Capítulo 32

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 -¿Llegué tarde?

-No, Derek aún no ha llegado. Para suerte tuya, el también se retrasó un poco.

-Me alegra -sonrió.

-¿Por qué te tardaste tanto? Siempre eres puntual.

-Sí lo sé, es que me quedé dormida. Me desperté a las siete y veinte.

-¿Y en menos de diez minutos estuviste lista?

-Impresionante ¿No? -sonrió.

-Increíble -sonrió también- pero, ¿por qué te quedaste dormida?

-Porque...

-Déjame adivinar -la interrumpió- te quedaste hasta tarde con Dylan.

-Sí, y también ocurrió algo no muy bueno.

Rebecca la miró con el ceño fruncido tratando de adivinar qué podría ser lo que había ocurrido, ya que por el gesto que había hecho Sarah, no era nada bueno.

-Trata sobre Daniel.

-¿Qué ocurrió?

Antes que Sarah hablara, entró el profesor Derek a la pequeña sala, disculpandose por haber llegado tarde.

-Luego te cuento -le susurró y Rebecca asintió.

Mientras tanto, Dylan iba de regreso al apartamento después de haber dejado a Sarah en la práctica.
Pero en vez de seguir el camino a su apartamento, se desvió al apartamento de Emily.
Sabía que era muy temprano y probablemente la chica estaría durmiendo, y que se enfadaría si la despertaba. Pero no tenía nada más que hacer, así que de todos modos fue al apartamento de su mejor amiga.

Aparcó su auto fuera del lugar y entró.
Subió el ascensor hasta llegar al piso donde estaba el apartamento de Emily.
Llego fuera de éste y golpeó, nadie abrió así que decidió golpear más fuerte, pero nuevamente nadie apareció.
Tomó su celular y marcó el número de Emily. Debió llamarla tres veces ya que las otras dos ella no contestó.

-¿Qué quieres? -preguntó con voz de dormida.

-¿Esa es la manera de contestarle a tu mejor amigo?

-O'Brien tengo sueño.

Dylan rió.

-¿Qué quieres amiguito querido? -seguía hablando dormida.

-Abreme la puerta.

-¿Estás aquí?

-Sí, como hace diez minutos.

-¡¿Estás bromeando?! Vete de aquí y déjame dormir.

-No me iré, hasta que abras la puerta.

-Pues entonces te quedarás ahí afuera -terminó la llamada.

Dylan volvió a llamarla una y otra vez, le enviaba mensajes insistiendo que se levantara a abrirle la puerta.
Estuvo todo el tiempo así, hasta que escucho el gruñido furioso de Emily desde dentro del apartamento.
La cerradura de la llave giró.
Una chica toda despeinada y con los ojos a medio abrir apareció en la puerta.

-Ahora está abierta -la abrió para atrás hasta que llegó a su tope.

El chico no pudo aguantarse las ganas de reír a carcajadas.

-No te rías imbécil.

Entró al apartamento seguida por Dylan.
La chica caminó hasta su habitación donde se dejó caer boca abajo sobre la cama.
Y él se acostó al lado de ella.

-Eres un perezosa -dijo calmando su risa.

-Una -despegó el rostro de la almohada para mirarlo- ¿Perezosa? Por Dios Dylan ¿Has visto la hora que es? ¡Son las siete cuarenta y ocho de la mañana! Cualquier persona normal que no trabaja duerme hasta tarde, incluso tú ¿Qué haces despierto tan temprano?

Futuro Incierto. Dylan O'BrienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora