Dejándose Llevar

Capítulo 32

-¿Dónde se habrá metido ese par?- Preguntó la polinesia con una cara pícara hacia sus amigas.

-Deja de pensar en eso, Dj. Vero tenía que buscar su cartera.- Contestó Ally rondando sus ojos.

-Eso fue hace tres horas, enana. ¡Tres horas!- Resaltó la morena riéndose por la cara que puso la pitufa al darse cuenta de lo que podrían estar haciendo.

-Haré que esas dos se separen por un mes. Esto es importante para, Lau.- Dijo seria Ally viendo a la ojiverde, quien solo se encogió de hombros conociendo a su amiga.

-Algo debió pasar. Sé cómo es Vero pero mi prima no se hubiera dejado...- Comentó Camila dándole un beso en la mejilla a su novia. Al recibir cejas arqueadas y sonrisas divertidas, bufó. –No se dejaría hasta después de ver la presentación de Lolo. Pervertidas.- Sacó su lengua y todas se rieron.

-Bueno, igual faltan dos horas más para que termine. Así que sigamos mirando las demás exposiciones.- Opinó relajada la ojiverde mientras entrelazaba su mano con la de la castaña y empezaba a caminar.

Desde que habían abierto las puertas del gran salón para los visitantes, ellas se habían quedado junto a Lauren quien siempre se mantenía cerca de su lugar asignado, pero luego de una hora se aburrió y les dijo a las chicas que fueran a ver otras exposiciones. Además no tenía que quedarse todo el tiempo en su puesto, así que hablando con sus amigas fueron apreciando cada presentación de lienzos, esculturas y fotografías. A la ojiverde no le llamó mucho la atención las exhibiciones de los demás y es que eran tan simétricas, perfectas y poco libres, que le causaban aburrimiento. Todas excepto por una que le encantó. Tenía un montón de lienzos y esculturas presentando. Y con razón, porque eran buenísimas. Nada de lo que había en frente de ella tenía sentido, pero a la vez lo tenía y eso era lo divertido del arte.

-Vaya... Esto sí que es bueno.- Comentó con un brillo en sus ojos que mostraba el hambre que tenía por comerse esas técnicas de pintar. –Me parece que he visto esto en otra parte...- Pensó en voz alta sin dejar de ver el cuadro con un caballo en él. Se le apreciaba solo la mitad de la cara y ésta estaba pintada con diferentes colores. Mostraba unas plumas de un lado y supo que se trataba de un caballo salvaje que pertenecía a una tribu. Era asombroso entender el arte.

-Es complaciente que admiren tanto mi pintura.- Escuchó una voz conocida a su espalda y sonrió sin poder aguantarlo. Se giró y se lanzó sobre el esbelto cuerpo. –Estás hermosa, pequeña.- Le susurró en el oído haciéndola sonreír más.

-Tú no te quedas atrás, Sivan.- Lo alagó al separarse de sus brazos y rieron antes de chocar sus puños en su acostumbrado viejo saludo.

-No quiero interrumpir nuestro encantador momento, pero una hermosa castaña me está matando con la mirada en estos momentos.- Le susurró al acercar su cara al de su amiga para que nadie escuchara. Ésta se rió sabiendo de quien se trataba.

-Sígueme el juego, amigo.- Dijo para luego tomarle el brazo y pasárselo por los hombros. Se acercó al cuerpo delgado del chico y lo abrazó antes de comenzar a caminar hacia sus amigas. –Hey, chicas...

-Tú.- Señaló Camila a la ojiverde consiguiendo que esta tragara su risa por haberla interrumpido. –Hablaremos más tarde. Y tú... Suelta a mi novia.- Agregó mirando hacia el alto chico de ojos azules, quien le sonreía divertido.

-¿Tu novia? Pero si hasta el día de hoy ella es mía, que yo sepa.- Comentó burlón, pero supo que debió mantener su boca callada al observar como la castaña echaba humo de los oídos.

-¡Bueno! Calmemos la cosa por acá, no queremos a nadie herido. Drácula, por favor deja de bromear y calma a la culo bello.- Llegó riendo la latina y sintió los agradecimientos de sus amigas, que hasta el momento se habían mantenido en silencio. Lucy que andaba bajo su brazo la miró confusa igual que a la escena en frente de todas. -¿Cómo va todo, mariposa?- Preguntó sabiendo lo que se vendría. Todas abrieron la boca a más no poder al mirar como el chico dejó a la ojiverde a un lado para saltar sobre Vero.