77- Plan en marcha

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Para medio día, los chicos ya están en su posición, con el objetivo (Boss) en la mira.

- Alan, entra cautelosamente, sin llamar la atención y dirígete a la chica de recepción.

Alonso le dió indicaciones por un micrófono de oreja escondido y este obedeció.

Alan sacó su celular y lo puso en su oreja para disimular el hecho de que pareciera hablar solo.

- Estoy adentro hada, prepárate para el siguiente paso, debemos hacer esto rápido.

- No dudes en ello - contestó el ojiazul- pregunta por trabajo, después sigues con el coqueteo y..

- Se que hacer - lo cortó el moreno- tu preocupate por tu deber y yo me encargo del mío. Espero tu señal cuando terminen.

El moreno guardó el celular y se dirigió hacia recepción.

- Hola bonita - sonrió a la rubia tras el mostrador, esta, al levantar la mirada e inspeccionarlo descaradamente, sonrió coquetamente, pudo notar como la chica se inclinaba mostrando el increíble (Y falso) escote con sus increíbles (Y falsos) pechos redondos.-.

Este sonrió...

El ojiazul miraba por el francotirador al jefe de su amada, preguntándose y maldiciendose por no poder matarlo de una manera más dolorosa, mirar que ruegue por su asquerosa vida.

- Esta bien , Alan sabe lo que hace, Alonso.

El pelinegro interrumpió sus pensamientos, se había concentrado tanto en mirar cada movimiento del bastardo que se había olvidado por completo que no se hayaba sólo en aquella terraza, haciendo aquel sacrificio.

- Si -concordó Freddy- verás que en menos tiempo de lo que crees estaremos todos en México comiendo unos ricos tacos .

El sonrió

- Todo sea por los tacos...y la libertad. - sus amigos le sonrieron, estaban tan alegres de que su amigo dejara de probar carne en todas partes para resignarse sólo con una, eso para ellos, es una felicidad inmensa-.

Entonces los tres relojes en las muñecas de los chicos chillaron al mismo tiempo con un pitido, la alarma acordada para las fases había sonado, un aire serio y pesado golpeó el momento y los chicos se pusieron serios, era el momento. Alonso tomó el francotirador y apuntó hacia la cabeza de Boss, este, en cambio, levantaba entre su mano una copa con champagne dorado, pudo ver el reflejo de Alonso, apuntandole desde no supo donde, entonces, consciente de que lo había visto, Alonso sonrió con suficiencia en un aire de venganza y satisfacción, fue lo último que Boss miró, fue lo último que fue capaz de apreciar antes de que la escurridiza bala del arma hiciera un ligero silbido al romper el viento por la velocidad a la que viajaba, cruzando como un rayo el cristal y aterrizando en el lado derecho de la cabeza de Boss, justo a la altura de la frente. Los chicos guardaron el arma y se ocuparon de no dejar rastro alguno de su presencia.

Alonso encendió el micrófono, listo para dar órdenes.

- Chicos, ahora.

Los chicos del Anti subieron desde afuera del edificio, vestidos como personal de limpieza, cambiaron el vidrio con gran velocidad, mientras lo hacían, no pudieron evitar mirar el cuerpo del que era su jefe y desearle su parada permanente en el infierno.

Atracción Peligrosa (A.V.) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora