Capítulo 21: Cloyster

47 10 2
                                    

Una vez más, Maestro se encontraba deambulando sólo en la oscuridad. Tan solo la luz que irradiaba su Piedra Activadora le permitía distinguir los detalles de su entorno. Aquella luz, inevitablemente, le hacía recordar que Mawile se había quedado atrás luchando para permitirle avanzar; y pensar que Mawile se encontraba jugándose la vida en una batalla contra las fuerzas de Rey Arceus le hacía recordar que el resto de su equipo se encontraba en la misma situación. Permanecer en su Forma Escudo deambulando sin rumbo por la oscuridad mientras sus compañeros luchaban a muerte le resultaba frustrante; en aquella situación no tenía la sensación de estar aportando nada al esfuerzo de sus compañeros. Tenía la sensación de no estar haciendo lo que debería. En aquel momento, él era el único que no estaba derramando sangre; el único que tenía su camino aparentemente despejado.

Al encontrarse en la última planta de aquel edificio, a escasos metros del archivo que tan codiciosamente protegía su enemigo, Maestro había esperado encontrar mucha resistencia a su paso. Sin embargo, desde que le había dado la espalda a Gardevoir y había subido por aquellas escaleras, ningún humano o Pokémon se había interpuesto en su camino. Tan solo aquella asfixiante oscuridad y los sonidos de batalla lejanos eran sus compañeros allí arriba. Aunque el edificio entero era un campo de batalla, aquel último piso era como el ojo de un huracán; tranquilo e impasible a pesar de la encarnizada violencia que lo rodeaba.

Sin embargo, Maestro sabía perfectamente que las cosas no eran tal y como las percibía. Aquel era el lugar que el enemigo había tratado a toda costa de proteger; y su compañera ya le había advertido de una presencia ominosa allí arriba. No importaba todo lo tranquilo que pareciera aquel lugar; ya sabía de antemano que era una farsa. Algo peligroso le esperaba allí arriba, y si Rey Arceus había decidido no apostar a nadie más en aquella planta, la única explicación posible era que querían evitar que entorpecieran a su campeón. Al fin y al cabo, nadie podía luchar a pleno rendimiento si tenía que proteger a alguien o si debía contenerse para no hacer daño a sus compañeros.

El lugar donde Maestro se encontraba era amplio; demasiado como para que su débil luz pudiera iluminarlo completamente. Tenía el aspecto de una sala de espera, pero resultaba difícil de determinar por culpa de la densa oscuridad. Aunque Maestro no estaba seguro de si era un problema real o imaginaciones suyas, tenía la sensación de que la luz del Mega Aro resultaba menos efectiva como fuente de iluminación allí arriba de lo que lo había sido en el piso anterior. Era como si las tinieblas de aquella planta fuesen aún más densas que el resto del edificio. Tanto si aquello era cierto como si era un síntoma de estar poniéndose nervioso, aquel fenómeno no presagiaba nada bueno.

- Brecha Negra...- Pronunció una voz tenebrosa desde la oscuridad.

Maestro no tuvo suficiente tiempo ni reflejos para reaccionar; si es que realmente había una reacción correcta ante lo que acababa de sucederle. Podía confirmar que su luz no se había apagado; aún podía verla irradiando desde su empuñadura. Sin embargo, el alcance de aquella iluminación se había reducido drásticamente, y lo único que parecía poder ver era el interior de una esfera negra de pura energía impía que le había atrapado en su interior. El contacto con aquella oscuridad no resultaba doloroso; de hecho, Maestro no lograba sentir nada. La única consecuencia que podía percibir era su incapacidad para ver nada a su alrededor. Desconocía la naturaleza y efecto de aquel ataque, pero resultaba evidente que no tenía efecto en él; al menos no más allá de resultar sumamente irritante.

- Muéstrate- Ordenó Maestro, en tono autoritario- Ahora mismo no estoy de humor para esta mierda.

La esfera de oscuridad se desplazó rápidamente hacia abajo y desapareció al fusionarse con el suelo; como una gigantesca gota de líquido negro que cayese y formase un charco bajo él. Frente a Maestro, una sombría figura comenzó a emerger lentamente del suelo; esculpiéndose con oscuridad pura a medida que ascendía. Mientras Maestro observaba cómo aquella siniestra entidad se materializaba, un par de resplandecientes ojos celestes le devolvieron la mirada.

Pokémon: Alma de AceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora