Dejándose Llevar

Capítulo 15

Temprano por la mañana, la ojiverde se despertó para salir a trotar junto con Camila. Luego de haberse encontrado varias veces entre sus rutinas mañaneras, quedaron en realizarlas juntas tres veces a la semana (martes, miércoles y jueves). Los estiramientos pasaron entre charlas comunes y provocaciones de parte de las dos, pronto comenzaron su recorrido y dejaron de hablar para no morir de un aire, cuando terminaron se dirigieron a sus respectivas habitaciones luego de unos cuantos besos en la puerta de la castaña.

Vero seguía dormida cuando la ojiverde terminó de ducharse, por lo que la despertó y le avisó que se apurara para ir a desayunar juntas. Mientras la latina se bañaba, ella se vestía con unos short negros y una camisa de cuadros roja con azul oscuro y algunas manchas amarillas. Se maquillaba mientras veía a su amiga colocarse unos short marrón oscuro y una camisa sin mangas marrón clara que le dejaba ver su sostén negro por los lados, se la metió por dentro y fue al lado de la mayor para maquillarse también. Estando listas, las dos se dirigieron al Starbucks y como siempre siendo las primeras en llegar.

-Vero, creo que ahora tendremos que sentarnos en la esquina.- Comentaba la ojiverde mientras le pagaba a quien la atendía, viendo a su amiga fruncir el ceño, aclaró. –Recuerda que ahora tenemos a Lucy, por lo que no creo que haya una mesa con siete sillas.- La latina rodó los ojos por la mención de la chica y fueron a sentarse a una esquina, en éstas los puestos eran en forma de "L" y cabían más personas que en las mesas normales.

-Cuéntame, ¿Qué hicieron tú y Camilita ayer en el cuarto?- Preguntó moviendo las cejas haciendo que la mayor rodara los ojos.

-Vino para ver la pintura que ayer hice de ella y también vio las fotos que traía en mi cámara.- La latina abrió los ojos sorprendida por lo último. –Tranquila, las fotos que tenía de ella en el lago las guardé en mi laptop.- Su amiga comprendió porque tanta calma con el tema y bebió de su café.

Lauren le había contado la identidad de la chica que se había encontrado en el lago después de haberlo descubierto, no podía guardárselo para ella misma y como Vero era su confidente no dudó en decirle. A ella le daba miedo contarle a la castaña que la ha estado escuchando cantar durante tres semanas porque no sabía cómo lo iba a tomar, tal vez se enojaría por allanar su privacidad o por no haberle dicho antes y eso no quería que sucediera. Tampoco se lo había contado a ninguna de las otras chicas, no era por desconfianza sino que más bien era una clase de lealtad que ella entendería a la perfección, Dinah junto con la morena llevaban tiempo conociéndose con la castaña por lo que le dirían de una. Claro está, que la ojiverde ignoraba el tema de que ya las chicas sabían pero no dirían nada porque querían ver si pasaba algo en esos encuentros.

-También tú me tienes que decir algo, latina.- La chica alzó una ceja viéndola. -¿Qué hiciste ayer en el campo?- Vero bufó y tomó otro sorbo de café.

-Ahogarme en recuerdos.- Las dos hicieron una mueca y la mayor sin soportarlo más, abrazó a su amiga. –Ya pasó, estaré bien.-La latina le sonrió triste mientras se separaban.

-Vaya vaya, no sabía que eras capaz de esto, Drácula.- Lauren rodó los ojos y escuchó a las dos chicas reírse. –Menos mal que fui yo quien las vio en su intercambio de cariños y no mí Chancho.- Vio a Dinah sentarse a su lado y burlarse de ella mientras que la castaña llegaba a la mesa. –Mila, ésta idiota de acá te estaba engañando con Vero.- Las dos chicas se quedaron con la boca abierta mirándola y luego reaccionando al escuchar la carcajada de la castaña.

-Debieron ver sus caras.- La polinesia y Camila reían dejando a las otras un poco confundidas y aliviadas de que fuera una broma. –Cuando entramos vimos su momento de hermanas y no quisimos interrumpir, pero ya conocen a Cheechee.- Dijo rodando sus ojos y pidiéndole a Vero que le diera un permiso para sentarse al lado de su ojiverde, quien le sonrió cuando llegó a su lado.