Capítulo 6

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-Me duele mucho la cabeza -dijo Rebecca sosteniéndose la frente con una mano.

-Ten -le entregó una pequeña pastilla y le dio una taza de café.

Se sentó nuevamente junto a su amiga para desayunar.
Luego de haber terminado todo, se alistaron para irse a la práctica.

Salieron del apartamento de Sarah, al mismo tiempo que de al lado salía una rubia alta.
Rebecca y Sarah, observaron como se iba alejando por el corredor.

-Ella fue quien no nos dejaba dormir anoche -habló bajo Sarah. Su amiga cubrió su boca mientras reía.

En cosa de segundos se volvió a abrir la puerta del apartamento de Dylan.

Salió él, con unos short, sin camisa y arreglando su cabello.
Las chicas miraron asombradas el buen físico del chico.

Dylan levantó la mirada y sonrió al verlas.

-Qué bien que te veo.

-¿Por qué?

-Para entregarte mi chaqueta.

-Realmente crees que lavaré tu chaqueta?

-Sí, lo harás.

-No puedo sabes, ahora voy saliendo y no creo llegar muy temprano, así que no podré lavarla.

Se adelantó a caminar antes que Dylan le siguiera hablando o bien, le entregara la chaqueta.

-¡No te preocupes, estará aquí en tu puerta cuando llegues esperando para que la laves! -le gritó.

-¡Ni pienses dejarla ahí! -le gritó de la misma manera.

Dylan entró serio de vuelta a su apartamento.
Fue a la cocina para prepararse un café.
En tanto esperaba a que estuviera listo, caminó a su balcón.

Los cálidos rayos de sol llegaban a su rostro y cuerpo.
Abriendo apenas los ojos miró a su alrededor.
Observó el balcón de al lado, el balcón de Sarah, quedaban bastante cerca el uno del otro.

Posó la mirada directamente en una silla, sobre esta había un abrigo, el que había usado Sarah la noche anterior.
Sonrió al pensar en la idea que se le había ocurrido.
Volvió a su habitación y sacó su chaqueta.
Salió al balcón, buscó un palo algo largo y lo estiró alcanzando la chaqueta de su vecina.

-Haré un pequeño intercambio, -se dijo a si mismo- espero no te moleste -sonrió.

Atrajo el abrigo de la chica hasta él, y de la misma manera colocó la chaqueta de él en el palo y la dejó en el balcón de Sarah.

-Ahora sí que la lavaras -sonrió malvadamente y entró a su apartamento.

Mientras Dylan hacia ese cambio, Rebacca y su amiga ya se encontraban en el ascensor.
Iban llegando al segundo piso. Las puertas se abrieron, pasaron unos segundos y comenzaron a cerrarse.

-¡Detengan el ascensor! - gritaron desde afuera.

Becca inmediatamente detuvo el ascensor.
Una chica, morena, bastante agitada se subió. Era Selena.

-¿Ustedes también llegarán tarde?

-No -respondió Rebecca.

-¿Cómo que no? -miró extrañada a la chica- son casi las nueve de la mañana y la práctica comienza a las ocho.

-Espera -rió Becca- ¿acaso sabes qué día es hoy?

-Es viernes -pensó- Oh cierto, ¡los viernes comienza más tarde!

-Sí.

-Pero que tonta soy -rió junto a Rebecca- y ni siquiera desayuné porque pensé que llegaría tarde. Bueno en fin, ¿las llevo?

Futuro Incierto. Dylan O'BrienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora