Capitulo 31: Eres un acertijo

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Mire a Merlín, estaba triste, me senté a su lado y puse mi mano en su pierna. Arthuro se nos acerco dijo que esperaramos. Al final Valinor no quería ir con nosotros.

-¿Que no tiene consciencia?- Cuestionó Arthuro.

-Deberías preguntarle eso a tu padre.

-¡Y usted no es mejor que él!- Le hablo con furia Merlín. No podía imaginarme lo que estaría sintiendo en ese momento Merlin, mi hermano dijo que nos fuéramos y yo avance con el.

Nos fuimos de ahí en caballo, después de un rato nos sentamos para poder comer algo, y más tarde dormir ahi, había sido un viaje largo.

-Crei que tu silencio sería una bendición, pero lo encuentro igual de irritante- Comenzó Arthuro, dirigiéndose al joven. -Eres un acertijo Merlín.

-¿Acertijo?- Dijimos al unísono, lo que me hizo reír y ruborizarme un poco.

-Si- Contestó mi hermano. -Pero creo que me agradas, ahora sé que no eres tan tonto como pareces- Dijo empujando un poco al chico, mi hermano, no lo estaba haciendo con maldad, así que no me moleste en reñirlo, de nuevo.

-Si- Contestó Merlín, que nos daba la espalda buscando algo. -Siento lo mismo contigo ahora que se no eres tan arrogante como suenas, por otro lado Amira no deja de sorprenderme, desde que la ví supe que era asombrosa, y cada día me sorprende con más cosas- Volteo me guiño el ojo y siguió en lo que estaba.

- Omitire los cumplidos a mi hermana- Y yo le pegue un golpe. -¿Aún me crees arrogante?.

-No- Merlín se giró a verlo. -Eres más despectivo.

-Que palabra tan rara Merlín. ¿Sabes que quiere decir?.

-Condecendiente- Respondió volviendo a girarse para continuar en lo que estaba.

-Muy bien.

-Paternalista.

-Eso no significa.

-No, son otras cosas que eres.

-Un segundo- Escuchamos un crujido de las ramas.

-Dominante, muy dominante- Merlín no se percató, tome mi espada y le toque el hombro para que se diera cuenta.

-Merlin- Le dijo Arthuro en susurro.

-Tu querías que hablara- Se defendió el mago.

Camine tras Arthuro. Escuchamos otro crujido, y cuando volteamos nos encontramos a Valinor.

-Cuidado muchacho, necesitan ayuda, es un lugar preligroso- Dijo al ver que Merlín le apuntaba.

-¿Regresara a Camelot con nosotros?- Pregunte.

-Tenias razón Merlin, hay algunos en Camelot que arriesgaron su vida por mi. Tengo un deuda que debe ser pagada

-Si logra matar al dragón tendrá una recompensa- ¡Pero si eres idiota hermano!.

-No quiero recompensa- Era de esperar.

-Bien, ¿Comemos?- Arthuro se fue, mire a Merlín, tenía una sonrisa de oreja a oreja. Les sonreí y me fuí.

Después Merlín y Valinor buscaban leña, no sé muy bien que hablaron entre ellos, pero cuando regresaron Merlín estaba más que contento, me alegraba verlo así.

El día llego a su fin y la luz de la luna iluminaba el lugar, así que nos propusimos a dormir. Me acomode a un lado de Merlín, si me acomodaba a lado de Arthuro quizá muera aplastada. Merlín aún no dormía, pero comenzó a acariciar mi cabello y me quedé dormida.

Me desperté porque Arthuro me tapo la boca.

-Hombres de Zenred.

De la nada comenzaron a salir hombres armados, nos atacaron, tome mi espada, luche contra ellos junto a mi hermano, Valinor y Merlín.

Termino con el que me estaba atacando, pero cuando volteó veo a uno atacando a Merlín desarmado, fuí para ahí, pero era demasiado tarde el hombre había atravesado el cuerpo de Valinor, quien se puso de frente para salvar a su hijo. El hombre salió volando por un hechizo de un Merlín furioso.

Me acerco a ellos, y escucho a Merlín decirle que no muera.

-Tu eres mi hijo, he visto lo suficiente en ti para sentirme orgulloso.

-¡No!.

Valinor había muerto, me acerque a ambos, Arthuro igual iba llegando, estaba furioso, al vernos Merlín contuvo su llanto, cerré los ojos de Valinor

-Camelot está condenada- Dijo Arthuro.

No me importó lo que dijera Arthuro, tome a Merlín de la mano y lo aleje, en un lugar donde Arthuro no nos pudiera ver. Lo miré a los ojos y le abracé.

-Hablaremos en Camelot, pero si lo que quieres ahora es llorar hazlo, estoy contigo- Le dije mirándolo a los ojos, sus ojos se volvieron cristalinos, me volvió a abrazar y comenzó a llorar.

-No me dejes- Me dijo entre el llanto.

-Nunca.

La princesa de CamelotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora