Capitulo 7: Mordred

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Otra vez esas campanas resuenan por todo el castillo, siempre significan lo mismo, hechiceria. Me dirijo apresuradamente hacia la habitación de Morgana, Gwen abre la puerta, entro a la habitación de Morgana y me quedo un rato ahí. En eso la puerta se abre de repente y entra Merlín con un niño.

-Tienen que ayudarnos- Hablo Merlín preocupado, rápidamente nos paramos. -Lo persiguen los guardias-.

Llamaron a la puerta de Morgana.

-Atras de la cortina.

-Un druida ha entrado al castillo mi Lady, si es posible no salgan por su seguridad, compromiso.

El niño druida estaba herido, yo no sabía que hacer, ni que decir, Merlín se percató de ello.

-Amira, ¿Te encuentras bien?- Lo único que hice fue negar con la cabeza y salir de los aposentos de Morgana. No delataría al niño, pero si Uther descubría que Morgana y yo lo estuvimos cubriendo, que Dios nos ampare.

Estaban apunto de ejecutar al druida, no al niño, al padre. Merlín y Morgana escondieron muy bien al niño; me encontraba con ellos en la alcoba de Morgana, y entonces sucedió, el padre del niño fue ejecutado en manos de mi padre.

El niño druida se encontraba acostado, Morgana había ido a descansar un poco.

-Pobre, esta siendo perseguido por mi padre- Merlín volteo hacia mi. -Quizá la magia no es algo que tu elijas, quizá la magia te escoge a ti- Esperaba que Merlín estuviera entendiendo el mensaje. Pero sólo se me quedo viendo fijo, la intensidad con la que sus ojos miraban los mios me hicieron sonrojar. -¿Por qué me miras así?- Merlín solo negó con la cabeza.

-Cuando hablas de la magia no veo a tu padre en ti, al contrario, Amira no eres igual que tu padre y eso me agrada, eres muy lista, valiente, tienes un corazón tan bello y puro- Merlín tomo mi mano.

Merlín, si solo supieras que se tu secreto y que puedes confiar en mi como lo he hecho yo contigo, quizá sería diferente. Solté la mano de Merlín y me dirigí a la puerta. -El niño tiene fiebre, le diré a Gwen si puede traer más agua-. No sabía si la expresión con la que había dejado a Merlín en los aposentos de morgana era de tristeza, enojo o confusión.

Mi hermano toco la puerta de Morgana. -Necesitamos registrar la alcoba- Merlín se puso atrás de una cortina con el niño, Morgana y yo nos quedamos con Arthuro.

-Esta detrás de la cortina- Morgana me miró sorprendida. Era obvio que no me gustaba tener que esconder al niño, pero la mirada de Morgana me dolió, eso significan dos cosas, uno, no confía en mi y dos, no conoce a Arthuro.

-Claro hermana, quieres que vea y después quede como tonto.

-En mi opinión querido hermano, no necesitas de mi para eso- Arthuro me miró entre enojado y desconcertado.

-Vámonos de aquí, no hay nada- Arthuro salió. Y Merlín salió de su escondite.

-Es más que obvio que  no confían en mi para esto, me di cuenta por sus reacciones, jamas los delataría, confiaba en el ego de Arthuro, en fin tengo deberes que hacer- Salí de ahí sin voltear a ver.

Pasaban los días y mi genio iba de mal en peor. Llamaron a mi puerta.

-As ¿Puedes ir a abrir por favor?- Le dije a mi sirvienta, porque yo estaba realmente ocupada con un manuscrito.

-Espera un momento- Escuche a As, y levante mi vista. Eso solo significaba una cosa, era Merlín, o Gwen, o Morgana.

-Mi lady

-Sin rodeos ¿Quien es?

-El sirviente del príncipe Arthuro, el joven Merlín

Asentí con la cabeza y volví a mirar el manuscrito. -Que entre- Dije sin apartar la vista. A lo mejor vine a preguntar que pasa conmigo y yo le respondería lo que le dije a Arthuro, ni yo misma sé.

-Amira, te necesitamos

Eso me hizo mirar a Merlín. Pero a la vez me hizo enfadarme, ¿Para eso vino?.

-¿Qué?- Me levanté de mi silla. Si, me equivoque de motivo.

-No me mal entiendas, solo que..

-¿Para eso vienes a buscarme?

Me sentía triste, enojada, no sabía si reír, llorar, o sacar a Merlín.

-Lo que necesites puedes ir con mi hermano- Dije volviendo a sentarme y continuando con el escrito.

-Amira...- Merlín dudo en decirme lo que iba a decir, pero lo hizo. -El niño esta cada vez peor, solo queriamos pedirte que hablaras con Caius.

-Ya te lo dije, necesitas algo, ve con Arthuro. Ahora, si me disculpas tengo que muchas cosas que hacer.

Merlín salió, me sentía triste, enojada, me sentía muy mal, frustrada, tenia mucho trabajo, a eso le agrego la presión de mi padre con que yo busque un compromiso ventajoso.

-Caius- Llame a su puerta y el abrió.

-Mi lady, ¿Se siente bien?, sabe que no es necesario que venga yo puedo ir con..

-Estoy bien, gracias ¿Esta Merlín?.

-No, pero pase.

-Gracias-. Le suplique a Caius que viera al niño.

-Su padre matara al que ayude a ese niño ¿Tambien quiere mi cabeza?.

-No, Caius, solo te pido ayuda para que el niño este mejor y se marche lo más pronto posible. No abandonó a Merlín, no lo haga con el por favor-. Caius vaciló un poco, pero accedió.

-El niño esta en los posentos de Morgana, digales que yo hable con usted y ellos entenderán.

-¿No viene conmigo?.

-No creo que sea buena idea.

-Por favor mi lady.

Suspire rendida y acepte ir con Caius. Entramos a la alcoba de Morgana y todos los que sabíamos el secreto estábamos ahí.

-Una cosa es segura Merlín, no eres médico- Dijo Caius. Después de ver los dotes de médico de Merlín. No pude evitar soltar una pequeña risita al escuchar eso. Todos voltearon a verme con una sonrisa, pero inmediatamente tome una postura seria.

La princesa de CamelotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora