Capítulo 35

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-Hey -dijo Dylan llamando su atención.

El chico la miró directo a los ojos, los cuales tenía brillosos y algo rojos, por llorar.
Le sonrió tiernamente, se acercó y estiró su mano para acariciarle la mejilla.

-No llores. Mejor sonríe, muestra esa linda sonrisa que tienes

Sarah no pudo evitar sonreír ampliamente, dejando mostrar tal y como había dicho Dylan, la linda sonrisa que tiene.

-Así te ves mucho mejor.

-Gracias -le dijo mientras limpiaba mejor las lágrimas de sus ojos- por animarme.

-De nada, es que me encanta verte sonreír, verte feliz.

Dejó que pasaran un par de minutos para que Sarah se sintiera mejor y luego preguntarle el motivo por el que lloraba.

-¿Me dirás por qué llorabas?

Dylan había escuchado la conversación entre ella y Daniel, pero no sabía muy bien de qué trataba y qué fue lo que la hizo llorar.

-No es nada -negó.

-¿Te insultó? ¿Dijo algo que no debía?

-No.

-¿Entonces? -la miró extrañado.

-Es sólo que, me pone muy triste todo lo que nos está pasando.

Comenzó a decir mientras que sin aviso, las lágrimas nuevamente inundaron su rostro.
Él la miraba apenado, quería abrazarla pero no podía ya que  estaban algo distanciados.
Cuando la chica se cubrió el rostro y lloro con más intensidad, Dylan sin pensarlo corrió por su apartamento hasta llegar a la puerta, salió de éste y con un poco de fuerza abrió la puerta del apartamento de Sarah para entrar corriendo hasta el balcón, la aferró contra su pecho abrazándola fuerte.

-Ya, tranquila -le decía mientras acariciaba su cabeza.

Esperó a que la chica se tranquilizara un poco para que entrara al apartamento.
Con cuidado la llevó al sofá donde se sentó junto a ella.

Toda esta acción la hicieron aún estando abrazados, ya que Sarah se había aferrado bastante contra el pecho de Dylan y él no la soltaba.

Se quedaron así hasta el día siguiente cuando el chico despertó en el sofá de Sarah. Estaba solo, la chica ya se había ido a la clase en el instituto.
Miró a su alrededor para asegurarse que estaba solo, se levantó del sofá, recorrió el apartamento por completo y claramente estaba solo.
Salió de ese lugar y se dirigió a su apartamento.

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-¿Dónde está? -susurraba Rebecca revisando la hoja con las cosas que debían hacer ese día en la clase- ¡Aquí esta! Te toca enseñarle a una niña llamada Rose junto a la doctora Claire, es buena persona, no es tan amargada o enojona como la doctora Rachel -rió llevando la vista a Sarah que estaba a su lado- ¿Ocurre algo?

-¿Qué? No, no ocurre nada.

-¿Entonces por qué estas así?

-¿Así cómo?

-Así, tan silenciosa, callada, no sonríes ni te ríes de los chistes que digo ¿Está todo bien? ¿Hay algo que te preocupe?

Tomó aire suficiente para hablar y miró a su amiga.

-Este domingo es el cumpleaños de mi madre, y pues mi padre le está preparando una cena sorpresa con la familia, amigos y todo eso.

-¿De verdad? Eso es genial -sonrió.

-Sí, lo es -sonrió también- Y quiere que nosotras estemos ahí con Emily.

-Claro que iré pero ¿Puedo ir con Logan?

Futuro Incierto. Dylan O'BrienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora