Curse || editando.

Capítulo 15: ¿Sorpresa?

Después de que Trevor me dejó sóla fente a la caja de fusiles y descalza, no tuve más remedio que meterme y tratar de calmarme.

Todo la mañana estuve creca de la ventana, viendo la fría lluvia fuera observando los charcos en el jardín. Tenía un ejemplar muy manoseado de Don Quijote de la Mancha sobre el regazo, un bolígrafo detrás de la oreja, y un tazón vacío de café a mis pies. El folio de preguntas de comprensión de texto en francés reposaba sobe la mesilla en blanco, tal como lo había entregado la profesora Lemon hacía dos dias. Muy mal.

Yo me había estado carcomiendo por dentro gracias a la invitación de Trevor. June se encontraba con su amiga, en algún parque de diversiones. Lo que me dejaba sola en casa.

Me convencí de que no era muy grave; ya tenía dieciocho años, y podia decidir la hora y el motivo para salir de casa, pero lo cierto era que me moría de los nervios.

La única razón por la cual me animaba un poco a ír, era que la vez pasada no había estado tan mal... Oh, maldición. ¿A quien quiero engañar? Me muero de la curiosidad de saber un poco más sobre la vida de Trevor.

Cuando el relój del pie del pasillo dió las dos de la tarde, de buena gana dejé el libro y subí trotando las escaleras rumbo a mi dormitorio. Me había pasado toda la mañana estudiando y haciendo los deberes domésticos lo que me había ayudado a no pensar en la cita.

Me paré delante del espejo para comprobar mi atuendo, unos tejanos obscuros algo ceñidos a mis piernas, y unas balerinas adornaban mi atuendo. Maquillaje lo justó, un trazó de rímel y un poco de brillo en mis labios. Me sacudí él cabello y justo entonces llamaron a la puerta.

—¡Ya voy!— Grité. Debía ser Paris, habiamos quedado en comer juntas. Le dí una última pasada a mi atuendo y baje trotando las escaleras.

Abrí la puerta principal.

—¡Lena!— Gritó mientras se abalanzaba sobre mis brazos.

—Paris.— Le regalé mi mejor sonrisa mientras se separaba de mí.

—Tengo hambre mujer, vamos a comer algo. Aparte tenmos mucho de que hablar.— Se separó de mí, y se subió al coche que le habían regalado hace mas de seis meses.

Paris llevaba su pelo rubio recogido en una coleta, con algunes mechones lacios colgando. Unas argollas de oro pendían sus de sus orejas. Lápiz de labios color cereza.

Me subí de lado del copiloto y cerré fuertemente la puerta. Paris comenzó a conducir.

—¿Por qué me llamaste hoy a las seis de la mañana?— Hablé, fingiendo molestía.

—Hubo una fiesta en casa de Logan Lena.— Me guiño un ojo. —¡Imáginate! ¡Lo hice con Elliot, maldición fue tan bueno!—

Negué con la cabeza mientras me llevaba las palmas de las manos hacía los oidos. Si, así era Paris, si no estaba de fiesta, seguro estaba pasandolo a lo grande con algún chico. Somos totalmente opuestas.

—Cállate, no quiero escuchar eso.— Bufé.

—¡Oh vamos Lena! Eres joven, ¡Diviertete!—Chilló mientras le tocaba el claxon a un señor de mediana edad. —Y hablando de diversión, la has pasado a la grande con Trevor ¿Cierto?—

Volteé a verla con una mueca en la cara. Y creo que entendió que no quería entablar una conversación sobre esa tema.

—Mira, ¿Esta noche saldras?— Preguntó.

—Uhm, no lo sé.—

—¿Sabes? A los chicos les gustan las chicas que parecen... bueno femeninas.—