Capítulo 23: El último aliento.

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Salimos del edificio de la escuela y nos adentramos en el gran estacionamiento de este buscando el vehículo de Trevor. Aún no podía creer, que, después de tanto tiempo, finalmiente cediera a decirme lo que en realidad ocurría.

Estaba temblando a causa de emoción y ansiedad que esto me causaba, voltee a ver a Trevor cuando sacó de su bolsillo trasero las llaves de su automovil.

Me dirigió hacía su coche, de nuevo llevaba el Land Rover negro. Le quitó la alarma y ambos subimos a nuestros respectivos asientos. Tomé una respiración profunda y justo en ese momento Tevor le infundó vida al motor haciendo que el coche se quejara y al fin avanzar y salir del estacionamineto de la escuela.

—¿A dónde nos dirigimos?— Pregunté mientras veía por la ventanilla al exterior.

Trevor volteó a verme y me regaló una media sonrisa.

—A mi casa.— Murmuró y dirigió su atención al frente.

Suspiré y me deje caer sobre mi asiento, supongo que Trevor no responderiá mis preguntas hasta llegar a nuestro destino. Estábamos atascados en el tráfico de la ciudad, Trevor tocó el claxon, suspiró y volteó a verme.

—Bambie...— Comenzó, voltee a verlo. —¿Por qué me besaste anoche?— Preguntó. Genial, de todas las preguntas, ¿tenía que hacerme justo esa?

—¿Es en serio?— Traté de hacerme la desinteresada. —¿Ahora eres Trevor el sensible?— Pregunté, tratando de llevar la conversación a otro tema.

—Responderé a tus preguntas, responde a las mías.— Exigió, el semaforo cambió a verde y comenzamos a avanzar por la gran avenida. Miré por el parabrisas, el día era nublado, y había comenzado a llover algo fuerte, Trevor pusó los limpia-parabrisas.

–¿Me estás amenazando?— Pregunté.

Sonrió de lado y me guiño el ojo.

—Así es como juego yo linda, ya deberias saberlo.—

Gruñí fastidiada con su egocentrismo, me crucé de brasos y voltee a verlo.

—¿Y así quieres que hable contigo? Eres un narcisista.— Le reclamé.

—Oh, ¿así que empezamos a hablar de defectos? Perfecto, estó me gusta bambie, comienzó yo. Eres una...—

Negué con la cabeza en señal de fastidio.

—Callate Lodge.— Apreté la mandibula. —No quiero que empieces a enlistar mis defectos cuando tú tienes más que yo.— Lo señale con mi dedo anular.

Dejó salir una carcajada burlona.

—Claro Lena, ahora yo tengo más defectos, empiezó con los tuyos, eres terca y...—Lo interrumpí por segunda vez.

—¡Te dijé que no!— Alcé mi tono de voz. —Tú eres un egocentrico de primera.— Lo culpé.

—Y así te gustó Lena.— Me guiño un ojo.

—Callate Lodge, me estás haciendo perder la paciencia. Tú crees que eres el dueño de este planeta... Pero ¿qué crees? ¡No es así Lodge! Entiendelo de una maldita vez.— Le grité, había comenzado a llover más fuerte. Rayos iluminaban el cielo y los truenos eran su orquesta. No me había percatado, pero Trevor se había introducido y ahora conducía por una larga y recta carretara.

—Tú siempre me haces perder la paciencia pequeña Lena.— Aceleró un poco más. —No me puedes culpar por eso.—

—Genial.— Me enfadé aún más. —¿Qué más Trevor? Continua.— Me burlé.

Curse || editando.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora