29
—¡No, no, no, no, no!— Grité mientras Trevor me soltaba de la cintura para dejarme esquiando sola. —¡No me sueltes! ¡Trevor!— Volví a gritar.
Llevabamos prácticamente más de dos horas aquí fuera en el frio invierno. Podía jurar que llegando a casa tendría más moretones en el trasero que piel. Era inútil. Trevor trataba de enseñarme a mantener el equilibrio y por más que lo intentaba, no podía. Era vergonzoso.
Trevor me soltó, y me mantuvé derecha y parada -lo cual era un gran logro- sobre los esquis. Estos avanzaron en linea recta hacía abajo, ya que estabamos en una pequeña pendiente. Sonreí para mis adentros al mantenerme parada.
—¡Ja! ¡Mira esto Trevor!— Grité como una niña pequeña. Volteé a verlo, él se encontraba a unos metros de mi muerto de risa a causa de la vista de mi empapado trasero gracias a la nieve y de mis fallidos intentos por esquiar. Fruncí el ceño. —Oye, no es gracioso, eres un to...— Y justo en ese momento, cuando traté de dar la vuelta como toda una profesional, el esquí derecho se enganchó en el izquierdo y ¡Boom! de bruces contra la fría nieve.
Escuché la fuerte risa de Trevor mientras me incorporaba, me senté sobre la nieve. Estaba agotada y me sentía tonta por no poder mantenerme parada en los tontos esquis mientras que por el otro lado, Trevor era todo un profesional en la nieve.
Observé como se quitaba los esquis y se acercaba a mí.
—Al parecer se te da muy bien eso de la esquiada bambie.— Dijo burlón mientras se sentaba a mi lado.
Rodé los ojos.
—No necesitó más de tus burlas, gracias.— Le regalé una sonrisa sárcastica y me volteé para ver la brillante nieve del paisaje.
Él dejó salir otra risa burlona.
—Nena, para ser la primera vez no estuvo tan mal.— Dijó alargando la palabra tan.—En realidad, creo que eres la primera persona que conozco que no sabe ni...— Lo interrumpí enojada, ya sabía lo que iba a decir.
—¡Eso es grosero Lodge!— Le dijé mientras alzaba mi puño para darle un leve golpe en el hombro. Él sólo se rió y volteó a verme.
Tarté de ignorar su mirada distrayendome con la nieve debajo de mí, pero no dejaba de verme, y me incomodaba.
—¿Tengo algo en la cara?— Pregunté enojada, volteandolo a ver.
Él se limitó a sonreir. Rodé los ojos.
Volteé de nuevo frustrada, pero me separé un poco de él cuando sentí su calido aliento chocar contra mi oreja derecha.
—¿Sabes? Te ves sexy cuando estas enojada.— Susurró a mi oreja mientras mordía levemente el lóbulo de mi oreja haciendo que un escalofrío recorriera mi columna vertebral. Sabía lo que estába haciendo, sólo quería hacerme sentir incomoda.
Una idea cruzó por mi mente. Perfecto, le seguiría el juego.
Volteé y miré sus ojos verdes seductoramente.
—¿Ah sí?— Murmuré, me acerqué a él lentamente. Él por un segundo pareció estar sorprendido, pero después, sus ojos se oscurecieron cuando me acerqué más a él. Nuestros labios se tocaron levemente, y enganché mis manos a su cabello ruloso. Me miró fijamente a los ojos, y sentí como sus manos viajaban a mi cintura para apretarla fuertmente. Una sonrisa malvada adornaba su cara. Rápidamente, bajé mi mano derecha hacía la nieve, y antes de que él pudiera procesarlo, lo empujé hacía atrás, y embarré su cara de la blanca nieve. —Tú te ves extremadamente sexy con nieve en la cara.— Me reí, mientras me levantaba y me echaba a correr. Escuché su queja y corrí aún más rápido muerta de la risa. Trevor estaba de un humor estupendo hoy.
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Curse || editando.
Ficção Adolescente❝Él tiempo desaparece. Lo único que queda esta en tú memoria. Y la única realidad ahora, no es sólo lo que tus ojos ven, sino lo que tú corazón siente. No me da miedo vivir. Me da miedo vivir así, sabiendo que tú dolor alimenta mi alma❞ Libro comple...