Capítulo 27: Hermano mayor, princesa guerrera

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-Recuerden mis niños, toda princesa está protegida por un buen hermano mayor y todo hermano está protegido por una princesa guerrera- Dijo una mujer demasiado hermosa, cabello suave, lindo, ojos hermosos y sonrisa preciosa. Mi madre.

-Se que están cansados, pero hagan un esfuerzo más por mi- Arthuro estaba afuera, de algún modo el dragon que estaba abajo se había liberado y ahora estaba atacando Camelot. No me lograba explicar por completo como era que esto sucedía.

-No queda agua limpia- Ya que mi padre no me dejaba salir ayudaba adentro, curando a los heridos, con Caius.

-Lo sé pero es muy peligroso salir mi lady- Me respondió Caius.

Decidí ignorar las órdenes de mi padre y salí corriendo, como si nunca le hubiera desobedecido.

-¡Amira, no!- Escuche gritar al médico real.

Corri hasta el pozo y llene la bandeja de agua, pero justo cuando me iba a ir escuché a alguien gritarme, al girarme me di cuenta de que el dragón volaba hacia mi.

Tome el balde (no salí en vano, necesitábamos el agua) y corrí, pero no fue suficiente, un cuerpo se interpuso entre el dragon y yo. ¡Arthuro!. Sentí un cosquilleo en mi estómago, el sueño que tuve anoche sobre mi madre me recordó algo, Arthuro siempre ha estado para mi y yo siempre voy a estar para el. Después de ver que Arthuro estaba bien, nos levantamos y salimos de ahí. Gwen corrió a ayudar a mi hermano (He de admitir que aveces siento algo raro al ver a Gwen y a mi hermano, y sé que es lo mismo que siente Arthuro cuando me ve con Merlín, pero a ambos nos importa más la felicidad del otro que otra cosa).

-Caius, aquí está el agua ¿En donde está Merlín?- Pregunto al no ver al chico.

-Mi lady, no debió arriesgarse tanto y por Merlín... ¡Ahí viene!.

-¿Estas herido?- Le pregunto cuando está frente a mi.

-Estoy bien- Podía ver la frustración en su rostro, pero al hablarme se escucho más tranquilo. -No puedo hacer nada.

Tome su mano y la acaricie con la esperanza de que se calmara un poco. El me sonrió y se acercó un poco más a mi, se inclinó para hablarme al oído.

-Si tu idea era calmarme lo lograste, no salgas, es peligro y no quiero que te pase nada- Beso mi mejilla. -Te amo- Dijo antes de ir con Caius.

Arthuro era mi protector, al igual que Merlín, ambos me querían, ¿Que más podía yo pedir?.

Al día siguiente estábamos con mi padre, descubriendo la forma en la que íbamos a acabar con todo esto.

Se aclaró en que Arthuro iría a buscar a un dragon lord, personas que podían, que tenían, la habilidad de controlar a los dragones, fue algo fuerte escuchar a mi padre decir que era imposible, por lo cual asumo que él tuvo algo que ver con el hecho de que ahora solo haya un dragon lord en toda la historia; aunque también hay algo sospechoso y es que Caius era el único de la existencia de un dragon lord, digo, puede ser una coincidencia, pero, puede ser que haya algo más ahí.

Merlín y mi hermano iban a partir, obviamente no los iba a dejar solos (menos porque mi hermano estaba herido, y desconfío en las habilidades médicas tanto como de Arthuro como de Merlín), obviamente Arthuro no me dejó ir, y obviamente fui con ellos, porque ignore por completo lo que me dijo Arthuro, no sé cuál es el afán de no "permitirme" ir con ellos, si sabe que de igual forma siempre lo hago.

-¿Listos?- Pregunto Merlín.

-No gracias a ti- Respondió Arthuro.

-Estoy lista- Merlín me sonrió y me ayudó a subir al caballo.

Arthuro se quejó de su herida, Merlín le pregunto si estaba bien, a lo que Arthuro respondió -Es solo un rasguño- Solo negué con la cabeza y nos pusimos en marcha.

La princesa de CamelotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora