Princesa || h.s

•24•

Había llegado la noche. Estábamos en el parque delantero esperando a que Tiffany y George terminaran de guardar el equipaje en el auto. Molly no se despegaba de mi lado. Dorian hablaba de algo con Harry.

Miles, Zoë y Robert habían llegado también para despedir a la familia. Estábamos todos un poco tristes por su partida y teníamos la esperanza de volver a verlos pronto, o al menos yo, ya que no sabía si seguiría en Holmes Chapel para cuando ellos volvieran.

—¿Nos esperarás para cuándo volvamos? —me preguntó Molly mientras se quedaba abrazada a mi pierna.

—No lo sé cariño, espero que sí.

Acaricié su cabello. George terminó de guardar la última maleta en el baúl. Todos se acercaron al carro.

—Ariane —llamó Tiffany—. Necesito hablar contigo —Harry me miró unos segundos. Hice total caso a los pedidos de Tiffany—. Quería invitarte.

—¿A dónde? —pregunté ansiosa por saber la respuesta.

—A nuestra boda con George. —Tiffany buscó en su bolso y sacó dos cartas—. Una para ti —Me dio una invitación de color coral—, y dale esta a la familia de Robert, me encantaría que vayan también.

Asentí y tomé el otro sobre que me entregaba.

—¿No estabas invitada a la boda de tu prima? —preguntó Harry apareciendo detrás de mi.

Tiffany lo miró extrañada, mientras que yo abrí los ojos completamente asustada.

—¿Prima? —preguntó Tiffany.

—Sí, mi prima —respondí rápidamente mientras le hacía una sonrisa nerviosa—. Tú eres mi prima —aclaré. Harry me miró extrañado—. Lo que pasa es que como yo estaba en el campo, mi prima aún no me había dado la invitación, porque...

—Se había negado —explicó Tiffany. La miré asombrada—.  Ariane no es muy de fiestas, pero ¿Cómo va a faltar a la boda de su prima?

Me sonrió, pero en su mirada veía reproche.

—Claro, eso.

Harry asintió.

—Muchas gracias, espero poder ir.

—Es un poco lejos, pero sería genial tenerte allí. —Volvió a mirarme—. Harry, ¿Me dejarías un rato a solas con mi prima? 

—Sí, claro.

Él asintió y se fue nuevamente con los pequeños.

—Explícame ya qué está sucediendo.

—No es fácil de explicar —susurré—, pero algún día prometo decirte.

—Ariane, ¿Por qué no le quieres decir que vienes de intercambio?

—Me da vergüenza.

Fue la primera excusa que se me ocurrió. Odiaba estar mintiéndole a todo el mundo y más a Tiffany, quien me había ayudado. 

—No es nada de qué avergonzarse, eres muy inteligente y me agrada que quieras aparentar ser parte de nuestra familia, pero deberías decirle la verdad.

Algún día Harry se enteraría de todo si seguía comportándome como una imbécil.

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Despedirme de los chicos no había sido tan fácil. Molly había soltado algunas lágrimas, pero le había prometido que todo estaría bien y que nos veríamos pronto.

Me causaba mucha impresión como aquellos niños me habían tomado cariño tan rápido. Mi madre siempre me había dicho que tenía un tacto especial con los chicos y que sería muy buena madre cuando me casara. Creo que tenía razón.