Capítulo 11: Congeniando.

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—¿Qué?—Pregunté. —¿Magia? ¿Qué es lo que te ocurre Lodge?— Bueno, este tío era realmente un psicópata, y yo no estaba relacionada con el trato a estos.

Me dirigió una sonrisita burlona. Lo odio. ¿Ya lo había mencionado? Lo repito. Lo odio.

Deje soltar un gruñido.

—¿Y eso qué fue?— Me preguntó refiriéndose al gruñido. —¿Qué te ocurre Lena?—

Sentí como la ira, desesperación, y sentimientos encontrados viajaban a una velocidad extrema por mis venas, calentándome a causa de la rabia las mejillas. Esto era demasiado.

—¡Tú!— Grité. —¡Tú eres lo que me ocurre imbécil!— Exploté. Me acerque a su cuerpo lo más que pude, y con mi puño cerrado le proporcioné un golpe seco en su fuerte pecho.

—Eres un imbécil.— Grité.

«Golpe»

—¡Un jodido psicópata!—

«Golpe»

—¡Me sacas de mis casillas!—

«Golpe»

Estaba a punto de gritarle, cuando sus dos fuertes manos me agarraron por la parte externa de las muñecas evitando que lo volviera a golpear. Alcé la mirada y me encontré con sus estúpidos ojos verdes mirándome.

— ¿Terminaste bambie?— Preguntó mientras me agarraba por los hombros. Y vaya, esto era realmente extraño, una calma inmensa me inundó justo en el momento en el que iba a abrir mi boca para contestar. Esto se sentía bien, así que lo deje pasar.

—Eso creo.— Murmuré, mientras me zafaba de su agarre y retrocedía unos pasos.

Sonrió.

—Genial, entonces vámonos Lena, tengo hambre.— Habló mientras se alejaba de mí.

¿Qué? ¿Él me estaba invitando a... comer?

Un pensamiento me asaltó.

—Wow.— Dije mientras aplaudía lentamente. —¿Quién diría que el temido Trevor Lodge le roba las llaves a una chica para invitarla a comer?— Me burlé de él, mientras trataba de reprimir una carcajada.

Él solo se limitó a sonreír.

—Wow.—Me contestó. —¿Quién diría que la nerviosa e indefensa Lena va a aceptar ir conmigo a algún lugar?— Contracto.

Fruncí el ceño.

—No, yo nunca acepte ir contigo a algún lugar.— Le dije.

—Bien, entonces, nos vemos bambie.— Habló mientras se alejaba de mí con mis llaves en la mano.

Genial, me iba a dejar aquí tirada. Volteé hacía los lados para ver si Paris aparecía por algún lado, pero fue en vano, no había ni rastro de ella.

Suspiré. No había opción, o aceptaba la jodida invitación de Lodge o me quedaba en la escuela hasta tarde buscando una solución.

Opté por la primera opción, tenía hambre y no quería quedarme aquí sola, así que aceleré mi paso mientras me dirigía hacia donde Trevor se encontraba.

—Espera.—Murmuré de mala gana. —Voy contigo.—

—Perfecto.— Sonrió. —Vamos.— Me dirigió a lo que pareció ser su transporte. Me plantó enfrente de este y horrorizada lo miré.

Una motocicleta.

Ay no, este día iba de mal en peor.

—Toma bambie.— Me dijo mientras me pasaba el casco por la cabeza. —Póntelo.–

Curse || editando.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora