El corazón de Ariane comenzó a latir rápidamente. No quería darse vuelta y encontrase con su peor pesadilla.
El guardia seguía llamándola, pero ella prefería evitarlo. ¿Qué debía hacer?
Miró a Harry que se encontraba arriba del escenario nervioso esperando a su princesa. Ariane no quería que Harry sufriera, pero tampoco podía permitir volver a su reino.
En un rápido movimiento comenzó a correr alejándose rápidamente del guardia.
Ella en el palacio vivía con tacones así que no se le dificultaba para nada el correr. El guardia habló por el handy.
—Acaba de volver a escapar, cierren las puertas del instituto. Debemos volver con ella. Cambio.
Apagó el aparato mientras corría detrás de Ariane. La princesa no se escaparía.
Mientras llegaban más refuerzos la directora dijo el nombre de la princesa.
—La princesa es... ¡Madeline Moon!
Los aplausos se escucharon por todo el gimnasio. Harry se lamentó un poco. Tragó saliva y mostró una radiante sonrisa falsa. Miró a Ariane, pero ella ya no se encontraba. Suponía que le había molestado que él tuviera que bailar con Madeline y se fue, no podía culparla.
La rubia subió al escenario demasiado feliz y casi llorando. Estaba muy emocionada.
La directora le colocó la pequeña corona en su cabeza y Ester les sacó una foto a la pareja.
Harry se encontraba un poco incómodo, pero no podía escapar. Debían bailar el vals para iniciar el final de la fiesta. Una vez terminado el baile, cantaría con los chicos y otra vez iría con Ariane.
Ambos bajaron del escenario y se situaron en medio de la pista, todos los observaban.
Harry buscó a Ariane con la mirada, pero no la encontró por ahí.
Madeline colocó su mano en el hombro de su pareja y Harry en su cadera. Se agarraron de las manos y la música comenzó.
Harry debía mirarla fijamente a los ojos, pero se le hacía imposible.
—Sé que no quieres bailar conmigo, pero has el intento —dijo casi en un susurro Madeline sin apartar la sonrisa de su rostro, no quería que nadie se diera cuenta de lo que sucedía.
—Lo siento. —Harry sonrió y le dio una vuelta a la rubia—. Estoy un poco nervioso —admitió.
—¿Por cantar? ¿Por Ariane? ¿Por Miles? —Harry la miró un poco extrañado—. Yo tampoco los quiero juntos, Harry. Ambos sabemos lo que ocurrió entre ellos. —El muchacho negó. No quería pensar en eso—. No te hagas el tonto, tanto tú como yo no queremos que vuelvan a estar juntos, tú quédate con Ariane y yo con Miles y ambos felices. —Harry volvió a darle una vuelta a Madeline, no quería escucharla—. Sé astuto si no quieres perderla.
El chico de ojos verdes observó a Miles por encima del hombro de su pareja. No podía negar que era un chico muy apuesto y talentoso, ¿Quién no se enamoraría de él?
—No tengo miedo, pero gracias. —Intentó callar sus pensamientos. El baile comenzaba a terminar. Madeline sonrió aún más. La música finalizó. Todos aplaudieron y otra vez comenzaron todos a dispersarse—. Sé que Ariane me quiere.
Madeline se rió.
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