Princesa || h.s

•7•

—Si quisiera estar contigo ¿Crees que te hubiera echado de mi casa?

Styles abrió la puerta de su casillero.

—¿Por qué haces esto? 

No quería mirar la escena. Estaba muy cansada por la mañana agotadora que había tenido.

Me había quedado despierta casi toda la noche pensando en qué decirle a Erick, en cómo hacer para que venga a Holmes Chapel en Navidad.

Además, cuando llegué al instituto, la vi a Nata hablando con los amigos de Harry. Cuando la saludé ella simplemente me hizo caso omiso. Si no quería saludarme entonces no valía la pena perder el tiempo con ella.

Ahora Styles estaba teniendo una nueva pelea con una nueva pretendiente. ¿No se cansaba nunca? Por lo menos ese día había cambiado el diálogo.

—Trina, no me vuelvas a hablar nunca más. —Miré por el rabillo del ojo para mirar a Trina. No parecía llorar—. Ahora si me haces el favor, vete. —Unos pasos se escucharon cada vez más lejos hasta que en el pasillo nos encontráramos sólo nosotros dos—. No la he tratado mal, ¿Has visto?

—Sí lo has hecho.—Styles rodó los ojos cuando cerró la puerta de su casillero—. ¿Y ese gesto?

—¡No le grité!

Abrió la boca indignado.

—¿Y qué con eso? La has utilizado como un objeto sexual y si mis oídos no me fallan, la echaste de tu casa.

No lo miraba siquiera. Guardé en mi casillero un poco de dinero que Javier me había dado cuando me levantó aquella mañana ya que Margot no se había levantado.

—Mis padres habían llegado ¿Te imaginas que tu madre te vea en la habitación con tu cita? Sería realmente vergonzoso. 

—Supongo. —Suspiré y cerré la puerta del casillero—. ¿Vas de fiesta todos los días?

—No, con eso de estar borracho lo dije simplemente para que te enojaras conmigo. —Asentí—.  Simplemente hablo con una chica, la invito a casa, ella no se niega y ¡Voilá! En mi cama. 

—Me da asco que lo digas con tanto orgullo.

Agarré mi mochila del suelo y la puse en mi hombro.

—No es mi culpa tener una vida sexual tan activa y que las chicas no se nieguen ante mis encantos.

Subió sus hombros. Rodé mis ojos.

—Realmente eres un imbécil. —Salí por la puerta del instituto esperando ver a Javier allí, pero aún no se encontraba. Styles venía siguiéndome al lado mío. Me senté en un cantero que había fuera del colegio—. ¿Te sientas? —Lo invité.

—Si me ven contigo creerán que el joven Harry se enamoró de la nueva. —Lo miré seriamente. ¿Podía alguien ser tan imbécil?—. Está bien, lo siento. —Se sentó a mi lado—. Mira a la chica de allí.

Me señaló con la cabeza a una dama que estaba sentada en el cantero opuesto al nuestro mientras leía un libro.

—¿Qué sucede con ella?

La miré atentamente. Era muy bonita.

—Creo que se llama Emily. —Styles sacó unos caramelos de su mochila y me los extendió—. ¿Quieres?

Negué.

—¿Cómo que crees que se llama Emily?

El chico de ojos esmeraldas se metió un caramelo a su boca y tiró el papel al suelo.