Eran las cinco de la mañana y el sol iluminaba toda la habitación porque en la noche la ojiverde se olvidó de colocar las cortinas en las puertas corredizas del balcón, pero quien la podía culpar por caer en el dulce juego de la castaña. Las dos seguían acurrucadas pero gracias a la claridad la menor se comenzaba a despertar solo que sin intensiones de querer levantarse, Lauren no se despertaba gracias a que tenía la cabeza metida entre el cuello y cabello de la castaña.
-Lolo...- Camila se rehusaba a abrir los ojos por lo que intentaba voltearse y taparse con el cuerpo de la otra pero la tenía tan fuertemente abrazada que no podía hacer mucho. -Lo... Despierta.
-¿Mmm?- Acercó más a la menor a su cuerpo, claro si es que eso era posible.
-Lolo, mueve las cortinas...- Sintió como la chica negaba en su cuello y acomodaba sus brazos en su torso y en... -Lauren, ¿Que hace tu mano en mi pecho?
-Es que son suaves y muy tocables...- Camila se estremeció por su voz ronca y respiración que daban a su cuello, le pegó con el codo en su estómago por la respuesta que le había dado. -Bueno bueno, ya me paro.
La ojiverde separó sus brazos del caliente cuerpo de la castaña y se levantó para caminar medio dormida hacia las puertas, al terminar de taparlas corrió hacia la cama y se lanzó con cuidado de no caer sobre la menor haciéndola reír por su apuro en regresar a su lado. Cuando se metió bajo las sabanas no perdió el tiempo y alargo el brazo para jalar a la castaña hacia su cuerpo, Camila se volteo entre sus brazos para abrir los ojos y verla con una sonrisa mientras que ella bajaba su rostro para darle un beso en la frente.
-Eres adorable recién despertada.- Le dijo la castaña cuando sintió como la volvía a abrazar para meter la cara en su cuello.
-Y tu, te sigues viendo perfecta.- Camila se sonrojó por el simple comentario y pegó su frente del hombro de la mayor. -Sigue durmiendo pequeña, nos queda una hora para levantarnos.- La ojiverde metió su mano bajo la sudadera de la menor para hacerle cariño en la espalda y recibiendo así un beso en el hombro en seña de agradecimiento.
Luego de un rato sonó el despertador y como hace una hora la castaña despertó a Lauren para que lo apagara, ésta rodando los ojos le dejó un beso en la cabeza antes de levantarse para cumplir lo cometido e ir a bañarse y vestirse mientras le daba más tiempo a la menor para que durmiera. Cuando terminó de arreglarse fue a despertar a Camila pero se quedó embelesada viéndola acostada en su cama como toda una diosa; estaba boca abajo con unos cuantos mechones de cabello sobre la cara mientras que las sábanas le llegaban por la mitad del trasero mostrando los boxers blancos Calvin Klein de Lauren, la sudadera se había levantado un poco dejando ver la curva de su espalda baja junto con un par de hoyuelos que nunca había notado pero que ahora nunca se los sacaría de la cabeza. Se veía adorable y a la vez tan apetecible que tuvo que hacer un gran esfuerzo para no voltearla y follársela ahí mismo; recordándose de su cámara la tomó de su escritorio y colocándose al pie de la cama le tomó un par de fotos desde distintos ángulos, tal vez así algún día podría pasarlo para un lienzo.
Guardó su cámara con montones de fotos del fin de semana junto con las que había tomado hace unos segundos; regreso al pie de la cama y con mucha delicadeza le quitó la sábana a Camila, posó las palmas en sus piernas y le hizo un suave masaje por unos segundos a lo que se le unieron sus labios. La castaña se despertó al sentir una presión subir por detrás de su rodilla hacia sus muslos y se tensó sin entender que sucedía pero cuando sintió sus labios lo olvidó todo; esos labios que la tenían constantemente en las nubes y los mismos que la estaban calentando en estos momentos, presionó las manos en la almohada mientras un jadeo salía de sus labios cuando la ojiverde le mordió una de las nalgas para luego besarla. Lauren seguía su camino por la espalda baja de la menor entre masajes, besos y mordidas; sentía como los músculos de Camila se tensaban para luego relajarse ante sus cariños, cuando llegó a sus omóplatos pasó sus manos por los brazos de la castaña y entrelazó sus dedos con las manos de ella que estaban en puños sobre la almohada, besó su cuello y lo chupó escuchando un gemido por parte de la menor y sonriendo contra su piel.
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Dejándose Llevar
FanficEn la Universidad Internacional de Florida podemos encontrar a todo tipo de personas, están desde los mas estudiosos hasta los que salen de fiesta cada noche, los que se quedan en sus habitaciones jugando hasta los que hacen algún deporte, pero esto...