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Una nuevo papel en el armario estaba haciéndome enojar. No podía aguantar más el peso que todo esto me estaba provocando. Agarré el nuevo papel y los dos anteriores para bajar las escaleras enfadada. Me metí a el salón donde Emilse se encontraba acostada en el sillón escuchando música.

  —¡Eh! Ariane, ¿No es genial esta canción?

Comenzó a bailar moviendo sus manos. 

—Para de una vez por todas —le demandé seria

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—Para de una vez por todas —le demandé seria. Ella dejó de sonreír.

—Eh, cálmate, no querrás enojarte con una mujer embarazada.

Acarició su barriga.

—Deja de poner notas estúpidas en mi habitación.

Emilse me miró extrañada.

—No entiendo, ¿Notas? —Asentí—. ¿Por qué querría ponerte notas?

—Tú sabrás. —Le entregué los papeles—. Deja de hacerlo, no me agrada. —La rubia agarró los papeles y los comenzó a leer después de echarme una última mirada—. Ya sé quién eres y lo que escondes —leyó la última carta—. Yo no escribí esto.

—¿Quién fue entonces? —pregunté alterada.

—¡No lo sé! Yo no, ¿Por qué crees que fui yo?

Me entregó nuevamente los papeles molesta.

—Oh, déjame pensar... No te agrado.

Emilse comenzó a reír.

—Que me caigas mal no significa que esté día y noche perdiendo el tiempo en ti escribiendo cartas. —Apagó la música—. Además esa letras es muy fea como para que sea la mía.

¿Me había equivocado? ¿Entonces quién era capaz de ponerme notas dentro de la casa? Debía de ser alguien que conocía, estaba segura.

—Lo siento. —Me senté a su lado—. Es que estoy recibiendo estas cartas hace una semana y no entiendo por qué.

—No sabría qué decirte, ¿Miles? ¿Zoë? 

—No, es imposible. —Negué con la cabeza descartando la idea, pero la verdad era que la posibilidad estaba—. Tendré que seguir aguantando esto.

—Cariñ... Oh. —Mattew apareció por la puerta con bolsas de comida—. Ariane.

—Mattew. —Me levanté del sillón—. Los dejo solos. Adiós.

Mattew me sonrió y me fui de aquel lugar pensando quién quería hacerme la vida imposible.

👑👑👑

Un día más había pasado y nuevamente volvía al instituto. El invierno parecía no querer irse y yo no encontraba el problema en eso. Las calles de Holmes Chapel estaban bañadas en nieve. El sol aún no parecía querer salir.

Princesa || h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora