me dijo la verdad porque me encontré con Nana y me dijo que el padre estuvo llamándola para que pudiera contactar con Ethan que no cogía su móvil y yo sé que es lo que estaba haciendo en ese momento, haciéndome gemir de placer.

He de admitir que Ethan me hace sentir viva y me siento especial con él pero aún así está la desconfianza de cuando lo vi con Soroya. Maldita perra por qué no podría estar con Louis como corresponde y dejar que Ethan esté conmigo, aunque en realidad si él me quisiera no iría con ella, como me contó Sergio, ellos dos estuvieron juntos y Ethan la tenía como lo mejor se su vida y su gran amor. Me duele pensar en ello, un dolor agudo en el pecho aparece cada vez que tengo estos pensamientos tan malos.

Suspiro.

—¿Cuándo vendrás capullo? —Susurro en mi habitación mirando por la ventana.

Llevo toda la tarde encerrada aquí, no me atreví a buscar a Nano, en cierto modo me da miedo pero no solo él sino todo lo que está pasando, es tan fuerte lo que mi vida ha cambiado de un mes y poco a lo que ahora es, y que soy la elegida, pero elegida de qué, es que no entiendo nada y la cabeza siempre me está dando vueltas. Estoy todo el tiempo pensando en qué soy y qué está pasando si debo o no confiar en Louis y querer saber más sobre Soraya. Y cómo es que tengo un antepasado llamada Seira y mi "guardián" que es Nano que para mi solo era un gatito adorable.

Escucho la puerta de mi cuarto abrirse.

—Hola nena, ya estoy de vuelta. —Escuch como Ethan entra tambaleándose y hablando borracho.

Se me acerca e intenta besarme pero le vuelvo la cara cuando una bofetada de alcohol llega a mis fosas nasales, retrocediendo del asqueroso olor.

—Has bebido.

—Sí cariño y también he fumado, mi padre es un grano en el culo, no sabes lo capullo que puede llegar a ser. —Me confiesa rodando sus hermosos ojos.

—No es motivo para beber. —Le miro seria.

—Venga ya Brynne no seas tonta, sabes de sobra que hago lo que me da la gana y tú no vas a cambiar nada y ahora deja de darme la vara y déjame follarte hasta que no pueda más. —Me agarra de la cintura acercándome a él, me ruborizo al sentir su cercanía y su mirada posada en mí con deseo.

—Ethan es mejor que descanses y que ya mañana cuando estés más fresco y seas más tú hagamos lo que quieras, pero ahora solo descansa por favor. —Le suplico para que piensa con sensatez pero como es de esperar solo me empuja hacia la cama y se posiciona encima mio con los codos a cada costado de mí para no aplastarme por su peso.

—Tú no me dices que hacer, si quiero ahora mismo hacerte mía los haré y no te interpondrás en ello. —Me mira a los ojos solantándome todo con cara seria.

Mi Lobo Posesivo  [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora