Me gustaría decir que el sonido del gallo nos despertó, pero no, Arthuro madrugo, ¿Y esto a que nos obligo a todos?, pues si, a levantarnos, desayunamos y comenzamos a prepararnos, Merlín ayudaba a Arthuro a vestirse.
-¿Aún no has aprendido a vestirte?- Le dijo Morgana a mi hermano.
-Si no tienes perro, traes la vara tu mismo- Respondió Arthuro mientras terminaba de vestirse. -Sin ofender Merlín.
Termine de vestirme y al estar cerca de Arthuro le dí un golpe en el brazo a lo que Merlín rio, pero al ver la mirada de Arthuro se aclaró la garganta.
-No señor- Le contesto a mi hermano intentando controlar su sonrisa.
-Principe Arthuro, no terminaste tu comida- Junith se acercó con el plato de Arthuro.
-¿Ah no?- Y tomo el plato, Junith se fue.
-Vamos come- Dijo en burla Morgana.
Arthuro finjio comer, luego volteó a verme y creo que mi mirada lo decía todo, porque Arthuro se lo dió a Gwen y salió lo más rápido que pudo.
-Vamos, necesitamos madera y bastante.
-¡Arthuro!- El me ignoró y salió seguido por Morgana.
Gwen se comió lo que dejo Arthuro.
-Dice que esta rico- Le devolvió el plato a Junith y está sonrió. Gwen salió para ir con Arthuro y Morgana.
-Muchas gracias por la comida Junith, con permiso- Dije para regalarle una sincera sonrisa y luego salir de la casa, pero decidí esperar a Merlín en la entrada.
-Tu debes importarles- Escuché decir a la madre de Merlín.
-Arthuro y Amira harían lo mismo por cualquier aldea, así son ellos.
-Esta más que eso ellos están aquí por ti.
-Soy solo su sirviente.
-Dale más crédito que eso le caes bien a Arthuro.
-Esta porque no me conoce bien, si me conociera ya estaría muerto.
-Tu no piensas eso ¿Cierto?- Merlín se quedó callado y salió de la casa.
-Amira, tu...
-¿Yo...?.
-¿Escuchaste?- Me prenguto Merlín nervioso.
-¿Qué cosa?- Me hice la desentendida.
-No nada, ¿Vamos?- Asentí con la cabeza.
Tomé la mano de Merlín, si bien aquí no había nadie de Camelot que le dijera a mi padre, más que Gwen, Morgana y claro Arthuro, pero Gwen y Morgana no dirían nada, Arthuro sabe de esto desde antes y aún no ha dicho nada, así que no tengo de que preocuparme. El solo sonrió y caminamos juntos, aún con las manos entrelazadas. Llegamos dónde estaba Arthuro que carraspeó con la garganta al ver nuestras manos, Merlín me sujeto más fuerte y yo reí. Arthuro lo miro serio y Merlín rio también.
-Merlin, porque no vas por leña, ¿Quieres?- Le dijo Arthuro poniéndose en medio de ambos haciendo que nos soltaramos.
-Yo voy contigo- Le dije a Merlín.
-No, tu no vas, te quedas conmigo te necesito- Me detuvo mi hermano.
-¿Para qué?.
-Para...- Miró hacia arriba. Va a mentir. -Para entrenar a los demás.
-Nunca me has necesitado para hacerlo, tienes miles de caballeros a tu mando y nunca me has necesitado- Arthuro comenzó a verse molesto. -Pero ellos no son caballeros, así que te ayudaré, lo siento Merlín- No quería ver a mi hermano realmente enfadado.
-No podré enseñarles todo lo que hay que saber sobre la lucha con espada, pero pueden aprender lo básico- Comenzó a caminar.
-Algunos ejemplos son las posturas, también el como esquivar un golpe o asestar el suyo- Ayude un poco a Arthuro.
Me fuí con Morgana y Gwen quiénes afilaban espadas, y las comencé a ayudar, mientras Arthuro ayudaba a los demás.
-A mi cuenta- Lo escuché decir, volteó a verlo y me trae viejos momentos a mi cabeza. Sonrió al recordarlos. -Uno...
Después deje de prestarle atención y me concentre en lo que hacía, hasta que ví a todos sentados descansando y con las chicas decidimos hablar con Arthuro.
-Parece que la batalla ya se peleó y perdio- Le dijo Morgana a Arthuro.
-Mejoraran- Respondió el.
-Tienen que.
-¿Cómo estamos de armas?- Dijo antes de beber agua.
-No hay muchas pero podremos reunir lo que necesitas.
-No nos preocupan las armas, si no que haya personas que las usen- Interrumpió Gwen. -Debes dejar que las mujeres peleen- Dijo después de mirarme.
-No hay suficientes hombres si fueran soldados talvez tendrían posibilidad pero no lo son- Retomó Morgana.
-Es muy peligroso- Respondió mi hermano.
-Amira peleará.
-Eso es porque sabe que no puede hacer nada para detenerme- Intervine yo está vez.
-Ademas no es lo mismo, Amira e incluso tu tuvieron un entrenamiento previo, se han criado con espadas, igual que yo, aún así no lo harás Amira es muy peligroso- Dejando en claro que era el final de la discusión. Y yéndose de ahí. -Bien todos de pie, vamos a continuar, de pie.
Al día siguiente estábamos todos reunidos, viendo los avances que hubieron.
-No podremos defender Ialdor solo con la espada y el valor, necesitamos un plan- Estaba hablando Arthuro y luego se quedó pensando.
-Hay que buscar una forma de limitar su movilidad y llevarlos a una trampa- Les explique a los demás.
-Si peleamos con sus términos yo creo...
Arthuro fue acallado por un grito desgarrador que se escuchó afuera. Todos salimos corriendo. En un caballo estaba el cuerpo de Matthew.
-Bajenlo- Les pidió Arthuro.
Mi hermano se acercó a él, agarró la nota que tenía en la espalda atorada con una flecha y la leyó.
-¿Qué dice?- Le preguntó Merlín que se encontraba alado mío.
-Aprovechen este día será el último- Mi hermano me miró, algo en su mirada me decía que estaba molesto, intranquilo, preocupado. Y no lo culpo, todos lo estamos.
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La princesa de Camelot
Ficción GeneralSinopsis: Un solo destino, una obligación, una princesa, no es una chica normal, nació con un peso encima, un reino, Camelot. Incapaz de romper las reglas, su vida no le pertenece, al ser una Pendragon su vida le pertenece al bien estar del pueblo d...