Realidad [Kuroko no basket]

50.Puertas al infierno

Kuroko se preparó para ir con Aki, se puso el mismo camisón de siempre y se dirigió hacia la biblioteca, al entrar vio a Aki de pie mirando por la gran ventana.

—Llegas tarde—dijo Aki sin voltear a ver a Kuroko

Kuroko se quedó callado.

—puedes hablar—

—Lo siento—murmuro Kuroko tentando, pensaba que de seguro era algún tipo de prueba o algo por el estilo.

—no te estoy probando ni nada, solo quiero hablar con alguien que no sea Rido—comento como si hubiera leído la mente—y no, no leí tu mente, si te lo preguntas soy médico y psicólogo, eres algo impredecible pero de mente común—

— ¿impredecible? —pregunto más porque no entendía a que se refería, no porque no entendiera la palabra.

—eres alguien sorprendente, nadie sabe que harás en ciertos momentos pero a la vez se puede predecir tus acciones, es algo difícil de explicártelo pero te daré un ejemplo—Aki se giró mirando a Kuroko con una sonrisa-Cachorro ¿Quieres dejarnos solos o tengo que encerrarte? —

Kuroko se dio cuenta en ese momento que Aki miraba a la puerta cerrada a unos metros detrás de él, recordó que Hanamiya le dijo que le estaría escuchando, unos momentos después logro escuchar a unos pasos alejarse por el pasillo con desgana.

— ¿lo ves? — Aki se acercó unos pasos hacia Kuroko.

— ¿Qué es lo que quieres de mí? —pregunto Kuroko mirándole a los ojos

—Nada—Aki se volvió a girar dirigiéndose a la ventana—quiero contarte algo—

—Cuénteselo a Hanamiya-san—

—jajaja vaya atrevimiento para decirme eso—comentó Shitsueki—dejare pasar esa falta de respeto y además te daré la explicación que no te mereces, no quiero que Rido escuche esto porque le quiero—

— ¿A qué se refiere? —

—Le amo, no quiero verle a la cara si escucha esto, por eso es que te he elegido a ti para contarlo—

— ¿A mí? ¿Por qué? Soy un desconocido—

—No pequeño, no eres un desconocido, eres mi dulce gatito y formas parte de mi familia, de entre muchos te elegí a ti y te saque de tu tormento ¿no?—

"para llevarme a otro" pensó Kuroko pero no se atrevió a decirlo.

—Bueno, supongo que quieres una explicación, verdad, te la daré con detalle y desde el comienzo así que ven conmigo—Aki se sentó en su elegante sofá haciéndole una señal a Kuroko para que se sentara en sus piernas—no tienes permitido desobedecerme—

Como no tuvo otra opción se acercó sentándose en las piernas de Shitsueki el cual le abrazo.

—ahora si pareces un gatito—comentó sonriendo mientras acariciaba la cabeza de Kuroko—muy bien comenzare, como sabrás la estupidez humana no tiene fin, verdad—

—Si—

—Pues la ignorancia y cualquier otra cosa tampoco tienen fin, la inteligencia tampoco, ya que la mente es muy difícil de descifrar, por lo que para mí la ignorancia es peor que la estupidez—

— ¿Por qué? —pregunto Kuroko curioso

—Porque la ignorancia provoca miedo y el miedo enojo y con enojo nadie piensa, es decir, todo da como resultado estupidez—

—entonces ¿Te molesta la ignorancia? ¿Por qué? —

—Cuando yo era pequeño mis padres me abandonaron al ver como nací, sin color— explicó Aki—me crie en un orfanato y normalmente me rechazaban por lo mismo, un orfanato cristiano, era hijo del demonio, totalmente blanco—