En la mañana del sábado, Lauren se despertó temprano por unos cuantos rayos de sol que entraban a través de la persiana por lo que se levantó para acomodarla y así volver a la cama junto con la castaña, se acomodó a su lado y la atrajo a sus brazos para luego dejar un beso en su cabeza, la ojiverde estaba rebozando felicidad por todo lo que habían hecho el día anterior, esa cita fue por mucho la mejor que ha tenido y fue todo gracias a la compañía que tuvo. Sonrió al ver como Camila suspiraba y después se giraba para quedar frente a ella escondiéndose en su pecho, la mayor se separó un poco para detallar su cara y quedarse como tonta por tanta belleza unida, era perfecta. Acarició su mejilla, nariz, cejas y labios; dejó un dulce beso en éstos y al separarse notó como una sonrisa se formaba en la cara de la menor, pero rápido se disolvía dándole un poco de gracias al imaginarse lo que pasaba.
-Sé que estás despierta, Camz.- Rió al sentir como la castaña se escondía en su cuello y negaba con la cabeza. –Tengo una novia muy adorable.- Sonrió divertida al ver como la menor salía de su escondite para mirarla con los ojos abiertos y las mejillas sonrojadas. –Buenos días, linda.- Le dejó un beso en la frente mientras que una dulce sonrisa aparecía en la cara de la castaña, regresó su cara al cuello de la mayor y le dejó un beso.
-Buenos días, Lo.- Dijo con voz un poco ronca ya que se acaba de despertar y consiguiendo que la ojiverde se estremeciera al sentir su aliento en su cuello.
Se quedaron un rato largo abrazadas sin decir nada y solo dejándose algunos besos tiernos; no era necesario hablar porque sus miradas lo decían todo. El día de ayer lo habían pasado increíble; Camila se abrazó más al cuerpo de la mayor al recordar cómo ella le había pedido ser su novia. Fue un momento mágico y sobretodo muy dulce. Luego de eso habían dejado de patinar para dirigirse al auto e ir al campus entre sonrisas y besos, llevaron una conversación muy amena que terminó al entrar en la habitación de la castaña. Lo mejor de todo pensó ella, es que no hicieron nada más que compartir caricias, besos y algunos mimos, se desvistieron quedando en ropa interior y después de eso solo se abrazaron para luego dormir.
-Hiciste de ayer un día mágico.- Dijo la castaña separándose un poco para poder verle los ojos a Lauren. –Me encantó, sobre todo porque me trataste como una princesa.- Comentó con una suave sonrisa haciendo que la ojiverde se sonrojara un poco.
-Es porque para mí lo eres.- Dijo bajo pero lo suficientemente alto como para que la escuchara. –Te merecías eso y mucho más.- Lauren la miró fijamente a los ojos y la besó rápidamente en los labios.
-Eres perfecta, ¿lo sabías?- Camila notó como la ojiverde se encogía de hombros y levantó una ceja.
-Lo sé, es algo normal en mí.- Lauren le guiñó un ojo para luego levantarse e ir hacia el baño.
-¡Ese ego, Jauregui!- Dijo mientras aguantaba las ganas de babear al verle el cuerpo a la mayor junto con su ropa interior de encaje roja.
-¡Toma una foto, te durará más!- Gritó la mayor antes de comenzar a cepillarse los dientes; se había aguantado las ganas de reír al notar la mirada fija en su cuerpo.
-No la necesito, tengo algo mejor.- Contestó la castaña desde su espalda, la abrazó pasando las manos por sus costados, abdomen y vientre mientras besaba su cuello y se dirigía a su oído. –Tú.- Lauren jadeó al ver el guiñó que le había dado a través del espejo y se estremeció por las manos de la castaña que subían y bajaban por su torso, a veces rasguñando.
-Dios... Al menos déjame terminar de limpiarme los dientes...- Dijo en un suspiro por todas las sensaciones que la menor la hacía sentir, escuchó como ésta se reía y se colocaba a su lado para cepillar sus dientes.
-Es que eres irresistible, ojitos.- Camila dijo después de haberse limpiado los dientes, viendo en el espejo como la mayor la comía con la mirada se giró para encararla y la pegó a la pared del baño. -¿Te he dicho las ganas que tengo de hacerte mía?- Preguntó en un susurro mientras pegaba todo su cuerpo al de Lauren sintiendo como ésta se tensaba, colocó las manos en su firme abdomen y las subió poco a poco sacándole algunos suspiros con los besos que le dejaba en el cuello. –Porque son demasiadas...- Lauren no resistió más y la besó con pasión, se giró para dejar a la castaña apoyada en la pared y chupó su labio inferior antes de cortar el beso.
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Dejándose Llevar
Hayran KurguEn la Universidad Internacional de Florida podemos encontrar a todo tipo de personas, están desde los mas estudiosos hasta los que salen de fiesta cada noche, los que se quedan en sus habitaciones jugando hasta los que hacen algún deporte, pero esto...