-Ellos saben lo que hacen, debes confiar en ellos- Se encontraban dos chicos en una casa, uno levantando el desorden y el otro intentando hablar con su amigo. -Mira, cuando conocí a Arthuro yo hice lo mismo que tú, lo odié, creí que era pomposo y arrogante…
-No ha cambiado nada entonces- Le interrumpió el otro chico.
-Pero con el tiempo llegué a respetarlo por lo que representa, por lo que hace- A Merlín poco le importo que su amigo no le mirara.
-Yo se lo que representan, los príncipes, los reyes, todos los hombres como el, inclusive las princesas, quiénes son las primeras en correr- Le respondió Will a Merlín, sin dejar de acomodar.
-Will, no metas lo que le pasó a tu padre en esto- El ambiente cambio, Merlín estaba muy enojado por lo que había dicho acerca de Amira, Will no la conocía, a ella y tampoco a Arthuro, al menos no como el lo hacía. El chico dejo lo que hacía y miró Merlín.
-No, no lo hago- Dijo Will. -¿Por qué los defiendes tanto solo eres su sirviente?.
-Son mis amigos también.
-Los amigos no esclavizan a otros.
-Ellos no son es así- Merlín defendió a sus amigos.
-¿Enserio? Pues deja que empiece la pelea y verás a quien manda a morir primero, te garantizo que no será a ellos.
-Yo les confiaría a ambos mi vida.
-¿Ah sí? ¿Conocen tu secreto entonces?- Merlín se quedó pensando, no, no conocían su secreto, ni siquiera la chica a la que amaba. -Aceptalo, Merlín, vives una mentira, como lo hacías aquí. Eres su sirviente y nada más, o ya les habrías dicho todo.
Merlín se puso a pensar lo que dijo William, y lo que más le molestaba era que tenía razón. Más de una vez estuvo a punto de confesarle su secreto a la Pendragon, pero siempre pasaba algo que se lo impedía.
Era de noche, la casa de Junith estaba llena. Se estaban poniendo de acuerdo en cómo iban a dormir, dividieron la casa, las mujeres dormirían de un lado y los hombres del otro lado. Comenzaron a acomodar todo para dormir. Merlín se encontraba sentado afuera de su casa pensando en lo que le había dicho Will.
-Deberia decirle a Amira- Pensó en voz alta.
-¿Decirme qué?- Amira iba saliendo de la casa y escuchó lo que dijo Merlín, el volteó a verla.
El ojiazul comenzó a ponerse nervioso, si, debería decirle. Pero hubo algo que le dijo "Aguarda Merlín".
-Lo mucho que te quiero- Merlín sintió sus mejillas arder al ver la sonrisa de la chica, la cual apareció cuando Merlín le dijo eso.
-Y yo te quiero a ti- Ella se sentó a su lado. -Te ayudaremos Merlín- Miró en dirección a la Luna. -Haremos todo lo que podamos, te juro que no los abandonaremos.
Algo en la plática que Amira tuvo con Will la había dejado con ganas de decirle, más bien de dejarle en claro que nunca lo iba a abandonar en un problema así, que podía contar con ella, que siempre iba a estar junto a él, así como Merlín ha estado con ella, y no, no era como Morgana y Gwen que simplemente dicen que se lo deben a Merlín, más bien era porque ella lo amaba, estaba enamorada de Merlín y solo quiere que Merlín este bien, y si su mamá estaba bien Merlín también.
Merlín sonrió ante las palabras de Amira, si bien sabía lo único que no era mentira en su vida eran los sentimientos de ambos.
La mano de Amira estaba a un costado de ella y Merlín la tomo, haciendo que la princesa volteara a verlo, se miraron y se sonrieron, no era necesario decir nada.
Después de unos minutos todos, o la mayoría de las personas en casa de Junith estaban dormidas.
-¿Siempre has dormido en el piso?- Le preguntó Arthuro a Merlín.
-Si, la cama que tengo en Camelot es un lujo en comparación- Le respondió.
-Debio ser duro.
-Mmm… como la roca.
-No me refiero al suelo, si no a que para ti debió ser difícil
-No tanto, no conocía más- Merlín se acomodó un poco. -La vida era simple aquí, comes lo que cultivas, todo el mundo se ayuda, si tienes comida en tu mesa, y un techo sobre tu cabeza eres feliz.
-Suena… lindo.
-Lo odiarias.
-Sin duda- Dijo Arthuro para después cambiar de tema. -¿Por qué te fuiste?.
-Las cosas… cambiaron- Merlín no sonaba muy seguro.
-¿Cómo?- Merlín no respondió. -Deja de hacerte el interesante y cuéntame- Dijo mientras que con su pie le tocaba la cara a Merlín y este lo quitaba.
-Sentí que ya no encajaba- Habló después de un tiempo. -Quise hallar un lugar donde encajar.
-¿Tuviste suerte?.
-No lo sé aún.
Arthuro se removió, exhaló y hablo.
-Empezare el entrenamiento mañana, va a ser un largo día- Y se volteó dándole la espalda a Merlín. -Apaga la vela ¿Si?.
El mago se volteó para apagar la vela y descansar.
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La princesa de Camelot
General FictionSinopsis: Un solo destino, una obligación, una princesa, no es una chica normal, nació con un peso encima, un reino, Camelot. Incapaz de romper las reglas, su vida no le pertenece, al ser una Pendragon su vida le pertenece al bien estar del pueblo d...