Capítulo Final

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Ese domingo Lauren se encontraba un poco nerviosa por lo que dirían los directores de Roxy, pero detrás de ese nerviosismo se encontraba totalmente alegre y segura del trabajo que llevó a cabo los dos días anteriores. Cualquier cosa que le dijeran ese día no importaría, porque ella había dejado todo su corazón en lo que hizo y con eso se sentía más que bien. La reunión estaba planteada para las diez de la mañana, por lo que se levantó temprano para arreglarse con un toque sencillo pero elegante para dar buena impresión. Se colocó una camisa blanca de tela suave y que se dejaba caer, junto con unos jeans oscuros y un blazer negro con las mangas recogidas hasta los codos, para terminar el look se puso unos vans blancos y un collar largo. Tenía la perfecta combinación de comodidad con elegancia y eso le funcionaba; se maquilló para dar un aspecto natural y se acomodó el cabello.

En la reunión solo estaría ella con Shaun y dos directivos de la marca. Camila la acompaño hasta el estudio y la tranquilizó en el corto camino, le dijo que iría un rato a la casa de sus padres mientras la esperaba a ella. La ojiverde le sonrió agradecida por el apoyo que le daba y con un guiñó le dejó las llaves de su auto, la castaña abrió la boca a más no poder.

-Lauren, sé que me amas pero puedo ir en taxi sin problema alguno.- Le contestó insegura intentando devolverle las llaves. La mayor soltó una carcajada y se alejó lo más posible encogiéndose de hombros.

-Amor, te he visto manejar la camioneta de Dinah, estoy segura que no le harás daño alguno a mi bebé.- Comentó después de un rato de alejarse para que su novia no le devolviera las llaves. Camila bufó alto y ella se acercó con una sonrisa dulce para abrazarla firme. –Vamos muñeca, es solo un carro y si en cualquier caso sucede algo, me preocupare por ti y no por un pedazo de metal.- La castaña sintió su corazón latir rápidamente y le devolvió el abrazo a la ojiverde.

-No me pasará nada, Lolo. Gracias por esto, te prometo que vendré a buscarte cuando salgas.- Lauren asintió aún con una sonrisa en los labios y con el dedo índice levanto la barbilla de su castaña. –Te amo, ojitos.- Susurró mirando sus ojos verdes, totalmente hipnotizada.

-Yo más, Camz.- Respondió antes de besarla con delicadeza, al alejarse por falta de aire chupó su labio inferior haciéndola suspirar. –Ahora ve, saluda a tus padres y a la pequeña de mi parte.- Dijo al darle una nalgada que la hizo dar dos pasos y reír.

-Tienes que dejar de hacer eso en público, Lo.- Arqueó la ceja al ver como su ojiverde le mandaba un beso y giró sus ojos con una sonrisa. -¡Me avisas al salir!- Gritó antes de arrancar.

Lauren entró al estudio con pasos seguros y saludó con una sonrisa a las pocas personas que se encontraban en el primer piso, después de todo hoy era el día de descanso de todos pero algunos habían ido para recibir a los directivos de Roxy. Subió a la oficina de Shaun y lo saludó con un beso en la mejilla. Ambos se sentaron a hablar de lo que dirían en la presentación y cuando fueron notificados de que los directivos habían llegado, se dirigieron a la sala de presentaciones para recibirlos.

-Bienvenidos, siéntanse cómodos.- Se sentaron en dos sillones y Lauren con el fotógrafo los siguieron. –Un gusto conocerlos en persona, soy Shaun y ella es Lauren Jauregui.- La ojiverde tendió su mano primero hacia el hombre mayor para luego besar la mano de la joven que estaba con él.

-Todo un placer, señorita Jauregui. Soy Marcus Denwell y ella es mi hija, Elena.- El señor se notaba entre sus cincuenta años, solo algunas canas a los lados del cabello pero por lo demás todo un galán y hombre de oficio. En cambio, la chica estaba en todo su esplendor, catira con ojos azules y unas cuantas pecas en su pequeña nariz. Lastimosamente para ella, la ojiverde solo tenía ojos para una preciosa castaña. –Soy el que está al tanto de las relaciones públicas y si no les importa, traje a mi hija como ayuda y a la vez para enseñarle lo que tiene que buscar antes de aceptar el trabajo hecho.- Shaun miró a la ojiverde para después ambos negar con la cabeza.

Dejándose LlevarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora