Capítulo 29

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 Al día siguiente, Dylan despertó tratando de abrazar a Sarah, pero al notar que no había nadie a su lado abrió los ojos de una sola vez y observó a su alrededor y se dio cuenta que estaba sólo en el apartamento.
Como hubiera deseado que la chica se encontrara en su lado, recostada en su pecho, durmiendo tranquilamente.
Pero no podía ser asi, por más que lo quisiera, no podía.

Habían tres claros motivos:
Primero, la chica tiene un insoportable novio.
Segundo, Dylan no se atrevía a decirle lo que comenzaba a sentir por ella.
Y tercero, tiene que asistir todos los días de lunes a viernes a esa estúpida clase que les quita mucho tiempo que podrían usar para estar juntos.

Así que sólo le quedaba por aceptar tener una linda amistad con ella.
De todos modos ella no lo ve de la manera que él la ve a ella. Sarah sólo lo ve como un amigo, sin sentimientos encontrados, y Dylan ya comienza a sentir más cosas por ella. Tal vez hasta ya le gusta, aún no está tan claro. Lo que si está claro es que Dylan daría cualquier cosa por besar una y otra vez los suaves labios de la castaña.
Los había besado, acariciado y saboreado una sola vez, y ya necesitaba hacerlo nuevamente, se habían vuelto su droga.

Se levantó del sofa un poco adolorido y caminó hasta el baño donde tomó una corta ducha, se vistió y desayunó.
Luego prendió la televisión, se sentó en el sofá y comenzó a cambiar los canales buscando algo que le llamara la atención para ver.

Pasaron cerca de treinta minutos antes de que tocaran a su puerta. Dylan con pereza se levantó del sofá y fue a abrirla.

-¡Hola! -saludó feliz Emily.

-¡Emily! -dijo de la misma manera Dylan.

Ella se acercó al chico para darle un fuerte abrazo y besar su mejilla.

-¿Qué estabas haciendo hombre?

-Nada, sólo veía televisión. Y tú ¿Qué haces tan temprano por aquí?

-No tenía nada que hacer y me dieron ganas de venir a verte.

Dylan sonrió e hizo pasar a Emily, la chica entró y se sentó en el sofá, mientras su amigo iba a la cocina.
Él le ofreció algo de beber o de comer, pero ella sólo le pidió una soda.

-¿Estuviste viendo una película?

-¿Por qué preguntas? -habló él mientras tenía la cabeza dentro del refrigerador buscando una soda para cada uno.

-Por las palomitas que tienes aquí encima de la mesa, y las botellas de soda vacías.

Volteó a mirarlo al mismo tiempo que Dylan sacaba la cabeza del refrigerador y caminaba en dirección a ella.

-Y son dos botellas -lo miró con una ceja arqueada y una pequeña sonrisa de lado.

-Y eso qué -dijo mientras se sentaba a su lado y le entregaba una soda.

La chica la recibió en su mano, sin quitarle la mirada de encima, y sin quitar aquél gesto de su rostro.

-Estuviste con alguien más anoche.

El chico la miró por un instante y luego desvió la vista a la televisión.

-No.

-A mi no me engañas O'Brien. Estuviste con alguien más anoche ¿Nueva conquista? -sonrió.

-No.

-¿Alguno de los chicos estuvo aquí?

-No.

-¿Te bebiste esas dos botellas de soda, y comiste toda esa fuente de palomitas tu solo?

-No.

Era lo único que respondía Dylan sin hacer ningún gesto con el rostro.
Emily lo miraba con los ojos entre cerrados.

Futuro Incierto. Dylan O'BrienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora