Curse || editando.

Capítulo 6: Incoherencias.

Muy bien, este chico si que estaba loco de remate.
Una sonrisa burlona se dibujo en su cara. Pegó su longitud a la mía, aplastándome contra la pared.

—Aléjate o...— No pude terminar de decir mi estúpida y fallida amenaza, cuando unos pasos resonaron a lo largo del pasillo.

—Lena, siento tardarme tanto, seguro que...—Comenzó Paris mientras salía del baño de chicas.

Nunca en mi vida había estado tan feliz de ver a mi amiga rubia en el pasillo.
Sus ojos se abrieron de golpe, al verme a mí en aquella posición.

—¿Interrumpo algo?— Murmuró apenada, viéndome con una sonrisa que le llegaba hasta los ojos.

Fruncí el ceño. ¿Por qué preguntaba eso? Y fue cuando me di cuenta. La posición en la que estaba parecía algo comprometedora...

No puede ser, mi vida era un chiste.

Lo golpeé en el pecho y me moví bruscamente.

—¡Esta loco!— Le grité a Paris, ella me miró sin comprender.

Sentí la mano de mi vecino viajar hasta mi muñeca para apretarla fuertemente, impidiendo que me moviera.

—Si bonita, si interrumpes algo.— Le dijo el chico de ojos verdes, para después voltear a verme.

Mi respiración se volvió más pesada. Realmente mi cuerpo estaba paralizado y sin saber qué hacer.

—¿Y? ¿No me lo vas a presentar Lena?—Preguntó de repente Paris, creyendo que él y yo éramos 'algo.' Ambos volteamos a verla. ¡Mierda! ¿De verdad Paris podía ser tan tonta? Estaba aquí, con una cara de terror y ¿de verdad no se daba cuenta de lo que sucedía? Sólo quería salir corriendo y no volver a verlo nunca. No lo entendía. ¿Por qué me amenazaba? ¿Tanto le había molestado un pequeño error mío?

—Bueno, parece que el gato le ha comido la lengua a Lena.—Comenzó mi estúpido vecino, hablando para distraer a Paris. —Soy Trevor, Trevor Lodge.— Dijo mientras estrechaba su mano con la de mi mejor amiga.

Bueno, ahora por lo menos sabía el nombre de mi psicópata, estúpido, y engreído vecino.

Paris agarró su mano con gusto. —Soy Paris, la mejor amiga de Lena.— Pronunció.

Paris sacó disimuladamente su celular, y vio la hora.

—Oh, ¡Pero que tarde es!— Oh no. —Debo irme a mi siguiente clase chicos.— ¿Que? La campana ni siquiera a sonado amiga, pensé.

No, no, no, y no.

—¡No te vayas!— Grité presa del pánico pero Paris ya se encontraba al final del pasillo. Al momento me arrepentí de mis palabras al sentir el brazo de harry apretar fuertemente muñeca.

Ambos observamos como Paris daba la vuelta al pasillo y se perdía de nuestra vista.

—¡Te dije que te callaras!— Habló Trevor tomándome fuertemente por los hombros.

—Lo siento.— Murmuré aterrada agarrando con fuerza mi muslo.

Él me soltó, no perdí mi oportunidad, así que salí corriendo lo más rápido que pude.

Mi triunfo duró poco al sentir una mano en mi pierna, tirándome hacia el suelo, casi había llegado al final del pasillo. Caí sobre el piso, Trevor se posicionó encima de mí.

—¡Ayuda!— Grité. —¡Auxilio!—Inmediatamente su mano tapó mi boca bruscamente.

Sentí cómo su otra mano me agarraba por el cuello y me plantaba contra el piso. Alcé la mirada y me encontré con unos ojos verdes viéndome con odio y rencor. Sus pupilas estaban completamente dilatadas, y su mentón estaba tenso.

—¡Cállate!—Habló duro. —No quieres que otros se enteren de lo que ocurrió.— Su agarre se apretó contra mi cuello, privándome de aire. —Diles a los demás acerca de mí, y yo empiezo por matar a tu pequeña hermana. ¿Cómo es que se llamaba— Una sonrisa se dibujo en su cara. —June ¿cierto?—

Abrí los ojos cuando escuché el nombre de mi hermana salir de su boca. Me retorcí en el piso con coraje. Su agarre contra mi frágil cuello se había suavizado un poco, permitiéndome respirar. ¿Cómo sabía el nombre de mi hermana?

Las lágrimas bañaban mis mejillas, este chico estaba completamente loco.

—¿Qué es lo que quieres?— La desesperación se había apoderado de mi. —De un día para otro llegas a mi vida, me amenazas, y no sé que es lo que quieres.—

—Ya te dije que es lo que quiero Lena.— Lo miré a los ojos al escuchar mi nombre salir de sus labios.

Me soltó, haciendo que tomara una gran bocanada de aire. Llevé mis manos hacía mis mejillas secando de estas las lágrimas derramadas.

Escuché sus pasos por el pasillo mientras se iba, dejándome completamente sola y más miserable que nunca.