Capitulo 12: Adiós, Merlín.

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No podía dormir, Merlín, Merlín, mi mente no paraba de decir su nombre, y al escucharlo mi corazón se aceleraba.

-Debo estar loca.

Me levante de la cama, no servía de nada quedarme acostada sin hacer nada, así que decidí pararme por un vaso de agua y terminar mis deberes. Prendí una vela y la coloque sobre mi escritorio. Terminé más pronto de lo que pensaba, al menos me sirvió para despejar mi mente y dejar de pensar en esos ojos azules que literalmente me quitaban el sueño. Acomode todo, si, al fin podía decir que estaba libre de deberes por lo menos dos días, apague la vela y me fui a la cama, para esta vez cerrar mis ojos y caer en un profundo sueño.

Al día siguiente Arthuro estaba regañandome por las ojeras que tenía, y aunque As me levanto más tarde de lo acostumbrado, no pude evitar que se mostrara lo cansada que estaba.

-Lo siento, no podía dormir, yo no podía dejar de pensar en...

En ese momento entro Merlín, ¿Seria correcto decir lo que tenia planeado frente a el?.

-¿Y bien?- Me animo Arthuro para seguir hablando.

Lo siento Merlín.

-En la cita que tengo con George- Pude ver la mirada de dolor de Merlín.

-¿Segura? ¿Y George? ¿Desde cuando se volvieron tan cercanos?.

El nudo que se había formado en mi garganta me impidió contestar, y sólo moví la boca sin sonido aparente. Alguien más contestó por mi.

-Quizá ayer por la noche, cuando volvieron al castillo juntos, viniendo de no se donde. ¿Más vino?- Algo en las palabras de Merlín hizo que sintiera un escalofrío, y que quisiera salir corriendo de ahí, no podía soportar el hecho de hacerle daño a Merlín, pero no quiero que cuando me valla se quede sufriendo por mi culpa.

-¿Qué?- Casi grito Arthuro, ¡Oh! Olvidaba que estaba ahí. -¿A dónde fuiste y por qué motivo no sé nada?.

-Porque era un poco tar...

-¿Un poco? Era casi media noc...- Merlín se quedo callado al ver la mirada de Arthuro. -Perdón- Concluyó el chico.

-Gracias- Le dijo a Merlín.

Me levanté de mi asiento dispuesta a irme.

-Terminé, hablamos luego Arthuro, tengo cosas que hacer.

Me retiré de ahí lo mas rápido posible, una lágrima, luego otra, intente detenerlas pero me era imposible, me sentía impotente al no poder defender lo que sentía, y si hablaba con mi padre sobre esto seguro mandaría a asesinar a Merlín, ya que nadie detiene los planes del "gran Uther Pendragon".

Ahora todos nos encontrábamos en una reunión con mi padre y la madre de Merlín, la cual había conseguido mi hermano. La madre de Merlín estaba golpeada, y el se veía bastante alterado, me encantaría abrazarlo, pero estamos frente al rey, y mi posición en este momento, al igual que Arthuro es de príncipe y princesa, claro está que Arthuro no aceptaría que está preocupado por Merlín.

-...nuestros niños no viviran para ver otro verano, por favor, te ruego nos ampares- Concluyó la madre de Merlín.

-Ialdor está en el reino de Zendred, su seguridad es su responsabilidad- Respondió mi padre.

-Hemos apelado a nuestro rey, pero le importan poco las regiones lejanas, tú eres nuestra esperanza.

Mi padre se quedó unos segundos pensando, para después responder.

-Tengo una enorme compasión por ustedes y yo borraría a ese bárbaro de la faz de la Tierra- ¿Borraría? Estoy más que segura que negara la ayuda.

-¿Nos vas a ayudar?- Pregunto desesperada la madre de Merlín.

-Ojala pudiera- Lo sabía era un no.

-Podemos prescindir de unos hombres- Me apresuré a decir.

-Los recursos no son problema- Contesto el rey.

-¿Entonces que es?- Habló por primera vez Morgana.

-Ialdor está más allá del risco, si algún ejército de Camelot lo cruza sería acto de guerra.

-Se que eres un buen rey- La madre de Merlín se arrodilló, oh, está desesperada, ¡Vamos Amira piensa en algo!. -Un hombre caritativo, te lo suplico, ayúdanos, te lo pido.

-El acuerdo que hicimos con Zendred nos costó muchas vidas, no puedo arriesgar cientos de vidas por el bien de una aldea, temo que Camelot no puede ayudar- Fueron las últimas palabras de mi padre.

Morgana lo miro mal y ayudo a levantarse a la madre de Merlín, la gente salió. Al igual que mi padre, yo le seguí.

-Padre...- Le llame.

Él siguió caminando pero me contestó.

-Solo hay un motivo para que me llames padre desde que vimos lo del compromiso, y la respuesta sigue siendo no, espero que entiendas mi posición, ya que algún día espero seas la reina consorte Georgia, al casarte con George.

Entendí eso como un, "Amira no insistas o te irá mal". Me fuí de ahí y fuí a buscar a Arthuro, pero me encontré con George. Intenté pasar desapercibido a su lado, pero no funcionó.

-Amira, tengo muchas cosas planeadas para nosotros.

-Si, sobre eso, yo no me siento del todo bien- Ví como sus ojos mostraban tristeza, lo siento George, pero lo que siento por Merlín es muy grande, y él necesita mi apoyo.

-Esta bien, lo dejaremos para la otra- Siguió caminando, yo seguí en busca de mi hermano, cuando lo encontré estaba con Merlín.

-...el peor sirviente que he tenido, lo juro- Escuché a Arthuro, eso suena a una despedida, entiendo que Merlín quiera ir a ayudar a su madre, ¿Pero no va a volver?. Ahora siento quizá lo que Merlín sintió al saber que yo me iba.

-Gracias señor.

Me acerqué un poco, justo quedando de frente a Merlín que ya se iba.

-Merlin- Fue lo que salió de mi al encontrarme con sus ojos.

-Amira.

-Lo siento- No debo hacerlo, no debes Amira, no debo pero no puedo resistirme, soy una princesa, pero no puedo ayudar a mis amigos, ¿En dónde están esas ventajas de las que se hablan en los cuentos?. Agache le cabeza. -Si por mí fuera tropas de Camelot estarían llendo en este momento a Ialdor- Me sentía impotente, no sabía qué hacer.

Los brazos de Merlín me rodearon con fuerza, no sabía si alguien nos veía o si estaba bien, no sabía nada, y en realidad no me importaba, si Merlín no volvía quería tenerlo cerca aunque sea por unos segundos más.

-Descuida- Dijo sin soltarme, lo miré a los ojos. -Hiciste lo que pudiste, y yo lo agradezco- Y ahí está, la típica sonrisa característica de Merlín. -Agradezco desde la parte en la que te conocí, los momentos que hemos pasado juntos, las peleas, los bellos momentos, cada segundo contigo lo agradezco, creo que resultó algo bueno de salvar a Arthuro- Se escuchó un soplido por parte de mi hermano, el y yo solo reímos. -Te amo Amira, y solo quiero que seas feliz, así sea alado de...

Tomé la mejilla de Merlín y lo besé, esperaba que ese beso transmitirá más de lo que con palabras pudiera expresar. El correpondio el beso, y con todo el pesar de mi corazón tuvimos que separarnos.

-Adios Amira.

-Adios Merlín.

Él comenzó a caminar, no quería darme la vuelta, sabía que si lo hacía intentaría detenerlo, pero su madre lo necesita y no soy quien para detenerlo.

La princesa de CamelotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora