La Maldición

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{Nota: te quiero dar las gracias por llegar a este punto, por favor, te pido votes y comentes conforme leas mi historia. Sin más que decir, te presento tu nueva historia 'Curse'. Espero que la disfrutes tanto como yo disfruté escribiéndola.}


Estambul 1947. 3:30 am.

La sangre de aquella niña vudú caía sobre mis dedos de manera pegajosa. El cuchillo que utilicé para defenderme se encontraba tirado en la acera manchado de aquella substancia pegajosa roja.

La ira y la adrenalina se habían esfumado de mi cuerpo tan pronto como aquel cuchillo había entrado en contacto con el corazón de la pequeña.

Podía oír claramente los apresurados latidos de mi corazón. Respiraba entrecortadamente y me agarraba con fuerza el costado derecho magullado.

Volteé a ver hacía todos lados tratando de encontrar a Travis y Max por alguna parte. Los había perdido de vista cuando peleaba contra la niña. Joder, ¿en dónde mierda estaban?

Bom, bom, bom.

Unas pisadas retumbaron en la acera rompiendo el silencio. Antes de que pudiera buscar un lugar en donde esconderme, una anciana de estatura baja se plantó frente a mí.

Me miró con ojos entrecerrados y después volteó a ver el cuerpo de aquella niña ya sin vida.

Ira y venganza se dibujaron en sus ojos. Dirigió su mirada hacia mí y con voz temblorosa, me dijo:

—Tú!— Gritó enfurecida. Tú, hijo de Adán, haz matado a mi pobre e inocente sobrina.

Sin saber que hacer, solo la miré a los ojos.

¡La has matado! — Gritó ¡Y no te avergüenzas de ello!

Su existencia a sido la causa de sufrimiento en mi familia. Esa bestia tenía que ser exterminada.— Dije con voz fría, la mujer se acerco a mi temblando a causa de la ira.

Te has metido con las personas equivocadas Trevor Lodge. Me dijo con una sonrisa burlona en la cara.

Mi cuerpo se tensó al oír mi apellido salir de su boca. La electricidad de un escalofrío pasó por mi columna vertebral, hasta terminar en mi nuca.

Demonio del infierno.— Respondí con voz grave mientras apretaba los puños a mis costados. ¿Cómo sabes mi nombre? Grité.

Sé más de lo que tú crees. — Me dijo mientras una sonrisa a la cual le faltaban varios dientes se dibujaba en su rostro. Te mataría creatura, pero sería hacerte un favor...

No saldrías viva si lo intentaras.Respondí de manera egocéntrica. He sido entrenado a lo largo de mi vida, para terminar con las criaturas que interfieran con la paz y los mandados de mi familia.

No te mataré Lodge. Me dijo fuertemente. Pero en una maldición tu alma caerá, y como consecuencia, tus engreídos compañeros quedaran atrapados contigo.

Lo miré atónito, no creía en sus tontas palabras.

Me miro fijamente a los ojos y pronunció viendo hacia el cielo:


Tendrás el poder de borrar mentes y hacer sufrir sin siquiera tocar,

Vagaras por la tierra eternamente haciendo sufrir a la que amarás,

Cuatro será el número maldito, y a cuatro personas tú matarás,

Cuándo ella la verdad sepa, en una profunda lucha, tu amada caerá,

Porque cuando menos lo esperes, ella en tus brazos, muerta estará—.


Una sonora carcajada salió de mi garganta.

No creo en tus palabras, estúpida vudú.— Le dije.

Una sonrisa se asomó a sus labios.

Si de la maldición quieres salir, solo tendrás que escuchar. La cruz roja marcara el futuro de tus víctimas. Si a las cuatro almas marcadas tu logras matar, tu alma entonces libre estará.
Pero si a las cuatro almas no logras matar, tu ama entonces, presa estará.

Alcé una ceja con desprecio, viéndola fijamente.

No creo en tus palabras demonio. Le dije. Ahora, tus últimas palabras.— Le dije mientras sacaba mi espada de su empuñadura.

Su risa resonó en toda la acera. Y antes de tener tiempo de dirigir mi espada hacía su corazón.

Todo se tornó gris.

Curse || editando.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora