Capítulo 3: Tiberius

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Gardevoir concentró su energía para crear una Bola Sombra y la lanzó contra Maestro. Al ver venir el ataque, Maestro replegó toda su forma y escondió tanto su cuerpo en forma de espada como sus manos tras su Escudo Real, que comenzó a brillar proyectando una barrera impenetrable frente a él. El ataque de Gardevoir impactó de lleno contra aquella defensa y la energía que lo componía se dispersó sin causarle daño alguno. Tras bloquear aquella esfera, Maestro volvió a sostener su escudo con la mano y realizó un Cambio Táctico que le permitiese mover su cuerpo de forma más ofensiva. El acero que componía su escudo comenzó a brillar intensamente y Maestro apuntó con él hacia Gardevoir. El escudo brilló intensamente y se convirtió en un Foco de Resplandor que emitió un intenso rayo similar a un láser de color plateado. El rayo recorrió todo el espacio que separaba a Maestro de Gardevoir en menos de un segundo, pero Gardevoir se había anticipado al ataque y proyectó una Pantalla de Luz para bloquearlo. El Foco Resplandor de Maestro trató de atravesar aquella barrera psíquica, y mientras Maestro empleaba todas sus energías en mantener aquel láser, una gran cantidad de acero fundido iba salpicando en todas direcciones desde el punto de impacto.

Finalmente, Maestro no fue capaz de seguir proyectando su Foco Resplandor y su escudo dejó de brillar al tiempo que el láser desaparecía. La barrera psíquica de Gardevoir había logrado resistir el ataque con éxito, y el mayor daño se lo había llevado el césped, que estaba lleno de metal recién solidificado y se habían producido diminutos incendios en algunas partes del jardín. Sin perder la concentración en el combate, Gardevoir usó sus entrenadas habilidades psíquicas para concentrar manualmente la humedad del aire en una pequeña nube de lluvia que se formó sobre el jardín y comenzó a descargar el agua suficiente para extinguir todas las llamas.

Al detectar que Maestro había bajado levemente la guardia al sentirse exhausto debido al uso prologando de su Foco Resplandor, Gardevoir volvió a formar una última Bola Sombra y la lanzó contra él. En aquella ocasión, Maestro recibió el ataque de lleno y se desplomó donde mismo estaba ante aquel aluvión de energía que invadía su cuerpo. Perdió la capacidad para moverse y se quedó en el suelo recuperándose del ataque.

- ¿Estás bien?- Preguntó Gardevoir, aunque debido a su Sincronía ya sabía la respuesta- Eso tiene pinta de doler.

- No pasa nada...- Respondió Maestro sin moverse- Solo dame un minuto.

Gardevoir apartó brevemente la mirada de Maestro para no tener que ver aquella extraña forma de tela y acero tirada en el suelo. Llevaban algunas horas luchando, y aunque Gardevoir no había hecho más que lanzar ataques y no había recibido daño alguno, Maestro no había parado de recibir golpes y caer debilitado. No llevaba la cuenta de cuantas veces había noqueado a su entrenador, pero debían de ser ya más de veinte. Horas atrás, cuando Maestro le había contado a Gardevoir todo lo que había vivido mientras estuvo muerto, mencionó que Golurk le había dicho que él no era uno de ellos. Al principio Gardevoir no entendía a qué se refería aquel fantasma, pero tras luchar contra Maestro llegó a comprender sus palabras.

Maestro no era un Pokémon. Acababa de caer debilitado al menos veinte veces en apenas un par de horas, y siempre se recuperaba en pocos minutos como si nada le hubiera pasado. Al principio Gardevoir se había contenido al atacar a Maestro, pero a medida que su entrenador le iba diciendo que estaba bien y le pedía que atacase cada vez con mayor potencia, Gardevoir acabó lanzando los ataques más potentes que era capaz de conjurar sin usar su Megapiedra. Aunque recibir ataques más poderosos había hecho gritar de dolor a Maestro en más de una ocasión y le había mantenido en el suelo cada vez más tiempo, siempre volvía a levantarse. Cualquier otro Pokémon Fantasma en su misma circunstancia habría visto como su energía era arrancada de su cuerpo y su existencia en el mundo finalizaba definitivamente. Maestro en cambio no parecía estar sujeto a la misma condición. Era como si su energía estuviese fundida a nivel metafísico con aquel cuerpo de acero y no pudiese ser separada de él por métodos convencionales. No era algo que Gardevoir hubiera visto antes, aunque tampoco había visto a un humano salir de su tumba convertido en una espada fantasmal. Teniendo en cuenta que el propio origen de aquel espectro no era algo natural, Gardevoir dedujo que todo lo que creía saber sobre los Pokémon no podía aplicarse completamente al cuerpo de Maestro.

Pokémon: Alma de AceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora