Gardevoir dejó escapar un breve gemido de dolor mientras aplicaba un Pulso Curativo a su propio rostro. Poco a poco, sus heridas comenzaban a desaparecer y el dolor remitía hasta convertirse en un mero recuerdo. Lentamente, Gardevoir comenzó a caminar hacia las escaleras, mientras paseaba su mano derecha por todo su cuerpo, irradiando una proyección de energía curativa sobre cada golpe, corte y magulladura que había sufrido. A medida que sus heridas desaparecían, Gardevoir no pudo evitar sentirse afortunada de que todo hubiese quedado en poco más que rasguños y moratones. Aurelius tenía fuerza de sobra para haberla hecho pedazos si hubiera conseguido acertar más ataques.
Pensar en Aurelius hizo que Gardevoir se detuviese momentáneamente. Por un momento, tuvo la tentación de dirigir la mirada hacia atrás y volver a ver lo que había quedado del agente de Rey Arceus. Sin embargo, tras unos segundos, Gardevoir siguió caminando sin mirar atrás. Aquello no era ni de lejos lo peor que había hecho. No tenía sentido dedicarle ni un solo pensamiento más a aquel cadáver que había a sus espaldas. Lo único que en aquel momento le interesaba eran las escaleras.
Cuando se encontró a escasos metros de los peldaños que llevaban al piso superior, un estruendo proveniente de arriba hizo que se detuviera de nuevo. En aquel momento, la forma en la que Gardevoir veía las escaleras cambió radicalmente. Aquel vacío oscuro que le aguardaba al final de aquellos peldaños parecía un agujero negro dispuesto a tragársela. Por un momento, le había parecido que lo más obvio era reagruparse con Maestro y tratar de prestarle apoyo. Sin embargo, había llegado el momento de plantearse si realmente sería útil allí arriba o si tan solo sería un estorbo para Maestro. Tan solo percibir aquella repugnante energía a escasos metros sobre su cabeza era suficiente para hacer que ella misma se estremeciera; pero enfrentarse directamente a Darkrai parecía un pensamiento suicida.
Tras permanecer casi un largo minuto inmóvil, mirando las escaleras, Gardevoir dejó escapar un suspiro y apartó la mirada. En aquel momento, el único que podría pararle los pies a un monstruo como el que Rey Arceus había traído era Maestro. Ella no sería ni siquiera capaz de permanecer despierta en presencia de un Darkrai. Lo único que podía hacer era mantenerse al margen y esperar a que su entrenador lograse hacer mella en aquel Pokémon legendario.
Mientras permanecía allí, frente a la escalera, prensando en sus opciones, una nueva fuente de sonido sobresaltó momentáneamente a Gardevoir. Algo se acercaba desde el piso inferior, ascendiendo por el otro tramo de escaleras que conducían a la tercera planta. Aunque su primer instinto fue retroceder unos pasos y encararse con las escaleras, Gardevoir no tardó en relajarse y bajar la guardia. Podía concentrarse y ver a través de aquellas tinieblas, podía sentir las emociones de las dos criaturas que se le acercaban; y no había hostilidad alguna hacia ella.
- Vamos, solo un poco más...- Dijo la voz de Mawile, proveniente de aquel oscuro tramo de escaleras.
Gardevoir se quedó completamente paralizada y fría como un cadáver cuándo alcanzó a distinguir las figuras de Mawile y Greninja en los últimos peldaños de la escalera. Greninja caminaba con dificultad, y subía las escaleras apoyándose en Mawile, quién estaba pasando por serias dificultades para ayudar a caminar a su compañero debido a la diferencia de estatura entre ambos. El cuerpo de Greninja estaba lleno de heridas de cortes, desgarros y pinchazos; destacando especialmente un profundo tajo en su muslo izquierdo. Aquel Pokémon estaba totalmente empapado en su propia sangre.
- ¿Qué... ha pasado?- Preguntó Gardevoir, mientras paseaba frenéticamente la mirada por el cuerpo de Greninja.
Mawile dejó de caminar cuando subieron el último peldaño, y ambos Pokémon se detuvieron allí mismo. Greninja alzó la mirada hacia Gardevoir y dejó escapar una desagradable risa, acompañada de un pequeño ataque de tos.
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Pokémon: Alma de Acero
FanfictionUn hombre llega a la Cueva Celeste con una misión muy clara. Matar a Mewtwo para vengarse por lo que sucedió hace 20 años. No permitirá que nada se interponga en su camino. Ni siquiera su propia muerte a manos de Mewtwo. ... Alma de Acero fue mi pr...