Realidad [Kuroko no basket]

21.Tu culpa

-¿Qué pasa Tetsuya? se supone que debes saludar por educación-Aquella mujer de cabello pelirrojo le miro con superioridad disfrutando el sufrimiento del chico.

-y-yo...-Kuroko seguía paralizado mirando hacia la puerta

-vaya falta de respeto, pero yo arreglare eso-la mujer se comenzó a acercarse a Kuroko

-no, espera-murmuro Kuroko en una suplica

-¿Quién era Kurokocchi?-pregunto Kise asomándose hacia la puerta-¿Quién es ella?-

-oh, así que tu eres uno de los mocosos que le ayudaron-La mujer se detuvo con una sonrisa en la boca-¿es amigo tuyo Tetsuya?-

Kuroko se quedó en silencio, suplicaba que Kise se fuera pero a la vez que se quedara para salvarlo, pero ninguna palabra le salia por la boca.

-¡Responde!-gritó la mujer

-si-respondió Kuroko por miedo

-Pensé que estarían un par de tus amiguitos contigo, así que traje a mi propio amigo- Un hombre se asomo por la puerta, se acercó a la mujer y la beso con gusto.

Kuroko miraba todo con horror, sabia que "un amigo" nunca era bueno, su madrastra podía sola con él, pero era obvio que con los otros de la generación no podría ni empujarlos, esa era la principal razón de su "amigo", sería mejor que Kise y Aomine se fueran de una vez antes de que cayeran en las garras de esa mujer.

-Kise-kun...vete porfavor-Kuroko ni miró a Kise, no quería demostrarle el terror de sus ojos porque estaba seguro que si miraban lo que era esa mujer nunca lo dejarían solo

-¿de qué hablas?-Kise comenzaba a fastidiarse con esa mujer y la manera en que le había gritado a Kuroko, Kise molesto era peor que nada.

-es mi madre, Kise, vete y déjanos solos-Kuroko temblaba completamente aunque intentaba contenerlo y eso era algo que Kise logró notar por lo que unió las piezas con lo de "madre"

-¿esta tipa es tu madre?-Kise comenzaba a molestarse un poco

-así que esta es la zorra-Aomine, que había escuchado todo, también salió para ayudar a Kuroko.

-zorra eh...-la mujer rechinaba los dientes de molestia-veo que nadie les enseño a hablarle correctamente a las mujeres, yo les enseñare-

La mujer dio un paso hacia el frente, Kuroko por instinto retrocedió un par de pasos.

-Me llamó Sayuri, recuerdalo mocoso-

-oh ya veo, te llamas zorra-Aomine la miró divertido por ver como la mujer se molestaba cada vez más.

-Tetsuya-sonrió la mujer divertida al ver a ambos chicos dar un salto y más al ver a Kuroko paralizarse-los errores de tus amigos los pagaras tú, por que es tu culpa-

-¡déjalo!-grito Kise

-esto sera más divertido mientras más se unan a la fiesta así que...-Sayuri miro a su amigo haciéndole una señal, sacó algo de su bolsillo y lo puso en la boca a Kuroko e inmediatamente le cubrió la boca.

"Drogas"pensó Kuroko"quiere dormirme"Le espantó más el ver aun en su poco estado de consciencia que la mujer y el hombre hacían lo mismo con sus amigos, se los llevarían a todos.

"A ellos no porfavor"Kuroko comenzó a soltar un par de lágrimas mientras veía a sus amigos caer "llévame a mí solamente"

-déjalos-susurro Kuroko, estaba acostumbrado a este tipo de calmantes, por lo cual el efecto tardaba un poco más que con otros.

-¿Qué los deje?-la mujer reía en la cara de Kuroko-no bromees, ellos pagaran por sus errores, por el error de haberte conocido, por el error de querer ayudarte, por el error de ser tus amigos-

Kuroko cerró los ojos lamentándose por todo, estaba creyéndose cada una de esas palabras que le ardían en lo más profundo, todo era su culpa y lo sabía, pero no quería aceptarlo, no aún.

"siempre estaré allí cuando más me necesites"

Por eso seguía sin aceptar nada de lo que aquella mujer dijera, por las palabras de esperanza de su salvador, Kuroko tenía esperanza con que esas palabras se cumplieran.

"Akashi, ayúdame"

Akashi estaba en medio de un juego con Shutoku, Midorima estaba en la banca descansando para el final del partido diera lo mejor con toda su energía, Akashi solo daba algunos pases e indicaciones desde la misma cancha, se detuvo unos momentos, había sentido algo de preocupación dentro suyo, miro a su alrededor, el partido iba perfecto, iban a ganar sin importar que, pero ¿Qué era entonces lo que le preocupaba? 

-De seguro es mi imaginación-dijo pasando de nuevo el balón