54-Plato roto

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Midorima llegó a la prisión, ahora la pregunta era ¿Cómo podría entrar para hablar con Akashi? Y un más ¿Cómo haría para que se escapara? Todo tipo de preguntas, pero antes de nada, debía de recordar las indicaciones de Akashi, la primera indicación era esperar hasta la noche, no sabía que sucedería después pero si eso era lo mejor no tenía otra cosa que hacer, se fue y se sentó en una banca de un parque cercano a la prisión, esperando...

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Kuroko estaba sentado en el suelo de la cocina, miraba a Aki atento mientras este le preparaba algo de medicina con comida, dormirlo sería lo mejor para que no causara problemas, pero la paciencia de Aki y su humor era de lo peor y no podía desquitarse con nadie, pero por alguna razón, al ver a Kuroko se veía reflejado él, algo indefenso, como cuando era pequeño, quizás esa era la razón de que no lo matara o vendiera por su problema de memoria.

—muy bien, aquí hay comida, come—Aki dejó el plato de sopa delante de Kuroko

Kuroko miro el plato y luego a Aki, parecía algo pensativo, Aki suspiró para calmarse, estaba por perder la paciencia, no podía hacer nada solo ya que no le había detectado nada a Kuroko más que la pérdida de memoria y una que otra contusión, algo estaba mal y no podía solucionarlo él solo, necesitaba salir e ir a su hospital para revisar expedientes, pero...no podía dejar a Kuroko solo, Rido estaba inconsciente aun y tampoco podía llevarse a Kuroko ya que de seguro la policía lo estaba buscando. En ese momento escucho un fuerte sonido, miro a Kuroko, parecía haber empujado el plato hasta que se cayera y rompiera en el suelo.

—Ahora vuelvo—Aki se giró para ir por algo para recoger los trozos de vidrio, podría ser peligroso—iré por algo para limpiar eso, no quiero que te muevas y mucho menos toques eso—señalo el plato roto antes de irse.

Caminaba por los pasillos de su propia mansión cuando escucho una risa, miro rápido a su alrededor, pero estaba solo, esa risa era algo macabra, intento ignorarla y siguió su camino hasta su habitación, buscaba unos guantes para recoger los vidrios sin hacerse daño cuando escucho una voz reconocida.

—Todos deberían morir...como lo hice yo—

Aki levantó la mirada, no podía ser, delante suyo estaba aquel sucio perro que había asesinado.

—¿perro? —pregunto Aki incrédulo

—Aki—perro sonrió mirando a Aki fijamente—¿recuerdas lo que te dije hace mucho tiempo? —

—tú no eres real...estas muerto—Aki intento ignorarle

—te dije que si yo moría arrastraría a Rido conmigo ¿no? —

—Cállate y lárgate, no eres real—

—Exacto, a este punto te ha llevado tu locura, a ver fantasmas—Perro caminó por la habitación acercándose a Aki—Yo te amaba, pero tu querías más a Rido y ahora esta esa nueva mascota ¿Cuántas más? —

—Cállate, hare lo que quiera—

—Tú solo querías hacerme sufrir para ver el dolor en el rostro de Rido, eres un terrible sádico, pero aun así te quería—

—yo quiero a Rido, no a ti—

—pero Rido solo te quiere porque yo ya no estoy—

—eso es mentira, él me quiere, gatito me quiere ¡Todos me deben querer! —

—pues como prometí, arrastrare a Rido a la muerte y tú serás quien lo asesine, como a mí y frente a tu nueva mascota, así la historia se repetirá y yo podre estar con Rido—

—Jamás dejare que eso pasé—

—Eres un sádico, lo harás y ¿sabes que será lo peor? —Perro se acercó abrazando a Aki por detrás—que lo vas a disfrutar—

—¡Déjame en paz! —Aki se levantó de golpe, miro a su alrededor para ver que perro estaba en la puerta

—Sabes que es verdad y te molesta que vea a través de ti, por eso quisiste que ya no hablara, así que ahora que habló te diré tu futuro-Levantó un dedo señalando a Aki—te arrestaran y pasaras el resto de tu vida en un hospital psiquiátrico torturándote con los recuerdos por matar a aquel que más amas—

—¡Lárgate!—

—Me voy, ten un buen viaje a tu propio infierno y...—perro abrió la puerta saliendo por esta—cuida a tus mascotas, que cualquier cosa las puede matar, ya sabes, los accidentes ocurren—

La puerta se cerró dejando a Aki totalmente solo y en silencio, Aki tomo las cosas con rapidez y corrió hasta el cuarto donde Hanamiya dormía, por suerte seguía bien, suspiró calmándose pero luego pensó en Kuroko, se giró y corrió hacia la cocina cuando escucho un quejido de dolor, entro de golpe en el comedor para ver que Kuroko estaba agachado en el suelo junto al plato roto.

Aki se acercó lo suficiente para ver que la mano derecha de Kuroko sangraba demasiado, se había cortado con el plato, Aki dejo las cosas en la mesa y se acercó levantando a Kuroko y sentándolo en la misma mesa, estaba demasiado molesto por la desobediencia de Kuroko, le había ordenado algo simple y este solo lo ignoro y salió herido, si las cosas seguían así enloquecería por las palabras de perro, pero antes debía calmarse para no golpear a Kuroko con brutalidad o hacerle más daño ya que empeoraría las cosas.

—¡Te dije que no tocaras el plato! ¿¡Por qué me desobedeciste!? —Aki perdió la paciencia que tenía soltándole una bofetada a Kuroko tan fuerte que lo tiro sobre la mesa.

Kuroko se sentó de nuevo con la mano en la mejilla, tenía los ojos llorosos y parecía a punto de soltarse en llanto, Aki le tomo desde la barbilla con una de sus manos.

—No te atrevas a llorar delante de mí, escuchaste estúpido animal—

Kuroko uso toda su fuerza para empujar a Aki lejos de él con ambas manos y llenando la ropa de Aki con la sangre de su mano, Kuroko retrocedió todo lo que pudo sobre la mesa algo asustado. Aki miró su ropa primero y luego miro a Kuroko molesto, respiró un poco para calmarse.

—debería arrancarte cada pequeño trozo de piel de tus estúpidas manos hasta que no te queden ganas de volver a empujarme estúpido animal—Shitsueki comenzó a rodear la mesa para acercarse a Kuroko, pero este, al ver que Aki se acercaba se bajó de la mesa para alejarse de él.

Aki estaba demasiado molesto, quería golpear a Kuroko hasta saciarse, pero otra preocupación le llego a la mente, Kuroko se estaba acercando al plato roto de nuevo, la preocupación le inundo, se supone que Kuroko no podía caminar bien por pisar un plato roto y ahora pisar otro le abriría la herida, la infectaría y todo empeoraría, debía detener a Kuroko antes de que se hiciera más daño.

—Detente allí, no te muevas—ordeno caminando lentamente hacia Kuroko, pero el peliceleste solo le miró con miedo y siguió retrocediendo—¡Que no te muevas!—

El gritó hizo que Kuroko diera un salto apoyándose en el pie herido y cayendo de espaldas.

—¡Ah!—

El albino se asustó al escuchar el gritó del peliceleste, había caído demasiado cerca del plato, se acercó a Kuroko para ver todas las posibles heridas, Kuroko se había vuelto a cortar en la mano derecha al apoyarse en el suelo, Aki suspiró al ver que no sería nada grave o nada que necesitara ir a un hospital, pero tan pronto como se tranquilizó volvió a molestarse.

—¡Te dije que te quedaras quieto!—Aki se agacho y volvió a levantar a Kuroko sentándolo, de nuevo, en la mesa—Tú, estúpido pequeño—

Aki levantó el puño para golpear de nuevo a Kuroko, pero al ver que se asustaba se giró y golpeo con todas sus fuerzas la pared agrietándola, su mano sangraba un poco, miro a Kuroko y se dirigió a la puerta.

—Ahora vuelvo y te lo digo enserio, no te muevas—Aki salió de la cocina dejando a Kuroko solo.

continuara...


(escribí mucho :') pero nos acercamos al final n.n espero les guste, voten y comenten)

Realidad [Kuroko no basket]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora