Realidad [Kuroko no basket]

12.¿Qué pasa?

-Disculpen ambos, pero debo aclarar que no soy de ninguno-comento kuroko sin expresión alejándose de ambos.

-entiende de una vez, no puedes vivir así con esta cosa-la voz del pelirrojo se elevaba más de lo normal señalando a aquella mujer delante suyo

-oh querido akashi-la mujer hizo una mueca de molestia para luego rodear con sus brazos a akashi-tu puedes venir conmigo a vivir si quieres, sera divertido-

-no me toques-akashi se alejo de la mujer-y tampoco quiero que lo toques a él-el pelirrojo miro con severidad a la mujer para luego alejarse un par de pasos-Tetsuya, tu tienes la ultima palabra-

Akashi se fue del lugar, camino hasta su automovil apretando el puño aguantando las ganas de tomar al peliceleste por la fuerza y llevárselo a su casa.

"seguro estaría a salvo conmigo, maldición!" Pensaba akashi cerrando con fuerza la puerta del automovil.

-vaya pedazo de basura-susurro la mujer con molestia-camina!-grito mirando a kuroko

Kuroko miraba al automovil de akashi alejarse, para después darse media vuelta y seguir a aquella que ahora era su madre. Todo el camino la mujer se la paso susurrando maldiciones hacia akashi mientras caminaba, parecía estar realmente molesta, kuroko se quedaba en silencio observando.

-¿e-estas bien?-pregunto kuroko mirando a la mujer con preocupación

La mujer se dio la media vuelta reaccionando de sus pensamientos mirando a kuroko.

-sabes Tetsuya, estoy realmente molesta ahora mismo-susurraba la mujer al oído de kuroko-y todo es por tu culpa-

-no comprendo, yo no tengo nada de culpa en lo que sucedió-respondió kuroko algo confundido

La mujer hizo una expresión de enojo tomando a kuroko de los hombros.

-sigues herido, verdad, deja te ayudo pequeño-La mujer empujo a kuroko y a la vez estiro su pie haciendo que kuroko cayera al suelo, varias personas pasaban y miraron con preocupación al pequeño chico frágil caído.

 -hay no ¿estas bien Tetsuya?-aquella mujer se giro pisando la mano de kuroko mientras se agachaba ayudándolo a levantarse-escucha estúpido mocoso, a mi no me contestas de esa manera-susurraba al peliceleste

-porfavor, me esta lastimando-kuroko empujó a la mujer poniéndose de pie, se dirigió con rapidez hacia los departamentos subiendo las escaleras.

Sayuri le miro desde abajo con una sonrisa en los labios, subió las escaleras poco a poco, kuroko se detuvo en la puerta de su apartamento, aquella primera puerta subiendo las escaleras.

-sabe!-kuroko se dio la media vuelta mirando a la mujer a los ojos-odio muchas cosas sobre mi mismo, el no tener valor para enfrentar mis problemas o...ayudar a mis amigos cuando más me necesitan, cuando ellos empiezan a odiarse a si mismos al grado de detestar lo que más quieren, odio eso de mí, pero yo siempre intento hacer feliz a alguien desde las sombras, por eso creo que solo usted tiene la culpa de haber arruinado su vida, no yo-los celestes ojos llenos de lagrimas miraban fijamente a la mujer, kuroko se había llenado con el valor que le sobraba para decirle eso mirándola a los ojos.

-jajaja ¿enserio crees eso?-la mujer se acerco a kuroko tomándolo por los hombros-deja te digo como es la realidad-sayuri bajo a kuroko con fuerza golpeando con su rodilla el estomago de kuroko el cual se quedaba sin aire-la realidad es que todos queremos culpar a alguien de nuestros errores, yo no tengo la culpa de nada y eso es algo que tu debes entender-

Kuroko tocia tratando de recuperar el aire, Sayuri lo puso de pie a la fuerza frente a las escaleras.

-Tu existes para que las personas te culpen por sus errores, aprende eso y muérete de una vez para que todos esos errores mueran contigo-La mujer le dio un pequeño empujón.

"¿Tendrá razón en lo que dice? ¿Porqué ya no puedo llorar cuando alguien me trata como basura? ¿Acaso acepto lo que esta diciendo?"

Kuroko cayó por las escaleras hasta llegar a la calle, la rapidez con la que cayo hizo que no pudiera si quiera reaccionar, un camión iba a toda velocidad por la calle y gracias a la habilidad de kuroko el conductor no pudo verlo...

Una mujer mostraba una sonrisa desde arriba de las escaleras mientras un charco de sangre crecía por la calle, se dio la media vuelta entrando a su departamento.

-espero que nadie te vea, basura inservible-dijo la mujer cerrando la puerta.