Atracción Peligrosa (A.V.)

80- El Motel

Al llegar al motel en Nuevo Laredo, Alonso dió su nombre en recepción y de inmediato le tendieron la tarjeta de la habitación, supuse que había hecho la reservación antes de venir. Nos apresuramos a llegar a la habitación, por más cansados que nos encontráramos, deseábamos estar juntos de nuevo, Alonso llevaba al menos media hora de camino aguantando una enorme erección, puesto que quería que nuestro encuentro fuera más decente, en lugar de ser en un coche para bajarle la calentura. Las manos ansiosas pasaron la tarjeta en el lugar dispuesto, para después, la luz roja se volviera verde y nos permitiera la entrada a la habitación, no pude siquiera encender la luz cuando Alonso ya me había acorralado contra la puerta, ya cerrada. Sus labios se movían con desenfreno y necesidad sobre los míos, sus manos recorrían cada parte de mi cuerpo y cuando su mano subió lentamente por mi vientre solté un gemido, el aprovechó la separación de nuestras bocas para dirigir sus labios a mi mandíbula, donde su camino llegó hasta mi oreja y mordió a la vez que lamía mi lóbulo, lo que me volvió loca, mis manos apretaron con delicadeza el pelo en su nuca y soltó un gruñido, bajó atacando mi cuello, sin prisa, disfrutándolo, no había nadie que nos pudiera descubrir ahora, ya no nos escondíamos de nadie. Mis manos bajaron de su nuca por su pecho y al llegar al borde de su camisa no dudé en liberar aquel cuerpo que me mataba y me hacía soñar con el cada noche sola, aventé la camisa hacia algún lado de la habitación . Mis manos recorrieron su pecho y deposité un beso en su pectoral, al levantar la mirada me encontré con sus hermosos ojos azules, ahora oscuros, observarme fijamente con deseo. Entonces sus manos sacaron mi blusa al igual que yo lo había hecho con su camisa, la aventó hacia algún lado de la oscura habitación, besó de mi pecho hasta mi busto y dió una larga lamida en el valle de mis pechos, jadee al mismo tiempo que mi cuerpo se arqueaba hacia el, la mano en mi espalda que me apretaba contra su pecho, subió lentamente para en menos de lo que podía darme cuenta, mi sostén estuviese en el suelo, inmediatamente su otra mano atrapó uno de mis senos mientras su boca atacaba el otro, mi boca se abrió mientras dejaba escapar los sonoros gemidos, antes de separarse de mi pecho derecho mordió el pezón tirando de el .

-A-Ah - gemí, aunque no estaba segura si era de dolor o de excitacion-.

Sentí como la mano en mi espalda bajaba hacia mi trasero y lo apretaba, mis gemidos se hacían escuchar con cada movimiento de sus mano y su boca sobre mi cuerpo. Bajé mis manos a su pantalón donde lo desabroché y bajé, sus pies se encargaron de liberarse de él y apartaron de una patada. El se deshizo de mi short, acariciando mis piernas mientras lo bajaba lentamente, nuestras bocas volvieron a unirse haciendo una batalla entre nuestras lenguas . Entonces me tomó con ambas manos del trasero y me levantódel suelo obligándome a rodear su cintura con mis piernas.

Caminó hasta la cama, no se como había llegado a ella ni mucho menos como la había identificado, me aventó a ella e inmediatamente ya lo tenía sobre mi besándome el cuello y bajando hasta mi vientre, un suspiro salió de mis labios y arquee mi espalda buscando con ansiedad que su contacto se profundizara, cuando sentí otra lamida en lo bajo de mi vientre lo mire entre gemidos, estaba observando cada gesto que hacía con cada descarga de excitación que mandaba a todo mi cuerpo. Lentamente me quitó las bragas deslizándolas con sus manos a lo largo de mi cuerpo. No me di cuenta en el momento que su boxer había desaparecido, separó mis piernas y entró en mi, ambos soltamos un gemido satisfactorio y de alivio al sentirnos juntos otra vez, sin problemas, sin apuros, como antes.
Sus manos estaban apoyadas en el colchón a ambos lados de mi cara, por nuestras frentes el sudor ya resbalaba y nuestros cuerpos tenían el débil glaceado brillante del sudor. Empujaba una y otra vez, dentro y fuera, su ceño lo estaba fruncido por el esfuerzo, su mirada oscura por la excitación y sus labios ansiosos de unir todos sus sentimientos en los míos, supe que llegaríamos al placer mayor cuando ambos nos comenzamos a mover para aumentar la velocidad y la fuerza, entonces sentí como ambos nos corríamos, como su crema corría dentro mío y mis fluidos lo empapaban más. Se tumbó sobre mí, aún dentro, ambos intentábamos controlar nuestras respiraciones, inconscientemente mi mano acariciaba su sudoroso cabello, entonces nos subimos en un silencio nada incómodo, gozábamos de nuestra compañía y disfrutábamos del momento que acabábamos de tener.

Besé su frente y el volteó a mirarme, esos ojos oscuros aún no desaparecían por completo, pero se le sumaba un sentimiento más a su mirada, amor .

- No creas que hemos terminado linda - se levantó con una sonrisa traviesa en sus ojos y no pude evitar reírme- volteatr en cuatro y ofrecerme ese lindo culito mío.

- Tuyo? - levanté una ceja divertida-.

- Si - lo tomó entre sus manos apretandolo, un jadeo salió de mi- mío.

- Tuyo - No era una pregunta ahora, cada parte de mi era suya y el lo sabía, así como yo sabía que el era completamente mío-.

Entonces me di la vuelta y me puse en cuatro como me lo había pedido, exponiéndole mi culo. Dió una palmada en el que de alguna manera hizo que me volviera a encender tan rápido. No me dió tiempo de nada cuando ya me había sostenido el pelo en una coleta con su mano y me penetró por detras, duro, mientras tiraba de mi melena hacia atras, solté un grito de placer, procurando no hacer demasiado ruido, pero como un hombre con Alonso eso era casi imposible. Con una mano masajeaba una de mis nalgas mientras me penetraba y la otra me sostenía la melena.

- Ah! ________! - gruñó mientras sentía como me penetran a cada vez más fuerte-.

Yo me impulsaba hacia atrás para tener más profundidad, me sentía cerca, estaba tan cerca de llegar y entonces...ambos explotamos.

Media hora después estábamos bajo las sábanas, desnudos y abrazados, yo estaba quedándome dormida cuando sentí su beso en mi frente .

- Te Amo _______

Sonreí al instante, se estaba volviendo reflejo al lado de el, siempre lograba sacarme una sonrisa.

- También te amo Alonso.

El sonrió y ambos poco a poco nos fuimos quedando dormidos, completamente agotados después de los nervios, el largo viaje y la energía usada hace algunos momentos.

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