- Oye, podrías echarme una mano con esto- Se quejó Lucius.
- Te dije que no trajeses tantos trastos- Le reprendió Aurelius- Ahora todas esas armas son tu problema.
Lucius y Aurelius se encontraban en las calles de Ciudad Fractal, dirigiéndose más lentamente de lo que deberían hacia la sede de Rey Arceus en la ciudad. Aunque ya había amanecido y el sol brillaba intensamente en aquel lugar, la temperatura en la calle se mantenía bajo cero y calor del sol resultaba insignificante en comparación con el gélido viento que llegaba desde las montañas. Aunque en el aquel momento no nevaba, casi todas las superficies que habían pasado la noche a la intemperie habían quedado cubiertas por una gruesa capa de nieve. Aquel manto blanco parecía dispuesto a engullirlo todo, y tan solo las fachadas verticales de los edificios y las carreteras principales en las que ya se había retirado la nieve se encontraban libres de aquella pálida y helada envoltura. Sin embargo, a pesar del inclemente tiempo y del estado de las calles, aquel parecía ser un día normal en Ciudad Fractal. La gente a su alrededor parecía ignorar el frío y toda aquella nieve, y se mantenía ocupada en sus rutinas diarias; ayudándose de gruesos abrigos, vehículos de nieve y Pokémon adaptados al clima frío para llevar a cabo sus tareas.
El suelo bajo los pies de Lucius se encontraba cubierto por al menos veinte centímetros de nieve. Aunque había sido precavido y había traído unas botas adecuadas y un abrigo largo para protegerse de aquel despiadado clima, caminar por las calles de aquella ciudad estaba siendo un verdadero suplicio. Sus pies se hundían en la nieve, y pesar de su abrigo, el frío era insoportable. Pero lo peor de aquella situación no era el frío ni la dificultad para andar; sino los casi setenta kilos de equipaje que tenía que transportar. Cargar con aquel equipaje en Ciudad Azafrán y en la estación de Ciudad Luminalia no le había supuesto ningún problema; pero una vez bajaron del tren en Ciudad Fractal, toda aquella nieve le impedía usar las ruedas de las dos enormes maletas que llevaba. Incapaz de hacerlas rodar o arrastrarlas por el suelo, Lucius había tenido que recurrir a la fuerza bruta y levantarlas a pulso sujetándolas por sus respectivas asas. Aunque cuando abandonaron la estación de Ciudad Fractal Lucius aún confiaba en su propia fuerza para logar mover aquel equipaje, tras media hora de tediosa caminata, decidió que había llegado el momento de renunciar a su orgullo y pedir ayuda a su compañero.
Junto a él, Aurelius se desplazaba levitando a unos centímetros sobre la nieve, ahorrándose la desagradable sensación de hundir sus piernas en ella. Aunque en aquel lugar aún seguía utilizando exactamente el mismo atuendo que había vestido en Ciudad Azafrán, no parecía que la enorme diferencia de temperatura entre ambos lugares le afectase lo más mínimo. A su lado, desplazándose junto a él, una única maleta de pequeño tamaño se mantenía a flote levitando gracias a la Telequinesis de su propietario. Lucius frunció el ceño, molesto al ver aquella diminuta maleta viajar tan cómodamente flotando por encima de la nieve mientras su pesado equipaje se desplazaba a duras penas.
- Vamos Aurelius, no me jodas- Insistió Lucius- No te cuesta nada moverlas con tu mente, ¿verdad?
Aurelius dejó escapar un suspiro apático y arrebató ambas maletas a su compañero con la ayuda de su Telequinesis. En realidad, Lucius tenía razón; no le costaba nada transportar todo aquel equipaje moviéndolo con su mente. Aquella era precisamente la razón por la que, cuando iban juntos, Lucius siempre llevaba consigo una gran cantidad de armas. Siempre insistía en que, en aquella ocasión, las transportaría él mismo. Y al final siempre acababa pidiéndole ayuda. Aunque aquel peso le resultaba insignificante a la Telequinesis de Aurelius, aquel era un chiste que con los años había acabado perdiendo la gracia. En el peor de los casos, Aurelius esperaba tener que enfrentarse a seis enemigos; y su compañero había traído armas y balas suficientes para asesinar a media ciudad si fuese necesario.
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Pokémon: Alma de Acero
FanfictionUn hombre llega a la Cueva Celeste con una misión muy clara. Matar a Mewtwo para vengarse por lo que sucedió hace 20 años. No permitirá que nada se interponga en su camino. Ni siquiera su propia muerte a manos de Mewtwo. ... Alma de Acero fue mi pr...