Moví rápidamente la cortina hacia una lado para ocultarme detrás de ella. Mi corazón latía a un ritmo irregular. Recargué mi espalda contra la pared, e intente controlar mi respiración, pero el intento fue vano, mi corazón seguía latiendo desbocadamente, y mis manos temblando.
Esos ojos verdes seguían pasmados en mi mente, no podía sacármelos de la cabeza. Sabía que nada bueno podrían traer esos ojos, si me ponían en mi actual estado: sudando, temblando, y con el corazón a punto de salirme del pecho.
Mi cuerpo había reaccionado de una manera muy extraña, y eso no me gustaba, para nada.
Mis inestables manos se dirigieron nuevamente hacía la cortina para moverla a un lado y comprobar que las dos figuras que había visto anteriormente seguían ahí, follando.
Me asomé a la ventana, y mi corazón latió más a prisa.
Allí, justo al otro lado de mi ventana, ya no había nadie.
Force la vista, y logre enfocar una tenue luz más adentro de esa habitación, diciéndome que alguien estaba ahí. Seguramente, las dos figuras se habían adentrado más a la habitación a causa de mi fallido espionaje.
—Claro Lena, obviamente van a seguir haciendo sus cosas, no por una tonta chica entrometida, van a dejar su diversión.— Me regañé mentalmente, mientras ya más tranquila, cerraba la cortina y pasaba frente al verde sillón de la sala.
Miré mi reloj de muñeca para comprobar la hora; 12:34 marcaba el reloj, ya era bastante tarde y yo ni rastro de sueño tenía. Mi madre llegaría hasta las ocho de la mañana, ya que trabaja cómo enfermera en el hospital 'Forth Hare' en el turno de la noche.
Estaba más que segura que no se enteraría acerca de mi desvelada, sólo llegará, y se meterá a su habitación a dormir, sin percatarse de nada. Cómo siempre.
Me senté en el sillón de la sala, tomé entre mis manos el control remoto, prendí la televisión y empecé a cambiar los canales en busca de algo entretenido que ver. Mientras pasaba los canales, una peculiar escena de alguna película llamó mi atención, haciendo que parará mi búsqueda de canales.
Pornografía.
Pura pornografía había en aquel canal, claro, siendo las doce de la noche, no iba a encontrar un canal decente que ver. Y mi decencia a se había perdido en ese momento, mientras ponía toda mi atención en aquellas sucias imágenes.
Había un chico en escena, alto, fornido y realmente guapo, tenía entre sus manos una pequeña pala de madera, unos pequeños pantalones negros cubrían su parte intima, todo lo demás estaba descubierto. Detrás de él, se encontraba una pequeña figura femenina atada boca abajo de pies y manos en una cama, desnuda.
Desvié mi mirada hacía el piso, arrepintiéndome de lo que estaba viendo. No era de esa clase de chicas que soñaba estar atada frente a un chico, expuesta a él.
Subí mi mirada hacía el televisor de nuevo, y observé cómo el chico se acercaba lentamente hacía la chica atada en la cama. Paso la pequeña pala de madera por sus caderas hasta llegar a su trasero. Y justo cuando tocó le trasero de ella, alzo la pala, para bajarla con fuerza sobre este, dejando una fea marca roja en él.
La chica se retorció en la cama, mientras una mueca de dolor, se formaba en su rostro. Pero después, esa mueca se transformaba es satisfacción, en lujuria. Estaba viendo puro masoquismo.
Cerré mis ojos con fuerza para evitar ver las imágenes, y cuando estaba a punto de volver a abrirlos, tres golpes secos en la puerta hicieron que abriera abruptamente los ojos.
Me levanté del sillón nerviosa, apagando rápidamente el televisor, llevándose consigo esas lujuriosas imágenes, que en mí sólo provocaban escalofríos a lo largo de mi columna vertebral.
Me dirigí con pasos temblorosos hacía la puerta, preguntándome, quien podría estar tocando mi puerta, a estas altas horas de la noche.
Pasé temblorosa mis dedos por mi largo y castaño cabello desenredándolo, mientras me imaginaba lo peor. Si, tendía a ser muy paranoica en estas situaciones.
—¡Voy!— Grité, mientras escuchaba nuevos golpes en la puerta. Si que nuestro visitante era impaciente.
Alcancé la puerta y lentamente la abrí, dejando entrar el aire frío del exterior. Mis ojos se abrieron a causa de la sorpresa y una 'o' se formo en mis labios.
Mierda, esto no me podía estar pasando a mí.
El chico de rulos y penetrantes ojos verdes, se encontraba justo al otro lado de mi puerta.
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Curse || editando.
Teen Fiction❝Él tiempo desaparece. Lo único que queda esta en tú memoria. Y la única realidad ahora, no es sólo lo que tus ojos ven, sino lo que tú corazón siente. No me da miedo vivir. Me da miedo vivir así, sabiendo que tú dolor alimenta mi alma❞ Libro comple...