Capítulo 4

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Pasando entre la gente, lograron llegar a un buen lugar para poder bailar.
No tardaron en aparecer algunos chicos queriendo coquetear con ellas.
Se estaban divirtiendo bastante.

Dylan por su parte seguía en el pub bebiendo y coqueteando con una de las chicas, específicamente con la rubia.
Decidió elegir a la rubia, por el simple hecho de que le pareció ser la más fácil de conquistar y convencer.

-¡Hey! -exclamó Logan- ¿Qué les parece si ahora vamos a la disco?

-¿A la disco? -preguntó una de las castañas.

-Sí, vamos los seis, ¿Quieren? -preguntó Aaron.

-Por mí está bien -añadió la rubia.

¿Ven? Era fácil de convencer.

-¡Entonces vamos! -gritó Logan.

Se levantaron de la mesa. Se despidieron de Hanna y salieron del lugar.
Subieron al auto de Dylan y conducieron hasta la disco.

Al llegar allí, entraron y la música se escuchaba bastante bien.
Caminaron hasta la pista, donde no dudaron en comenzar a bailar.

-Iré por algo de beber -le dijo Dylan al oído a la rubia- ¿Quieres que te traiga algo?

-Sí, tráeme un trago, por favor.

-Bueno, espérame, ya vuelvo -sonrió.

Llamó a Logan para que lo acompañara a buscar algo para beber.
Mientras que Sarah y Rebecca se encontraban en la mesa de los tragos pidiendo otro para beber.

Iban en lamisma dirección, a pedir lo mismo, un trago.
Pero, ninguno se imaginaba que esa noche se encontrarían el uno con el otro.
A pesar de ya haberse visto antes e incluso ser vecinos, esa noche era distinta, esa noche era especial, en esa noche todo cambiaría.
Se encontraron frente a frente. Él con Logan y ella con Becca. Pero esta vez no siguieron caminando hasta llegar a su destino.

Dylan traía dos vasos de trago en sus manos sin darse cuenta por ir conversando con Logan, chocó con Sarah derramandole el trago en el abrigo a la chica.

-¡Pero mira lo que has hecho! -dijo ella con ira en su voz.

Dylan la miró.

-Lo siento -dijo sin quitarle la vista de encima.

-Mi abrigo -dijo al mismo tiempo que decía unas maldiciones en voz baja.

-De verdad perdóname, no te vi venir.

Mientras ellos discutían el asunto del abrigo, Becca miró a Logan al mismo tiempo que él a ella.

-¿Rebecca?

-¡Logan! -dijo emocionada.

-¿Cómo estás? ¡Q-Que gusto
verte! -dijo algo nervioso.

-Estoy bien, gracias. Y tú ¿Cómo va todo?

-Todo genial, gracias por preguntar -sonrío tímido.

Se acercaron ambos sin prestar atención a qué estaban haciendo Dylan y Sarah.

-¿Vamos a otro lugar para conversar mejor?

-Está bien.

Se fueron dejando a los chicos solos discutiendo.

-Lo lamento, venía distraído, al igual que tú.

-¿Yo? Yo no venía distraída.

-¡Claro que sí! Si no, no hubieras chocado conmigo y me hubieras esquivado.

Ella se quedó en silencio. Pues él tenía razón, ambos venían distraídos.

-De todos modos manchaste mi abrigo -se acercó a la mancha para olerla- y la dejaste con el olor asqueroso que tiene tu trago.

-Entonces quítatelo.

-Eso haré -lo miró seria- ¿Dónde está el baño?

-¿Para qué vas a ir al baño?

-Para quitarme mi abrigo.

-Quítatelo aquí.

-No.

-¿Por qué no? -sonrió.

No dejaban de mirarse. Sarah ya había logrado captar la atención de Dylan, y Dylan la de Sarah.
A la chica, le comenzaba a incomodar la mirada de él, pues era un chico muy lindo y nunca antes alguien había logrado captar su atención de esa forma.

Miró a su alrededor para ver dónde estaba el baño.

-¿Buscas el baño?

Lo volvió a mirar y asintió con la cabeza.

-Si quieres yo te llevo a donde está.

Lo miró algo desconfiada.

-No te haré nada -rió- sólo te llevaré hasta el baño.

-Está bien -rió.

Caminaron entre la pista de baile esquivando a las personas que se encontraban ahí.

-No creo que quieras entrar al baño -le dijo al oído mientras caminaba tras ella.

-¿Por qué no?

-Sólo digo.

Llegaron a la entrada del baño. Ella lo miró antes de entrar y él le sonrió.
Cuando entró, un sonido extraño se escuchaba en uno de los baños.
Un sonido como, como si alguien se estuviera quejando, ya saben a lo que me refiero.
Sarah miró extrañada y rápidamente salió del baño.

Dylan seguía esperándola afuera.
Cuando la vió salir, sonrió al ver lo rápido que había salido.

-¿Cómo sabías...?

-Es una cosa normal que pasa en las discos, -río- ven.

La llamó llevándola a una puerta, la abrió y salieron por la parte de atrás, a un callejón.
Ella lo miró seria.

-No me mires, ¿sí? -dijo desconfiada.

-Pero, ¿Qué tanto ocultas ahí abajo?

-Sólo no mires.

Sarah traía un vestido algo escotado.
Desde que había comenzado su noviazgo con Daniel, no usaba cosas tan escotadas o cortas.

Volteó y se quitó el abrigo y subió un poco más el vestido a la parte de sus pechos.

-¿Ya? -preguntó divertido Dylan.

-Ya.

Dylan volteó quedando impresionado.
Sarah realmente se veía hermosa con ese vestido, sin ese horrible abrigo que traía puesto.
Aquel vestido marcaba perfectamente cada curva de la castaña.
Sus pechos de un tamaño normal, se notaban un poco en el escote.
Su cabello le caía por los hombros.
En simples palabras, se veía hermosa.

-¿Y bien? -dijo ella- ¿No se ve tan mal sin el abrigo?

-Para nada mal, -sonrío- dame eso. -dijo quitándole el abrigo para que no le molestara.

Futuro Incierto. Dylan O'BrienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora