-Lo siento, pero tú tuviste la culpa.
-¿Por qué? ¿En qué momento?
-Ayer, tú ocasionaste que la gran fiesta que tenía se acabara.
-Haces fiesta todos los fines de semana además ¡Mira cómo me dejaste!
-Sí, ya vi como te deje, fue con intensión -sonrió.
-Eres un...
Dijo antes de lanzarse sobre él para golpearlo pero Emily logró detenerla.
-¡Hey, hey! -le dijo a su amiga- ¡Basta!
Tomó a Sarah separándola de Dylan.
-Vamos a casa.
-¡IDIOTA, TE ODIO!
Le gritaba la chica mientras Emily la llevaba a su apartamento.
-¡NO DEBISTE NUNCA HABERTE METIDO CONMIGO! -sonrió- ¡Además te ves muy linda empapada!
-¡CÁLLATE ESTÚPIDO!
Se la llevaron al apartamento y trataron de calmarla.
-¿Vieron lo que me hizo?
-Sí lo vimos, pero tú te lo buscaste -dijo Emily.
-¿Yo? ¡JÁ! ¿De qué lado estás amiga?
-De ninguno porque ambos se comportan como inmaduros y se supone que tú eres una mujer madura, ¿no?
-Sí, pero...
-Bueno si lo eres, -la interrumpió- hazlo notar. Y además tú le seguiste el juego, tú seguiste "vengándote" por las cosas que él te hacía, si no hubieras seguido, esto no estaría pasando.
Sarah la miró como una niña pequeña que acababa de ser regañada.
-Y para qué vamos a estar con cosas, tú te has vengado peor de lo que él se ha vengado de ti.
La chica rió al recordar las maneras en las que se había vengado de Dylan.
-Le pintaste el cabello morado.
-Pero la pintura era lavable, en un par de días se le quitaría.
-¡Igual! Ya tienes veintidós años, eres grande, y él ¿cuánto tiene?
-Veintitrés -habló Rebecca.
-¿Ves? Ya no son niños, debes parar esto aquí, si no algún día de estos uno de ustedes se enfadara tanto, que ni me puedo llegar a imaginar lo que harán para vengarse.
Sarah sólo asentía al escuchar las palabras que le decía su amiga.
-Está bien, tienes razón. Pararé esto aquí, bien no más venganza hacia él.
Se levantó del sofá y fue al baño para secarse y cambiar su ropa húmeda por una seca.
Pasaron los días dos, tres, hasta los cinco días y Sarah no se había vengado de Dylan. Cosa que a él le comenzaba a extrañar, de cierto modo quería que la castaña se vengara para tan sólo verla y hablar o más bien discutir con ella. Era extraño para él sentir aquello, al igual que a ella.
Cada vez que oía alguna puerta abrirse o algunos pasos de alguien caminando en el apartamento de Dylan, se acercaba al balcón y disimuladamente miraba a ver si lograba verlo.
Ambos sabían que se odiaban, y ambos querían verse las caras y escucharse hablar, aunque fuera discutir.Llegó el viernes, día en que Dylan hacía una fiesta. Estaba ansioso, pues pensaba que con la fiesta lograría que Sarah se enfadara y lo iría a encarar.
Preparó todo, ya eran las ocho quince de la noche.
Puso un poco de música suave, era sólo para escuchar él.
Se aproximó al balcón para observar.De pronto se abrió el ventanal del balcón de Sarah, seguida por ella con algo de ropa en las manos. Se miraron sin decir nada, para luego fulminarse con la mirada.
Sarah siguió haciendo sus cosas, siguió tendiendo su ropa y lavando la que estaba sucia mientras Dylan la observaba disimulado.-Así que, no te vengaste de la otra vez.
Ella no respondía.
-¿Se te acabaron las ideas?
Seguía sin prestarle atención a Dylan, él rió.
-Ya entiendo -comentó- me estás haciendo la "ley del hielo", ¿verdad?
Sarah dirigió la mirada a él y rompió el silencio.
-No idiota, no es la "ley del hielo". Simplemente no quiero seguir con esto de la venganza. Soy una mujer madura ¿Okay? Así que prefiero no prestarte atención y evitarte todo lo posible.
Terminó de hablar y se entró a su apartamento.
Dylan solo la observo y pensó en lo linda que se veía cuando discutía y en lo amargada e insoportable que era.Hecho un pequeño vistazo a su alrededor, para después entrar a su apartamento.
Comenzaron a llegar las primeras personas a la fiesta, y en cosa de minutos ya estaba todo lleno. Le subió todo el volumen a la música. La fiesta ya había comenzado.Pasaron las horas y Dylan bebía y bebía alcohol con los chicos, ya tirado en el sofá y riendo, quien sabe porqué motivo.
Una chica de estatura alta, con el cabello largo cayendo por los hombros que traía un vestido rojo pasión, se acercó a Dylan. Llegó frente a él y le sonrió coqueta.
-Hola Dylan -dijo sonriente.
El chico levantó la mirada y al verla sonrió también.
-Gran fiesta la que diste hoy - siguió hablando la chica.
-Hola Selena -saludó Dylan- ¿Te estás divirtiendo?
-Bastante, y veo que tu igual.
-Como siempre -rió.
Se quedaron por un largo tiempo juntos conversando.
Dylan y Selena habían salido por unos meses, pero ella quería algo más serio con él. Lo cual Dylan no quería, él sabía que si llegaba a tener algo serio con Selena podría hacerla sufrir. Ya que él no estaba enamorado de la chica, y como era un tanto mujeriego no se quedaría con una sola.
Conversaron por horas, bailaron y bebieron juntos.
Una y otra vez Selena coqueteaba a Dylan intentando que él cayera en su juego pero aunque el chico hubiera ingerido alcohol, no sería capaz de volver a caer. Quizá para la noche, pero nada más.
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Futuro Incierto. Dylan O'Brien
Fanfiction~El amor lo puede todo, incluso las diferencias de existan entre dos personas~