Fiestas, banquetes, era una de las cosas buenas, cosas por las que valía la pena ser princesa, he de admitir que me apena tener todo esto, mientras algunas personas en Camelot u otro reino tienen lo justo.
Hoy íbamos a recibir al rey e íbamos a hacer un festín de recibimiento. Justo el día en que mi sirvienta se enfermó, valla, sabía cómo vestirme, ¿Pero lo demás? Me estaba planteando llamar a alguien, en ese momento se abrió la puerta.
-Hola- Entro un Merlín muy sonriente.
-¡Merlin!- Abracé a Merlín, gesto que el imitó. El y yo nos habíamos apegado más con el paso del tiempo, era un gran amigo, conocía su secreto, quería que el me lo contará, aunque no lo culpo que no lo hiciera y tampoco lo iba a presionar para que me lo dijera.
He de admitir, que Merlín me ha hecho ver varias cosas, cosas que sin salir de palacio no había podido ver antes. Así como mis sentimientos hacia el, estos simplemente fueron creciendo, yo en verdad quería a Merlín, no sabía con certeza de que manera pero lo quería.
-Necesito ayuda, Astrid ha enfermado y no se que hacer -
-¿Puedo ayudarte?-
-No me lo tomes a mal Merlín, pero lo cierto es que preferiría llamar a alguien más, se como te trata Arthuro y no me gusta darte órdenes-
-Tonterías, ¿Quieres que te prepare el baño y te ayude?- No se que pensó Merlín pero en ese momento se sonrojó, medite lo que había dicho y no evite sonrojarme también. -Yo decía a.. no se.. tu.. mejor llamo a alguien mas-
Reí y el muchacho también mientras salía.
Me encontraba en uno de los pasillos, en el momento que iba a dar vuelta escuché algo caerse. Ví a Merlín ayudando a otra chica en el momento que Merlín la vio se quedó mudo. Sentí algo amargo dentro de mi, ¿Celos? No voy a negarlo me sentí celosa, y en ese momento me enoje conmigo misma, no podía estar celosa.
Avance hacia ellos.
-¿Algún problema?-
Merlín levantó la vista, y se le veía nervioso, no tenía porque sólo somos amigos.
-Yo.. choque contra ella y sin querer tire las cosas que traía-
-Bien, dense prisa, las personas necesitan pasar por aquí- Merlín iba a hablar pero avance sin tomarle importancia.
Valla que esto era un festín, estaba alado de Arthuro mientras comíamos. Veía como Merlín observaba de vez en cuando a la chica.
-Deja de mirarlo o se darán cuenta- Escuché a Arthuro, quien después de decirme eso le dió un sorbo a su copa.
-¿De que estás hablando?- Me hice la desentendida.
-Si lo prefieres no hablo de nada, pero te conozco -
Me quedé meditando, Arthuro era mi hermano, me conocía mejor que nadie.
-Tengo obsequios conmigo, para el rey- Le entregó algo a mi padre. -Para el príncipe y la princesa- Nos entregó algo a Arthuro y algo a mi. El mío era una copa, bastante hermosa diría yo. Me sirvieron vino en ella, estaba apunto de tomarle cuando.
-¡Espera!-
-¿Merlín que pasa?-
-La copa está envenenada-
-¿Que?-
Todos nos miraban.
-Esto es absurdo- Dijo el rey.
-De veríamos averiguarlo- Dijo mi padre, el rey se acercó a tomar mi copa, pero Uther la retiro. -No, si está envenenada quiero matarte yo mismo por casi envenenar y a mi hija. Muchacho tómala tu-
-No, morirá si de verdad esta envenenada-
-Silencio Amira-
-Si lo que dice el muchacho es verdad morirás, si no podrás hacer lo que quieras con el-
-Por favor Arthuro no dejes que lo haga- Le susurre a Arthuro y el me contestó igual.
-No puedo hacer nada, lo siento-
Merlín bebió de la copa, mi corazón estaba a mil, si estaba envenenada Merlín moriría y si no lo estaba moriría igual.
-Nada- Sentí un alivio.
Pero en ese momento Merlín se empezó a quejar, y cayó al suelo.
-¡Merlín!- Arthuro y yo nos pusimos a su lado, las lágrimas amenazaban con salir, ¡No! ¡No! No puedes llorar.
Llevamos a Merlín y la copa con Caius.
Hablaban y hablaban, yo no escuchaba nada, sólo estaba alado de Merlín.
-Ire, ¿Cuanto tiempo tengo?-
Arthuro fue a buscar la planta que podía salvar a Merlín, pasaron las horas.
-Mi Lady no cree que sería mejor que valla a descansar-
-No lo haré Caius, yo me quedo-
Me senté alado de Merlín, cuando acaricie su frente me di cuenta de que estaba hirviendo.
-Caius- Mi preocupación era notoria. -Merlín está hirviendo-
-Será mejor que lo mantengamos su temperatura-
-Ire por agua- Gwen salió con un balde.
-Mi Lady...-
-Caius, no me iré- Hubo silencio después de eso. -Fue mi culpa- Una lágrima salio y escurrio por mi pómulo. -Caius-
-¿Si?-
-¿Cree que la magia de Merlín ayude en algo?-
-¿La magia? No se de que me habla-
-No puedes mentirme Caius, yo se que Merlín tiene magia, lo sé desde antes, sólo te pido que no le digas nada, quiero que el confié en mi tanto como para contarme lo, se que será difícil pero, no imposible y tranquilo no lo diré a nadie, Merlín salvó mi vida dos veces, y yo..- Dude un poco pero lo dije. -Yo lo quiero- Caius me miro sorprendido mientras más lágrimas caían, Gwen entro en ese momento y me limpie rápidamente las lágrimas.
Pasó tiempo, de momento todo iba bien hasta que...
-Gwen puedes ir por más agua por favor-
-Pero acabo de..-
-Por favor-
-Si mi Lady- Gwen salió con el balde nuevamente.
-Caius ven- El se acercó. De la mano de Merlín había una luz azul. -¿Es magia?-
-Si eso parece-
-¿Pero que hace?-
-No lo sé, ¿Por eso envío a Gwen por agua?- Asentí con la cabeza.
Pasó el tiempo y mi hermano no regresaba, me empezaba a poner nerviosa, estaba alado de Merlín, no había dormido bien la noche anterior, y eso causó que me quedara dormida alado de la cama de donde estaba Merlín.
-¿Amira?- Su voz me despertó, esa voz que extrañaba, ese chico que no paraba de hablar.
-¡Merlín!- Sin más lo abracé con más fuerza de la que me imaginé.
-Me partiras en dos- Ambos reímos.
-Estas bien, estaba muy preocupada, no me dejes nunca por favor-
-No lo haré, lo prometo- Abracé a Merlín una vez más y el me abrazo a mi.
Así sintiendo que mi corazón volvía a latir con normalidad.
-Te quiero Merlín-
-Te quiero más Amira-
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La princesa de Camelot
General FictionSinopsis: Un solo destino, una obligación, una princesa, no es una chica normal, nació con un peso encima, un reino, Camelot. Incapaz de romper las reglas, su vida no le pertenece, al ser una Pendragon su vida le pertenece al bien estar del pueblo d...