Capítulo 67

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Sustos

Narra Brynne

Escucho la puerta abrirse de la habitación seguido de unos pasos cautelosos. Me acomodo en la cama sentándome, y enciendo la luz de la mesita de noche. Es Ethan, se sienta en el borde de la cama y empieza a desabrocharse la camiseta, después los zapatos y por último —y mi escena más favorita—, empieza a quitarse el pantalón lentamente. No sé si intenta provocarme o no, pero lo está logrando. Relamo mis labios.

Él mira hacia mi dirección una vez que tira los pantalones al suelo, pero algo me desilusiona. No está excitado. Arqueo mi ceja y él me mira con cansancio. Vaya. No buscaba provocarme, maldita sea.

—Nena, lo siento. —Se acuesta al lado mía—. Quisiera descansar, aunque fuesen un par de horas.

—No te preocupes... —digo a regañadientes—. Voy a por agua, ¿quieres? —Veo que el niega con la cabeza y salgo de la habitación.

Me molesta, no sé por qué, pero me molesta. Entiendo que esté cansando, pero, entonces podría haberse desvestido en otro sitio, ¿no? Maldito seas.

Llego a la cocina y abro la nevera para coger el agua fría, que si no fuera por el clima, me la echaba encima y dejaba que se me fuera toda la calentura. Cierro la nevera con fuerza después de dejar el agua dentro, y cojo el vaso y me lo bebo de un trago.

Mierda. Mi cabeza.

Me cojo de ella con las manos. Nunca bebas agua fría tan rápido. Parece que no aprendiera. Me siento en una de las sillas de la isleta y empiezo a pensar en todo lo que está ocurriendo y comprendo entonces un poco más del porqué Ethan está así. Pasó todo el día hablando con los guardias y haciendo planteamientos. Todo lo que está haciendo, lo hace para que salga perfecto y eso tiene que ser un dolor de cabeza más grande aun que el que yo acabo de tener por la maldita agua fría. Si es que... soy tonta.

Unos pasos me sacan de mis pensamientos y me pongo en guardia. Bajo de la silla y voy con cuidado a la encima en donde hay algunos cuchillos. No sé por qué me lo tomo como si fuese a ser algún intruso, en vez de los demás. Aunque sabiendo más o menos la hora que es, me parece extraño.

Camino con cuidado rozando mi espalda por las paredes, para que nadie me sorprenda por detrás. Apenas veo las sombras de los muebles, está bastante oscuro, porque a mi genial mente nunca se le ocurrió encender las luces para venir a la cocina.

No he vuelto a escuchar los pasos de nadie más, lo que me lleva a sospechar incluso más de que no son esta gente, y pueda ser un intruso.

De repente la luz se enciende y escucho un chillido agudo. Yo me sobresalto y se me cae el cuchillo al suelo, muy, pero que muy cerca del pie.

—Por Jesús, María y José, ¿señorita Brynne que hace despierta a estas horas? —es una de las mucamas, en concreto la que nos está ayudando.

—Vine a por un vaso de agua fría. —Me agacho para recoger el cuchillo—. Escuché unos pasos por allá —señalo con la mano hacia la dirección de la ventana—, creo que alguien estuvo aquí.

Ella abre los ojos como platos y se acerca a la ventana para ver si alguien había. Pero nada. La cierra y le coloca las cortinas.

—Señorita Brynne, tengo que decirle. —Se acerca a mí susurrando y siendo un manojo de nervios. Apoyo mi mano en su hombre izquierdo para que se tranquilice un poco y creo que lo consigo.

—Dime, ¿qué pasó? —la llevo hacia las sillas, pero antes miro por toda la estancia para asegurar que no haya nada sospechoso.

—El hombre que vino las otras noches a preguntar por ti, ha venido hoy. —Ahora la que abre los ojos como platos soy yo.

—¿Qué buscaba? —le digo y escuchamos las dos unos pasos, levantamos la mirada y vemos a alguien en la puerta apoyado con una pistola, y ambas chillamos.

—¡Tranquilizarse! —esa voz me suena. Levanto mi mirada y veo a Ethan. Me levanto rápido y me cuelgo de él. Me agarra solo con una mano, pues la otra la tiene ocupada con la asquerosa pistola.

—Ethan, el hombre que vino las otras noches, ha estado aquí. —Le digo, pero él no se sorprende.

—Querrá más información, los guardias me avisaron ahora de que vieron a alguien irse, y sospechaban que era él. —Me bajo al suelo y voy hacia la mucama que tiene una mano en el pecho.

—¿Estás bien? —le digo acercándome a ella.

—Sí, sí. Solo que son muchos sustos en una sola noche. —Suelto una pequeña risita y me siento otra vez enfrente suya. Ethan se acerca—. El muchacho vino para saber más de la boda, y de cómo estabas tú. No sabía que decirle porque de esto no habíamos hablado. Así que solo le dije que la boda sería dentro de poco porque no querías armar mucho jaleo ni llamar la atención de mucha gente. También le dije que no sabía mucho de tu salud, que yo no te cuidaba, solo limpiaba y poco más. Él asintió y me dijo que os dijera "Todo a su tiempo, nadie es más listo que ella". Y ya se fue corriendo. —Miro a Ethan por el mensaje que nos ha dejado. ¿Ella? ¿Soraya?

Ethan asiente le acaricia el hombro unos segundos para después decirle:

—Es mejor que vaya a descansar,  esto que acaba de suceder no estaba planeado pero lo has hecho muy bien, sé que puedo confiar en usted. —La señora le regala una sonrisa y asiente para después levantarse e irse de la cocina.

Ethan se gira para verme, mi cara es todo puro pensamiento. Ese mensaje me ha dejado bastante preocupada.

—Creo que sospechan de la boda, se veía venir. Nadie en su sano juicio haría una boda sabiendo que tiene unos enemigos deseando acabar con su mujer. —Ethan se acerca a mí y me acaricia la mejilla—. Pero no te preocupes porque voy a cuidar de ti. Y voy a protegerte hasta con mi vida si es necesario.

Yo también te protegeré con mi vida si es necesario, mi amor. Lo haré. Me acerco a Ethan y le abrazo escondiendo mi cara en su cuello.

 Me acerco a Ethan y le abrazo escondiendo mi cara en su cuello

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13/08/2019

¡Holaaa! Nuevo capítulo.💕
Espero que os guste y le deis mucho amor.☺️
Hadala09❤️

Mi Lobo Posesivo  [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora