Curse || editando.

Capítulo 16: Salvada por Lodge.

—¿Max?— Murmuré.

Llevaba unos tejanos, una camisa a cuadros arremangada hasta los codos, y una gorra de béisbol. Por fuera parecía un americano ejemplar, pero algo me decía que no era así.

—Lena Sparks.— Dijó en tono condescendiente. Se inclinó hacía delante y sonrió, noté su aliento en la cara, cigarillos y un toque de menta. —He escuchado tanto sobre ti ultimamante... por cierto lindas piernas.— Dijo, fijandose en mi vestido negro.

Me quedé detrás de la mosquitera por seguridad.

—¿Cómo sabes dónde vivo? — Pregunté mientras me alejaba un poco de él omitiendo su último comentarío alagando mis... piernas. Ahora realmente me sentía incomoda vistiendo el vestido negro.

—Se más sobre tí de lo que tú crees.—

—A qué has vendido?— Pregunté.

Echó un vistazo al interior de la casa por encima de mi hombro.

—¿Tú qué crees? He venido a hablar contigo. ¿Puedo pasar?— Este chico no me daba nada de confianza, no quería entablar una conversación con él, y menos recibirlo en mi casa.

—Lo siento pero mi madre esta durmiendo y no quiero despertarla.— Fué lo único que se me ocurrió decir. Una sonrisa torcida se posó en su rostro.

—¿Me estas rechazando?— Oh mierda. —Mala decisión Lena.—

Mi nombre saliendo de sus labios sonaba más como veneno. Un escalofrió recorrió toda mi columna vertebral.

Traté de mantener la compostura.

—Perdona, ¿Qué necesitas?—

Su sonrisa era un poco sensibilera y un poco despectiva.

—No te agrado. ¿Verdad, Lena?—

A modo de respuesta me crucé de brazos.

Dió un paso atrás con una mano apoyada en el corazón.

—Ay. Aquí estoy Lena Sparks en un intento desesperado por convencerte que soy un chico como cualquier otro y que puedes confiar en mí. No me decepciones.—

¿Qué? Esto era extraño.

—¿Pero qué mierda Max? ¡Ni siquiera nos conocemos!— Grité.

Estrelló los nudillos contra la pared con tal fuerza que la pintura se desconchó.

—¡No he terminado!— Barbotó furioso. De repente hecho la cabeza hacía atras y rió por lo bajo. Se dobló y metió la mano ensangrentada entre las rodillas. —¿Dónde esta tú amiguito Lodge eh?—

La presencia de Max me ponia la piel de gallina. Recordé la primera vez que lo ví, aquel día en Spectrum, la misma sensación de desconfianza me había invadido aquella ocasión.

Estaba pensando en cerrar la puerta y ponerle llave cuando Max volteó a verme directamente a lls ojos, sus ojos inyectados en sangre. Se aclaró la garganta y habló con voz sincera.

—¿Sabes Lena? Eres una chica muy guapa. Quería invitarte a salir hoy, algo normal, tu sabes.— Habló. —Conseguí tu dirección, y me animé a venir.—

Cada palabra parecía inquietante y cuidadosamente ensayada.

—Lo siento, ya tengo planes.— Dijé mientras señalaba mi atuendo.

—Deja que te convenza. Tengo todo organizado, cine, y cena en el mejor lugar de Froks. Te demostraré que soy un chico genial, conmigo te la pasaras de muerte, lo digo en serio nena. De muerte.— Terminó mientras me guiñaba un ojo.