Capítulo 33: Profecias.

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Dejé de respirar por unos segundos cuando sus palabras hicieron eco en mi cabeza: "No hubiera encontrado el verdadero amor." Mi respiración se volvió superficial mientras sus palabras viajaban por mi mente una y otra vez. Subí mi mirada y me encontré con sus ojos verdes observandome fijamente, un brillo peculiar que no reconocí encendía sus ojos.

Se acercó unos pasos a mí, está vez no retrocedí, posó sus manos delicadamente sobre mi cintura, y juntó nuestras frentes.

Cerré los ojos suavmente, me impresionaba mi manera de reaccionar, después de decirme y revelarme tantos secretos...

—¿Sigues molesta conmigo bambie?— Preguntó Trevor haciéndome reír.

—¿Es enserio?— Murmuré divertida mientras abría los ojos y me separaba levemente de él, recargué mis manos sobre su pecho. —Acabas de decirme una sarta de cosas que yo no podía ni imaginar, me acabas de decir que me amas y ¿Me preguntas sí estoy enfadada?— Pregunté riendo.

Él hizo una mueca extraña, me tomó por el mentón con suavidad obligándome a verlo.

—Hey, lo siento. Contigo nunca sé que decir, es como estar terreno peligroso.— Murmuró Trevor, depositó un leve beso sobre mis labios.

—Respondiendo a tu pregunta...—  Lo miré a los ojos. —No, no estoy enfadada.— Le dije, él dejo salir un suspiro de alivio. —Pero es demasiada información por asimilar, estoy más bien... impresionada.—  Hablé.

—¿Impresionada?— Pregunto Trevor extrañado alzando una ceja. —Joder nena, ¿eso es bueno o malo?— Preguntó.

Negué con la cabeza no sabiendo que responder.

—No lo sé.— Murmuré, me separé de él y me recargué sobre la pared mientras pensaba. —Trevor, no sé que pensar...— Me interrumpió.

—Entonces no pienses nena.— Se acercó rápidamente a mí, me tomó entre sus brazos y pegó sus labios a los míos. Las mariposas se instalaron nuevamente en mi estómago haciéndome suspirar sobre sus labios. Llevé mis manos hasta su nuca y jalé levemente sus risos haciendo que dejara salir un gemido, sonreí sobre sus labios. Acarició levemente mi cintura mientras alzaba la playera y tocaba levemente mi abdomen. —Sólo no pienses.— Volvió a murmurar sobre mis labios.

Me separé de él lentamente, mis pensamientos me abrumaban, tenía que pensar y tener todo en claro.

—Aún no he terminado.— Murmuré, tenía que mantener distancia física con Trevor si quería mantener la compostura. —¿No hay otra manera de salir de esa estúpida maldición?— Fruncí el ceño. Sacudí la cabeza pensando mejor mis palabras. —Me refiero a que... ¿Ya la encontraste? ¿Tienes que matar necesariamente?— Cerré los ojos imaginándome a Trevor matando a otra persona, casi me dieron nauseas, di un paso hacía atrás y me recargué en la mesa, tratando de que las piernas no me flaquearan. —¿Ya la encontraste?— Murmuré temblorosa. —¿A la siguiente?— Mí voz salió en un hilo.

Escuché a Harry suspirar, tenía la mandíbula tensa, se encontraba recargado sobre la pared.

—Al principió creí que eras tú...— Murmuró, su vista se encontraba perdida en alguna parte del suelo. —Todo encajaba, tú anillo con la cruz roja, el aleteo que sentía cuando estaba a tu lado, podía borrarte la memoria...— Cerró los ojos, llevándose la palma de la mano a su cabeza en señal de frustración, alborotándose el cabello. Un escalofrío recorrió mí columna vertebral, aún no me hacía la idea de él borrándome la memoria a su antojo, no podía creer que eso fuera verdad. —Pero después... Me hablaste sobre las visiones, borrarte la memoria ya no sirvió, y todo se volvió más complicado... Eres curiosa, terca, e inocente. Comenzaste a investigar cosas, entraste en mi casa...— Dejó salir una risita. —Ninguna lo había hecho, ninguna.—

Curse || editando.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora