Atracción Peligrosa (A.V.)

67- ¿Mi salvación?

*Narra Max*

Anoche, cuando la vi tan indefensa y temerosa, supe que definitivamente la quería, fuera como fuera. Era tímida y frágil por dentro, como cualquier mujer.

No quise que Boss me contara sobre ella, quería que ella me lo contara, que me tuviera confianza y si, se preguntan: si tanto la quieres ¿porqué la golpeaste y violaste varias veces? .

Se que cualquier cosa que diga no cambiará lo que hice, pero de alguna manera quería sentir que tenía poder sobre ella, quería que me obedeciera y si no era por las buenas, sería por las malas. Mi padre siempre me decía que las mujeres son un gusto del que hay que gozar cuando uno quiera, para eso servían al final del día, nunca le quise creer, pero después esta chica llegaba, con ese carácter, dios, quería follarle la boca cada vez que la oía decir una mala palabra...y lo haría, pero planeaba ganarme su confianza, quería tenerla cuando quisiera, pero estaba arto de escucharla llorar y quejarse mientras me la tiraba, no.

Yo quería escucharla gimiendo y gritando mi nombre, un placer que te recorre completo cuando la escuchas y sientes que te desea.

Entonces pensé, drogarla, es la única manera para que ella no estuviera seria mientras se lo hacía, una droga especial que hiciera que se descontrolara, para eso fuí a ver a un amigo que distribuye drogas.

*Flashback*

- ¿Seguro funcionará? - le pregunté mientras veía el frasco en mis manos-

- Amigo, creeme, se volverá una fiera minutos después de tomársela.

No sabía si sería buena idea drogarla para conseguir lo que quiero, pero efectivamente, estaba desesperado y no podía seguir follandome a las chicas del prostíbulo.

Entonces le entregué el dinero y el sonrió

*Fin del Flashback*

Si, la quería para mi y el hecho de que se entregara a Villalpando sin protestas, me enfurecía, la necesitaba, la deseaba y no sólo necesitaba follarla, necesitaba que me dijera que me deseaba, que me rogara y pidiera más, necesitaba sentir que ahora yo la satisfacía, que el tal Alonso era pasado y que yo era mejor.

Ella no está enamorada, esta obsesionada con el, era algo imposible y riesgoso que la incitaba a querer seguir con lo que fuera que tenían, pero yo se que me amará.

Si no lo hace. Siempre puedo obligarla a hacerlo...

*Narra Veneno Negro*

Cuando me levanté Max no estaba en la casa, bajé y me preparé un té de manzanilla e hice pan tostado con mermelada y crema de cacahuate.

Scott me miraba sentado a un lado de mis pies, entonces me pegué en la frente por ser tan estúpida. Me dirigí al patio y tomé la bolsa de comida para cachorro que me encargaba que no faltara, serví en su plato un poco y al lado agua, recibí una lamida en mi pierna izquierda por su parte y comenzó a comer.

Entonces unas manos se posaron en mi cintura y me sobresalte.

- Por dios Alonso! , no me asustes así! -traté de calmar mi respiración -.