Capítulo 25: Kanto

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La situación era mucho peor de lo que Maestro se había atrevido a imaginarse. Ya había visto por las noticias en qué estado se encontraba Ciudad Azafrán, pero aquellas imágenes tomadas desde el aire del devastado paisaje de la ciudad no hacían honor a la destrucción que podía observar desde el suelo. Aunque afortunadamente el edificio de la estación y las vías del magnetotrén habían resultado ilesos y Maestro había tenido la sensación de que los daños no habían sido tan graves, conforme él y su equipo se habían alejado de allí y se habían adentrado en el epicentro de aquella devastación, el horror de aquella tragedia no había tardado en manifestarse a su alrededor.

A donde quiera que mirase, podía ver escombros. Ya fuese porque algunas estructuras estaban a medio derruir o porque algunos edificios hubiesen sido literalmente obliterados por alguno de aquellos devastadores ataques, había montañas de escombros por todas partes. Los servicios de emergencia de la ciudad, junto con miles de voluntarios, realizaban labores de rescate y recuperación de cuerpos por toda la ciudad. Maestro evitaba pensar en ello, pero sabía que cada montaña de escombros aún sin remover que veía, era probablemente un gigantesco y retorcido túmulo relleno de cuerpos sin vida o de humanos y Pokémon heridos que morirían si no se les ayudaba a tiempo. En otras circunstancias, Maestro habría estado encantado de que él y su equipo pasasen una o dos semanas en aquella ciudad colaborando como voluntarios en aquellas labores de rescate. Sin embargo, siendo Mewtwo la culpable de aquello, Maestro tenía en mente un servicio aún mayor para la población de Ciudad Azafrán. Uno que no repararía los daños causados, pero que sin duda aliviaría la horrible carga que aquella gente soportaba en aquel momento.

- Maestro...- Llamó Mawile.

Maestro continuó avanzando en línea recta, sin reaccionar de manera alguna a las palabras de su compañera. Ya había intentado llamar su atención en un par de ocasiones, pero aquel espectro se encontraba demasiado sumido en sus propios pensamientos como para prestar atención al mundo exterior. Gardevoir dirigió la mirada hacia su compañera, quién se estaba mostrando visiblemente nerviosa desde que habían llegado a la ciudad. Sus intentos de llamar la atención de su entrenador no funcionarían. Aunque ella no sintiese más que indiferencia por lo sucedido en aquella ciudad, los sentimientos que le llegaban a través de la Sincronía con su entrenador le revelaban el impacto emocional que aquello había tenido en Maestro. En aquel momento, su mente ni siquiera sabía en qué concentrarse. Se sentía mal por no poder hacer nada para ayudar a aquella gente, estaba preocupado por Sabrina y sentía una gran sed de sangre. Quería hacer demasiadas cosas, teniendo en cuenta que no era más que un fantasma perdido en medio de una ciudad en ruinas.

- No es buen momento- Le avisó Gardevoir.

- Pero...- Insistió Mawile- No entiendo qué hacemos aquí.

Mawile no había dejado de hacerse la misma pregunta desde que abandonaron Ciudad Fractal. Asumía que sus compañeros debían de tener alguna especie de plan al respecto, pero no lograba entender cómo haber vuelto a Kanto les acercaba lo más mínimo a su objetivo. Era evidente que en aquella ciudad no encontrarían lo que buscaban; demasiado evidente como para decirlo en voz alta sin parecer estúpida. Sin embargo, no podía evitar tener la sensación de ser la única consciente de aquella realidad.

- Mewtwo me atacó a mí en el pantano, y al día siguiente ya estaba aquí destrozando esta ciudad- Les recordó Mawile- Que hayamos venido aquí no significa nada. Es obvio que Mewtwo ya no se encuentra en Ciudad Azafrán, y después de lo que he visto, no me sorprendería que se encuentre al otro lado del mundo.

- No es a Mewtwo a quien buscamos aquí- Intervino Greninja.

- ¿Entonces...?- Preguntó Mawile, tragándose su orgullo.

Pokémon: Alma de AceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora