Capítulo 54

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Maratón 3/3

Ethan sabía desde un principio que Nano no era normal, ¿por qué no me dijo nada?

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Ethan sabía desde un principio que Nano no era normal, ¿por qué no me dijo nada?

—¿Por qué no me lo dijiste? —Le miro frunciendo el ceño y acercándome a él.

—Al principio no sabía lo poderosa que eras, pensaba que solo eras una simple humana, ¿cómo iba a saber que podrías escuchar a Nano? —Me hieren un poco sus palabras... "simple humana"... ¿eso era? Y... si hubiera sido una simple humana... ¿seguiría conmigo? —. Estás pensando de más, Brynne. Aunque no pueda leerte la mente, sé que estás pensando cosas que no son. Entiéndeme

—Ethan, estuve pensando que me había vuelto loca, ¡loca!

—Creo que mejor nosotras nos vamos... —Chloe y Hannon salen rápido de la habitación cerrando la puerta con cuidado. Algo me dice que se van a quedar tras la puerta a cuchichear.

Ethan y yo nos volvemos a mirar, estoy cabreada y él preocupado. Tal vez y solo por esta vez, deje pasar la pelea que íbamos a empezar.

—Está bien —le miro levantando los brazos en son de paz—. Pero quiero ver a Nano.

—No lo encontramos, estamos buscándolo por todos lados pero no sabemos dónde está metido. —Empiezo a preocuparme, Nano suele ser independiente, pero después de lo sucedido no creo que fuese a irse y abandonarme, abandonarnos.

Me siento en la cama y apoyo mis codos en las rodillas a la vez que me llevo las manos a la cabeza, me siento muy frustrada. Ethan se acerca y se agacha a la vera de mis piernas, posa sus hermosas y grandes manos en mis muslos. Me da un beso de unos segundos en la rodilla para después levantar su cabeza y mirarme a los ojos. Estoy apunto de llorar, lo sé, lo noto en mis ojos, los siento cargados, borrosos y me pican.

—Esto... es muy duro... Ethan... —intento decir entro jadeos y llantos—. No entiendo, no entiendo nada.

—Shh —me pone su dedo índice en mis labios—. Tienes que descansar, tranquilizarte y dejar de pensar aunque sea un par de horas, por favor, Brynne, ¿podrás hacerme caso? —Le miro a los ojos, que también los noto un poco rojizos, como si también estuviera apunto de soltar todas esas lágrimas contenidas por días. Asiento despacio, creo que tiene razón, últimamente la está teniendo mucho y yo solo pienso en mí, siempre estoy pensando solo en mí y es por eso que pasó todo esto, la guerra entre dos razas que en sus tiempos fueron amigas.

El padre de Ethan... es un capullo. No puedo creer que ni siquiera le importe matar a su propio hijo para poder conseguir mis poderes, es algo tan cruel y poco ético. Aunque creo que en este mundo, la ética se pierde y con creces.

Ethan salió hace un rato de la habitación, pero yo no consigo dormirme. Sinceramente mi subconsciente no me lo permite, aunque quiera. Me acomodo en la cama, suspiro. No sé qué hacer. En esta habitación nunca estuve, aunque sé muy bien que estamos en la casa de Ethan, casa o mansión, como quieras llamarlo porque es enorme. Por la ventana se puede percibir a la perfección la entrada del bosque frondoso y lleno de vida, con sus hiervas verdes brillantes y sus troncos morrones quebradizos. No aguanto estar más en la cama sin hacer nada, me levanto y voy a un armario que está a la derecha de la entrada al lado de la ventana. Lo abro y encuentro algo de ropa, de mi talla, Ethan siempre pensando en todo.

El conjunto que decido es muy cómodo, simple y sobre todo elástico, creo que estamos en una situación en la que es mejor estar con ropa así, en cualquier momento podría pasar algo. Unas leggins negras, una camiseta ancha y alargada de color burdeo, me cojo una chaqueta negra y las Converse negras. Ethan ha tenido en cuenta por el momento que estamos pasando, que la inmensa mayoría de la ropa es cómoda y elástica. Veo que también hay unos pantalones vaqueros negros y azules que se estiran para poder moverse mejor. Hay otras sudaderas y chaquetas de distintos colores pero me he decantado mejor con el negro, tal vez si nos tenemos que camuflar... Pero en lo que no ha pensado ha sido en las camisetas, ¡hubiera sido un puntazo tener una negra! De todos modos, así creo que iré perfecta.

Me dirijo a la puerta y con cuidado abro intentando no hacer mucho ruido, miro a las dos direcciones que tiene el pasillo, izquierda y derecha, no veo nada, alguna que otra puerta, que desde luego no me suenan. Salgo de puntillas como si de un juego de escondite se tratase y vuelvo a cerrar la puerta con cuidado. No sé por cuál opción decantarme. No me suena nada esta parte de la casa, es normal puesto que es muy grande y no la he investigado entera. Decido ir por la derecha, con la esperanza de encontrar unas escaleras o algún sitio interesante, pero antes de empezar a caminar decido a qué voy para arriesgarme a que me pillen y me echen una regañina tremenda. —Buscar a Nano—, sí, esa es la mejor opción. Él me ayudará, sé que lo hará.

Camino por el amplio pasillo hasta que doy, por fin, con unas bentidas escaleras, al final tomé la decisión correcta. Bajo por ellas con cuidado de no hacer ruido, tal vez haya alguien por aquí y me escuche, no puedo tener riesgo. Desde que me desperté las cosas están muy tensas, lo veo normal. El padre de Ethan y Soraya tienen que estar pensando que estoy muerta pero lo cierto es que estoy más viva que nunca.

Llego al final de las escaleras y no veo a nadie, esta zona me suena más. Poco a poco y con mucho sigilo consigo llegar a la última planta. Todavía no he visto a nadie, me pone un poco nerviosa aunque me venga bien. Decido salir por la puerta trasera de la casa que da al jardín con sus pasadizos, tal vez tenga la suerte de encontrar a Nano por ahí.

Camino rápido y salgo por la puerta, no veo a nadie, ninguna vigilancia, esto se está poniendo muy raro. Camino sin rumbo en busca de un gato escurridizo. No lo veo por ninguna parte. Tal vez entrando en el bosque... ¡No! Creo que ya me estoy arriesgando demasiado. Decido darme la vuelta y volver a casa, a la habitación, un sitio seguro, por ahora... Pero cuando me giro veo a Ethan cruzado de brazos en la puerta para entrar a la mansión. Mierda.

27/02/2019

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27/02/2019

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Mi Lobo Posesivo  [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora