Capítulo 5: Le Postín

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- No estamos solos- Murmuró Gardevoir.

Maestro se desplazaba lentamente por la gigantesca Avenida Invierno de Ciudad Luminalia. Aunque la medianoche les había alcanzado, la luz de aquella ciudad jamás se apagaba. Las calles seguían abarrotadas de gente y muchos comercios aún permanecían abiertos. Tras la hora punta de los cambios de turno, tanto trabajadores como clientes acababan de terminar o de iniciar su jornada; lo que prácticamente significaba que la ciudad acababa de reiniciarse. La retirada de unos abría espacio para otros, y tanto humanos como Pokémon de hábitos nocturnos comenzaban su día en aquel momento.

Aunque existía un excelente departamento de Control de Plagas en Ciudad Luminalia, el cual se encargaba de regular la población de determinadas especies en la ciudad y dar caza a los Trubbish que se acumulaban cerca de los canales, era imposible negar que Luminalia poseía una cierta fauna salvaje entre sus muros. Si bien algunas especies eran erradicadas de la ciudad conforme aparecían, como era el caso de los Gulpin o los Venipede; otras eran sencillamente ignoradas. Las bandas de Meowstic salvajes o las bandadas de Fletchinder podían resultar tan peligrosas o más que los tipo Veneno que se acumulaban en los canales y las alcantarillas, pero su impacto sobre el turismo en la ciudad siempre había sido menor. Mientras las escuadras de control de plagas recorrían el subsuelo de la ciudad acompañados de docenas de Heatmor o Magmortar calcinando vivos a los primeros, la población encontraba divertido alimentar a los segundos. Hubo una época en la que Maestro reflexionó respecto a aquella clase de actitudes, pero el paso de los años le dio mayores problemas en los que centrar su atención y el destino de las alimañas urbanas dejó de importarle.

Sin embargo, Gardevoir estaba en lo cierto; algo se movía a su alrededor. Se encontraban en una calle principal abarrotada de viandantes, y aquello pese a la incomodidad de la situación significaba que no había peligro de ser asaltados. La presencia que les acosaba no se encontraba cerca de ellos, sino que perseguía y acechaba desde las sombras de cualquier callejón cercano. Aunque Gardevoir parecía haberse dado cuenta en aquel momento, Maestro llevaba sintiendo aquella presencia desde que abandonaron el Gran Hotel Ricachilton casi una hora antes. A pesar de no sentirse cómodo ante la idea de que una sombra les acechase desde la oscuridad, no lo consideraba un motivo real de preocupación en aquel momento.

- Ya lo sé- Respondió Maestro- Deja que se tome su tiempo.

A regañadientes, Gardevoir dejó de prestar atención a su siniestro perseguidor y se centró en el objetivo que tenían en mente. El restaurante Le Postín estaba solo a un par de manzanas de donde se encontraban, y conociendo a Maestro las cosas podían llegar a ponerse muy feas. Siempre había odiado hacerle el trabajo sucio al Team Flare, pero el hecho de estar siguiendo órdenes de Malva era como echarse sal en las heridas para ella. El hecho de no confiar lo más mínimo en la actual líder del Team Flare no hacía sino reforzar el recelo que sentía Gardevoir ante aquel encargo. Ni siquiera tenían garantías de que Malva fuese a cumplir su palabra. Si Maestro le hubiera preguntado a ella qué hacer, le habría dicho que reuniesen al resto del equipo y tomasen lo que querían por la fuerza. Sin embargo Maestro no le había pedido su opinión al respecto, algo bastante raro en su entrenador. Si él estaba tan seguro de que aquello era lo que debía hacerse, a Gardevoir no le apetecía cuestionar al hombre que le había regalado dos décadas más de vida. Ya había tomado la decisión de seguir a Maestro años atrás, y no parecía buen momento para empezar a cuestionársela.

- ¿Has visto algún teléfono público cerca?- Preguntó Maestro.

- No, pero hay una cabina de Holomisión en la acera en frente del Le Postín- Le recordó Gardevoir- Podemos usarla.

- Una caja de metal y cristal blindado en plena calle construida e instalada por el Team Flare oportunamente situada junto al objetivo... Creo que buscaremos un teléfono de verdad.

Pokémon: Alma de AceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora