-Tengo que irme.
-Regresaras ¿Verdad?- Me ponía demasiado triste el hecho de que George se tuviera que ir de regreso a su reino, y que en tan solo unos minutos Merlín y Arthuro se tengan que ir a matar a la bestia.
-Si, lo haré, tengo unos asuntos que resolver en Georgia, en cuanto termine regresaré.
Abracé a George y él me correspondió, subió a su caballo y se fue junto a su escolta.
Era muy temprano, así que decidí pasar tiempo con Arthuro, quién se estaba preparando para marcharse.
Era el momento, mi hermano debía partir.
-Han visto al enemigo a vencer, es una criatura de pesadilla- Habló Arthuro a la línea de caballeros que estaba frente a él. -Ustedes son los mejores caballeros del reino, la mataremos, lo haremos, antes de que dañe a otros ciudadanos de este reino, ¡Por el amor a Camelot!- Arthuro sacó su espada y la levantó.
-¡Por el amor a Camelot!- Los caballeros presentes le hicieron coro.
-¡Arthuro!- Bajando las escaleras venía una Morgana muy alterada.
-¿Morgana?- Volteó mi hermano. -Morgana, ¿Que sucede?.
-No puedes enfrentarla- Al escuchar a Morgana mis nervios aumentaron, yo no quería que mi hermano fuera, ahora menos.
-Morgana, Morgana, vuelve a la cama, no hay nada que temer- Arthuro intento calmarla.
-He visto cosas terribles- ¿Cómo que ha visto?. -¡No puedes ir!- Bueno en algo estabamos de acuerdo, pero sé que aunque le diga a Arthuro que no valla, el iría, es tan obstinado, aunque pensándolo bien, no puedo pedirle eso a Arthuro, porque al final vivimos por y para Camelot, así que en parte siento lo que el está sintiendo en ese momento, el querer proteger Camelot, el querer proteger a toda la gente que habita en el reino.
-Tel vez tuvo una pesadilla señor, la llevaré con Caius…
-Tranquilo Merlín, lo haré yo- Abracé a Morgana, quién tenía cada vez más panico. -Tranquila, está todo bien.
-Tranquilas, yo veré que esté a salvó, lo prometo- Dijo Merlín mirándome a los ojos.
-Cuidate Merlín- Le dije mientras regresaba adentro del castillo con Morgana.
Arthuro se fue, Caius le dió algo a Morgana para que se relajara, cuando estuvo en su cama se durmió, deje que Gwen se quedará con ella y me fui a mi habitación, hice mis deberes y comí en mi alcoba, no quería salir, estaba ansiosa.
Si las cosas seguían como hasta ahora tendría que pedirle a Caius que me diera un poco de lo que le dió a Morgana, no podía con tanta angustia, lo único que podía hacer es pensar "Tranquila, están bien", pero eso no sirve de nada si no te lo crees. Pasó un tiempo y decidí ir a ver a Caius, me sentía un poco mal, algo no andaba bien conmigo, estoy exageradamente preocupada.
Llegué dónde Caius, me dió un té, y comenzó a conversar conmigo, era más que obvio que lo único que intentaba era distraerme y yo de hecho lo agradecía, si me hubiera quedado en mi habitación todo este tiempo hubiera enloquecido.
-¿Sabes por cuánto tiempo Merlín siga ocultando su secreto? ¿Al menos a mí?- Le pregunté a Caius mientras daba otro sorbo a mi té.
-No lo sé, mi lady, y espero no esté molesta con Merlín.
-No, en lo absoluto.
-Se que no es de mi incumbencia pero ¿Cómo va, como se siente con el tema del matrimonio con el príncipe de Georgia?.
-Bueno, Caius, yo…- La pregunta me había tomado por sorpresa, iba muy bien mi relación con George, pero aún no éramos nada, y Merlín seguía presente, a pesar de lo que pasó con George, Merlín seguía ahí.
De repente abren la puerta.
-¡Merlín!- Dije al ver de quien se trataba, estaba feliz de verlo bien, pero, en ese momento sentí como si me hubieran vaciado un balde de agua fría.
El cuerpo de Arthuro estaba frente a mi, un cuerpo inmóvil, ojos cerrados, pálido.
-¡Arthuro!- Corri hacia el. -¿Pero que pasó Merlín?- Algunas lágrimas comenzaron a salir, pero Merlín ya no estaba ahí, había entrado en su habitación, ¿En serio?.
Mi padre entro muy rápido.
-Hare lo que pueda señor- Le dijo Caius al rey.
Sentí a mis piernas temblar, mi corazón se aceleró, me comenzó a doler la cabeza, y de ahí todo se volvió obscuro.
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La princesa de Camelot
Ficção GeralSinopsis: Un solo destino, una obligación, una princesa, no es una chica normal, nació con un peso encima, un reino, Camelot. Incapaz de romper las reglas, su vida no le pertenece, al ser una Pendragon su vida le pertenece al bien estar del pueblo d...